jueves, 14 de octubre de 2021

Moneda Medieval de Navarra

 Moneda medieval de Navarra. Manual de NumismáticaLibro publicado en la Colección Miscelánea Numismática n. 2 (2021): 272 pp.


Miguel Ibáñez Artica

ISBN: 978-84-09-33377-6
D.L. Z 1350-2021

 Disponible en Tienda Museo

Puede adquirirse directamente en el siguiente enlace:

Precio con el envío a España incluido 29

 

Envíos al extranjero: 29 € + gastos de envío. Información y distribución: miscelaneanumismatica@gmail.com



 Un resumen del contenido: https://www.youtube.com/watch?v=-pY8ijHedQg


El libro “Moneda Medieval Navarra” es una síntesis de los conocimientos existentes en la actualidad sobre la numismática medieval del antiguo Reino de Navarra.

El estudio de las monedas conservadas en instituciones y colecciones privadas de todo el mundo, las piezas aparecidas en excavaciones arqueológicas, el análisis de la documentación albergada en archivos y bibliotecas, junto con los datos metalográficos de algunas piezas significativas, nos permiten reconstruir, aunque sea parcialmente, la circulación monetaria en el territorio de la actual Comunidad Foral desde los inicios de la Edad Media hasta 1512.

En los más de cuatrocientos años de acuñaciones propias, se alternan períodos de unión con los vecinos reinos de Aragón o Francia, con otros de relativa autonomía.

Durante este tiempo se realizan numerosas y variadas emisiones, desde las prestigiosas  acuñaciones de monedas de oro, hasta modestas moneditas con una ínfima proporción de plata.

Las descripciones, dibujos y fotografías, así como la clave dicotómica, facilitan la identificación y clasificación de las piezas. Las monedas contextualizadas en el momento de su emisión, muestran como la numismática es una disciplina esencial para el estudio de la historia.

 

Una síntesis del contenido de este libro se desarrolla en la conferencia impartida en el Museo de Navarra en mayo del 2021 con motivo de la celebración del día internacional de los Museos: https://www.youtube.com/watch?v=-pY8ijHedQg

 

Se presenta a continuación el índice temático y una pequeña muestra de las páginas del libro:



















miércoles, 1 de septiembre de 2021

Monedas-tokens chinos de bambú.

 

Monedas-tokens chinos de bambú. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático. (Abril, 2021) 77 (1305): 45-47.

 

Miguel Ibáñez Artica

 


            En tiempos donde escasea la moneda oficial del estado, surgen las denominadas “monedas de necesidad” (1), emitidas a escala regional por las administraciones, bancos y comerciantes locales. Generalmente este tipo de dinero cuya  circulación está restringida a un territorio muy limitado suele surgir en tiempos de crisis políticas y en situaciones de guerra o de ocupación, y en China encontramos un claro precedente en las varillas rectangulares de cobre Lin’an Fuxin con una longitud de 7,3 a 7,9 cm y una anchura de 2,3 a 2,6 centímetros, fabricados a finales de la dinastía Song del Sur por el emperador Lizong (1224-1264) quien también emitió monedas redondas convencionales donde figura la fecha de su fabricación (el año de reinado del emperador) (2). Las nuevas monedas rectangulares de cobre no tuvieron una buena acogida y fueron rechazadas por la población.

  

            Varios siglos más tarde, entre los años 1870 y 1960 reaparecen en algunas provincias orientales de China estas seudomonedas con forma de varilla, tanto en bronce como más frecuentemente de bambú. Las piezas de bronce, muy raras, como las que se ilustran en la figura 1b, presentan una figura masculina de pie y encima con caracteres arábigos el número que identifica su valor.

 


 

Figura 1.- a: Varillas de cobre del emperador Lizong (1224-1264) con leyenda de anverso en vertical: 臨安府行用 (Para la provincia de Lin'an), y en el reverso: 準壹佰文省 (Provincia casi cien). b: Varillas de bronce de 50 y 10 “cash” emitidas en la ciudad de Minghuang, en la provincia de Jiangsu con leyendas 壹角, , 周文.

 

            Sin embargo lo más frecuente es que la materia prima sobre la que se acuñaba, grababa, o escribía el valor y el emisor de la moneda en estas varillas rectangulares era el bambú. La madera de la planta se cortaba en tiras rectangulares de una longitud aproximada de 9 cm de largo por 1,2 de ancho y 6 mm de espesor, luego se perforaba un orificio en su parte superior y se hacía una pequeña muesca en el lateral a los lados del orificio. Sobre este “cospel” se “acuñaban” en caracteres chinos el valor de la moneda y a veces el año de emisión, mientras que en el reverso figuraba el nombre del comerciante o banco emisor y en el área central del reverso escrito con tinta, el número de serie de la moneda (Fig. 2). Finalmente la varilla se barnizaba con una capa de laca que mejoraba su apariencia y resistencia. Algunas piezas, como la primera que se ilustra en la figura 2, presentan la zona superior pintada de amarillo (o en otros casos en rojo), no está claro cuál puede ser su significado y algunos autores sugieren que podría ser un indicativo de que la ficha habría sido desmonetizada.

Figura 2.- Varillas de bambú de uso monetario (ejemplares del Museo Arqueológico Nacional, Madrid, MAN 2009/159/495 y 496.)

 

En el transcurso de una obra de ampliación de carreteras en 1994, apareció una gran cantidad de tokens de bambú del tipo de los ejemplares que se ilustran en la Figura 3, en el techo de un almacén de la fábrica de salsas de Suzhou y en perfecto estado de conservación. Estas piezas fueron rápidamente dispersadas en el mercado numismático internacional.

 

 

 Figura 3.- Varillas de bambú de uso monetario.

 

            Durante casi un siglo, entre 1870 y 1960, circularon muchísimos tokens-monedas de bambú en las provincias de Shandong (), Jiangsu () y Zhejiang () (Fig. 3). En una época donde escaseaba la moneda oficial, la población necesitaba algún elemento que la supliera para las pequeñas transacciones de la vida cotidiana. En esos momentos un comerciante de la ciudad de Suzhou  en la provincia de Jiangsu llamado Shushu Guan Xixing, fabricó 100 piezas de bambú para ser utilizadas como moneda en su tienda de esteras de paja. Para que este nuevo tipo de dinero fuera conocido por los potenciales compradores, organizó una fiesta en la ciudad invitando a ella a los comerciantes y personas de relevancia, comunicándoles que este nuevo tipo de moneda de bambú serviría para adquirir los productos de su comercio. Gracias a su buena reputación, este novedoso tipo de dinero fue aceptado sin problemas, extendiéndose su uso no solo en la ciudad sino en otros pueblos y localidades próximas que imitaron su ejemplo, emitiendo numerosos tipos y valores en varillas de bambú.

 

            Tras el éxito de este nuevo tipo monetario que comienza durante los reinados de Tongzhi (1861-1875) y Guangxu (1875-1908) de la dinastía Qing, al implantarse la República Popular China y ante la falta de numerario, muchos comerciantes locales de telas, cera, tabaco, té, dulces, hoteles, e incluso la propia asociación popular revolucionaria (Fig. 3c) continuaron emitiendo su propio dinero de bambú.


 

Figura 4.- Mapa de China y ubicación de las provincias de Shandong, Jiangsu y Zejiang donde se emitieron las monedas-tokens de bambú. a: Token de bambú con escritura horizontal "Heng Long Liang Hang" (empresa de granos en Suzhou, 1930-1940); b: Token sin orificio con leyenda vertical "Tong Li Cha She Shang Dian" (tienda de té en Tongli, Suzhou, 1950-1960); c: Token estilizado por valor de 50 céntimos en comida, emitido por la Asociación Popular Revolucionaria de Suzhou hacia 1960.

 

            Este “dinero de bambú” cumplía las funciones de una verdadera moneda, y se basaba en la confianza que depositaban en él las personas que lo utilizaron ininterrumpidamente durante casi una centuria en las tres provincias señaladas, en tiendas, restaurantes, hoteles, casa de té e incluso burdeles. De esta forma podemos encontrar varillas de bambú que equivalen a un millar de monedas en efectivo, mientras que con otras solo puede adquirirse una modesta taza de té.

 

            Existe una inmensa variedad de tokens-monedas de bambú, y la mayoría de los ejemplares están sin publicar. En la actualidad comienzan a aparecer algunos estudios sobre este tema (3), e incluso quedan recogidos en algún libro de numismática local (Fig. 5) (4).

 


 Figura 5.- Libro sobre las monedas de bambú de Suzhou.

 

            Además de las piezas utilizadas como moneda, existen también fichas de juego que adoptaron también la forma de varillas de bambú, e incluso en tiempos recientes algunas entradas o tickets de acceso a algunos museos de numismática han adoptado también esta singular forma (Fig. 6).

 

 

Figura 6.- Entradas a algunos museos de Numismática de China. Al fondo un “ticket” de 1992, en primer plano una pieza de acceso al Museo Numismático de Mr. Xu’s  en Suzhou (1992-2002), en este caso la varilla está fabricada con madera diferente al bambú.

 

 

 

 

 

Notas:

 

(1)  También se fabricaron “monedas de necesidad” de madera en los Estados Unidos   durante la crisis económica de los años treinta. En diciembre de 1931, y ante la quiebra del banco de Tenino (Washington), los comerciantes  hicieron billetes de 25 céntimos, uno, cinco y diez dólares sobre finas láminas de madera que imitaban a los billetes de curso legal, imprimiéndose por un total de 11.582,50 dólares. Estos billetes de necesidad fueron avalados por la cámara de comercio local, funcionando como moneda durante algún tiempo: Monedas de madera: los “wooden nickels” americanos” Eco Filatélico y Numismático 60(1121) (julio/agosto, 2004): pp. 46-47.

(2) Ibáñez, M. (2012). La fecha en las monedas chinas.  Eco Filatélico y Numismático 68(1208) (Junio 2012): pp. 40-41.

 

(3)http://www.transasiart.com/Numismatique/numismatique_chine/republique/bambous/ncnrepb.htm; http://www.chinazeug.de/bambus.htm; http://primaltrek.com/bamboo.html; https://web.archive.org/web/20180612112757/http://www.subaonet.com/cul/2013/0325/1110957.shtml; etc...

 

(4)  Zhang Chong-feng, 2005. Illustrated Catalogue of Currency of Suzhou (With Bamboo Tallies). Shanghai Ancient Books Publ. House: 149 pp. (en chino).

 

 https://www.youtube.com/watch?v=hrYCStptu7g


 

 

 













domingo, 1 de agosto de 2021

"Sacra Moneta". Los orígenes de la moneda.

 

“Sacra Moneta”. Los orígenes de la moneda. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático. (Septiembre 2018) 74 (1276): 48-50.

 

Miguel Ibáñez Artica

 

 


 

            El relato convencional sobre el origen de la moneda se remonta a los banqueros jonios del siglo VII antes de nuestra Era, cuando colocaron su sello sobre gotitas metálicas de electron (mezcla de oro y plata) para garantizar su valor. De esta forma surgieron las primeras monedas metálicas que pronto se popularizaron en las polis griegas y en el imperio Persa. Según esta teoría, generalmente aceptada por historiadores, economistas y numismáticos, el “trueque” primitivo fue el antecesor directo de la moneda, y por este motivo interpretamos este elemento con un criterio estrictamente económico. Sin embargo dicha teoría es en realidad un mito surgido en el s. XVIII, y a través de la antropología se ha llegado a alcanzar una visión mucho más amplia acerca de la complejidad de funciones asociadas a la denominado “dinero o moneda primitiva”, precursora de la “moneda económica”. 

 

La moneda, tal como la conocemos, es un “invento” relativamente reciente; en occidente su antigüedad se remonta al último cuarto del siglo VII a. C.(1), y sin embargo el hombre venía comerciando desde hacía varios milenios, aparentemente sin utilizarla. Antes de su aparición se empleaban diferentes elementos entre los que podemos destacar los lingotes de metal, a veces con marcas que señalan su procedencia, pertenencia o controles de peso y calidad. Es precisamente a partir de unas “gotas” de electro (aleación de oro/plata) de donde surgieron las primeras monedas, convirtiéndose en un signo social, medida universal de valor y medio de compra garantizado. El salto entre “lingote premonetario” a “moneda” se produjo con la aparición del pensamiento racional en las comunidades políticas griegas, y su éxito y rápida propagación, se debieron por una parte a su utilidad práctica como herramienta económica al servicio del poder establecido, y también a que actuó sicológicamente en la población como una droga.

 

            Sin embargo en este relato se omiten dos cuestiones importantes, primero el nacimiento y desarrollo de la moneda en oriente, y también el papel ancestral de la “premoneda” como instrumento de cohesión y reproducción social.

 

            Con respecto a la primera cuestión, en China ya se utilizaban elementos con función monetaria durante la dinastía Shang () (1766-1122 a.C.), y precisamente el logograma significa “comercio”, de forma que  podríamos referirnos a ella como "la dinastía comercial". Tanto en los huesos oraculares como en las vasijas de bronce de esta dinastía y de la siguiente (Zhou: 1121-256 a.C.) aparecen mencionadas las conchas de cauri en pagos y recompensas, convirtiéndose estos elementos en medida del valor, casi un milenio antes de que en Asia Menor surgieran las primeras monedas metálicas (Figura 1). Durante este largo período y ante la escasez de conchas de caurís de origen marino, se fabricaron copias en diferentes elementos como piedra, madera, hueso, jade y finalmente en plomo y bronce (Figura 2). Estas dos últimas imitaciones de conchas en metal, pueden considerarse “sensu stricto” como las primeras monedas metálicas, adelantándose en dos o tres siglos a las emisiones realizadas en la península de Anatolia hacia el 650 a.C.

 

 

Figura 1.- Aparición y desarrollo de la moneda en China y Occidente.

 

Figura 2.-  Conchas de cauri chinas del segundo milenio antes de Cristo (a) y sus imitaciones en hueso (b), cuarcita (c), conchas recortadas (d), jade (e), madera (f), bronce (g), bronce sobredorado (h). Estas últimas derivaron en las monedas denominadas “cara de fantasma” o “moneda hormiga” (i).

 

            Con respecto a la “premoneda”, las investigaciones antropológicas realizadas desde finales del siglo XIX por diferentes especialistas en lejanas zonas aisladas como la Melanesia, han permitido descubrir una gran variedad de formas y usos de “monedas”, que probablemente existieron también en otros lugares y culturas antes de que surgiera la “moneda económica”. En 1914, el antropólogo francés Marcel Mauss realizó una novedosa proposición sobre el concepto de “moneda”, señalando su carácter mágico-religioso en las sociedades primitivas de África, América y Oceanía, y frecuentemente encontramos un origen sagrado en las monedas-concha de las islas del Pacífico.

 

Numerosos autores han profundizado sobre el carácter sacro de estas monedas primitivas, de forma que entre ellas podemos identificar tres familias, en primer lugar los objetos sagrados, que son intransferibles, al haber sido donados originariamente por los dioses, y no circulan, en segundo lugar los objetos preciosos de carácter ceremonial y circulación especial, que pueden ser donados en ciertos casos como en matrimonios o deudas de sangre, y finalmente los comunes o profanos, que sirven como moneda de uso cotidiano asumiendo una función económica. Ocasionalmente encontramos que algunos elementos rituales pasan a la esfera comercial,  como por ejemplo los “mwali” o “soulava” de las islas Tobriand en Papúa, que salen del circuito del Kula y sirven para adquirir canoas o posesiones valiosas.

 

            La sacralización de los objetos valiosos es un mecanismo que permite reforzar la jerarquización social, ya que las monedas no sirven únicamente para adquirir bienes o servicios, también permiten a su poseedor disponer de un elevado status social. Podemos encontrar ciertos paralelismos en la antigua Grecia, donde también se producía una clara diferenciación entre los objetos valiosos adquiridos o “riqueza móvil” (probasis) y aquellos que debían conservarse en casa (keimelia). Como en los soulava y mwali del anillo del Kula en la actualidad, los keimelion tenían su propia historia, iban unidos a su poseedor y al pasar de mano en mano acrecentaban su valor. Queda por determinar si en la antigua Grecia la “medida del valor” (como precursora de la moneda) en realidad tuvo un origen sacro y no comercial, y de hecho las primeras monedas griegas fueron denominadas “óbolos”, nombre que recibían las varillas rituales o asadores utilizados en los sacrificios a los dioses, y el dracma era originalmente un “puñado” de seis varillas u óbolos.

 

Podemos remontarnos hacia atrás en el tiempo, observando las costumbres e instituciones de ciertas culturas primitivas que aún hoy en día (aunque probablemente ya por poco tiempo) sobreviven en apartadas regiones de la Melanesia, donde permanecen dos tipos de “monedas” que tienen una función muy específica, en primer lugar son las denominadas “monedas de sangre” (o precio de la sangre) cuya función es la de resarcir con ellas a los familiares de una víctima de homicidio. El pago de esta moneda a los parientes de la víctima por parte del agresor, devuelve la paz social que en otro caso derivaría en la aplicación de la “ley de Talión” donde previsiblemente se produciría más derramamiento de sangre. Cada poco tiempo aparecen en la prensa local referencias a esta tradición, por ejemplo el 12 de enero del 2017, el periódico “Solomon Star” de las Islas Salomón publicaba la noticia de que un hombre había acuchillado a su mujer embarazada, lo que había ocasionado la pérdida del niño y la mujer herida de gravedad. Detenido el hombre, los familiares del agresor se reunieron con los de la víctima en la comisaría y los primeros entregaron una moneda concha “tafuliae” como compensación a los segundos, con la finalidad –como recoge la noticia- “de allanar el camino de la reconciliación entre ambas familias” (Figura 3c).

 

 

Figura 3.- “Dinero de la novia” en las Islas Salomón (a) y Papúa-Nueva Guinea (b); Pago de una moneda concha al familiar de una víctima de homicidio por parte de los familiares del agresor en las Islas Salomón en el mes de octubre del 2011 (c* Foto de “Solomon Star).

 

            El segundo tipo es la denominada “moneda de la novia” (o precio/dinero de la novia), que la familia del novio debe presentar a los familiares de la novia a cambio de ésta (Figura 3a, b) y que residualmente encontramos hoy en día en nuestra cultura, en forma de las “arras matrimoniales” entregadas a la novia en la ceremonia de la boda.

 

En numerosas ocasiones las premonedas simbolizan a la persona, y por tanto son adecuadas para realizar los pagos por matrimonio u homicidio (perdida para el clan de una hija casada o de un hijo o familiar asesinado). En este caso la “moneda de la novia” actúa metafóricamente como la “moneda de sangre”, las monedas son “personas virtuales” y en ambos casos sirven para compensar la pérdida de un individuo del grupo, ya sea una hija que se casa y abandona el clan familiar para ir con su marido, o un hijo que es asesinado en una disputa con un clan vecino.

 

            También la moneda de la antigua Roma estaba vinculada a lo sagrado, de hecho la misma palabra “moneda” deriva de la diosa protectora Juno Moneta, junto a cuyo templo en el Capitolio romano, se acuñaban los denarios, de forma que muy pronto la palabra “moneta” pasó a tener el significado que damos hoy a la moneda (Figura 4).

 

Figura 4.- Denario republicano dedicado a la diosa Juno Moneta acuñado el 46 a.C., que muestra en su reverso los útiles de acuñar, sobre la maqueta del templo dedicado a la diosa en el Capitolio romano.

 

En tiempos del emperador Diocleciano (284-305 d.C.) aparece la leyenda “sacra moneta” junto con una figura femenina de pie, que lleva una cornucopia como señal de abundancia y riqueza, y una balanza simbolizando el correcto peso y ley que debía tener la moneda. La sacralización de la moneda significaba que cualquier alteración que sufriera (pérdida de peso o de ley) debía considerarse como un verdadero sacrilegio. Esta nueva representación aparece tras la reforma monetaria a finales del s. III d.C., cuando se pone fin al devaluado “antoniniano” que había circulado durante el período conocido como “de anarquía militar”, con 17 emperadores diferentes en poco más de 30 años.

 

            Son varios los autores que establecen el origen del dinero en la religión, lo cual tiene su cierta lógica, ya que la moneda es reconocida por su valor por un conjunto de personas que realizan un “acto de fe”, y aceptan que ese objeto, ya sea un collar de conchas o un fragmento de metal acuñado, tiene un determinado valor. Esta creencia es más fácil de asentar si se sacraliza de alguna forma el objeto en cuestión.

 

            Curiosamente, en una sociedad donde se han reducido mucho las creencias religiosas tradicionales, nunca antes había existido tanta “fe” (creencia en lo que no vemos), en el dinero, ya sea en forma metálica (monedas), en papel moneda, o en información almacenada en microchips y discos duros de ordenadores (tarjetas de crédito, bancos), e incluso en la nueva moneda virtual (bitcoins).

 

Nota:

 

(1) Precisamente las monedas griegas más antiguas, datadas a comienzos del s. VII a.C., se encontraron en las excavaciones arqueológicas del templo dedicado a la diosa Artemisa en Éfeso. Se trata de un conjunto de 93 pequeñas monedas de electro (aleación de oro y plata) encerradas dentro de una vasija, la más grande con un peso de media estátera de Mileto, y la más pequeña pesaba sólo 1/96 estátera, apenas 0,14 gramos. Estas monedas fueron depositadas como ofrenda fundacional, es decir ofrendas a los dioses al comenzar las obras de construcción del templo. De esta forma, también encontramos una vinculación religiosa en el origen de las primeras monedas convencionales de uso económico.    

 

Bibliografía:

 

Belk, R. W. & M. Wallendorf, 1990. The Sacred Meanings of Money. J. Economic Psychology 11: 35-57.

 

Ibáñez, M., 2006. La premoneda social, precursora de la moneda económica. NVMISMA, 56(250): 21-40.

 

Parise, N., 2003. El origen de la moneda. Signos premonetarios y formas arcaicas del intercambio. Ed. Bellaterra. Barcelona: 140 pp.

 

 





jueves, 1 de julio de 2021

El informe de D. Pablo Ilarregui (Académico de la R.A.H.) sobre las monedas del Príncipe de Viana.

 El informe de D. Pablo Ilarregui (Académico de la R.A.H.) sobre las monedas del Príncipe de Viana. Artículo publicado en: Gaceta Numismática (2008) 170/171: pp. 23-28.

 

Miguel Ibáñez Artica

 

















martes, 1 de junio de 2021

La escritura braille en las monedas.

 La escritura braille en las monedas: I. Monedas corrientes circulantes y II. Monedas conmemorativas. Artículos publicados en: Eco Filatélico y Numismático 76(1292) (Febrero, 2020): pp. 44-47, y Eco Filatélico y Numismático 76(1293) (Marzo, 2020): pp. 48-49.

 

Miguel Ibáñez Artica

 

 

I. Monedas corrientes circulantes.


            En un reciente artículo comentábamos las escrituras más antiguas que aparecen en las monedas, la cuneiforme y la jeroglífica egipcia, ahora trataremos de la más moderna, la escritura braille, diseñada en 1825 para personas invidentes  por el pedagogo francés Louis Braille.


            Este sistema se basa en otro ya existente, denominado “escritura nocturna”  diseñado para el ejército y que contaba con una doble ventaja, permitía enviar mensajes cifrados que podían ser leídos por los oficiales en la oscuridad. Con un lápiz utilizado como buril se marcaban en relieve puntos sobre una matriz de 2 x 6, utilizando un alfabeto fonético (en francés) creado por el militar y criptógrafo Charles Barbier. Braille tomó como base este sistema simplificándolo a una matriz de 2 x 3 y creando un alfabeto completo. La presencia o ausencia de puntos en cada una de las seis posiciones de la matriz permite realizar 64 combinaciones, suficientes para cubrir las diferentes letras del alfabeto, números y signos de puntuación (Fig. 1).

 

Figura 1.- Alfabetos Barbier y Braille.

 

            Las monedas que presentan signos en escritura braille podemos agruparlas en tres categorías diferentes, en primer lugar las que presentan estos caracteres con una finalidad funcional, es decir permitir a las personas invidentes reconocer el valor de la moneda de forma táctil mediante este tipo de escritura. A este grupo pertenecen las monedas italianas de 500 liras, los pesos mejicanos, los colones costarricenses, los sucres ecuatorianos, los céntimos del nuevo sol peruanos y la moneda de diez tólares eslovenos.

 

            En segundo lugar tenemos las monedas conmemorativas, que hacen referencia a acontecimientos relacionados con el inventor de este tipo de escritura Luis Braille, o a colectivos o personas invidentes de relevancia. Aquí podemos diferenciar dos grupos distintos, por un lado, las monedas destinadas a la circulación (como las piezas de dos euros italianas y belgas, las dos rupias indias o los cuartos de dólar americanos), y por otra parte las monedas conmemorativas destinadas exclusivamente al mercado del coleccionismo numismático (monedas de cien francos francesas, de mil pesetas españolas, dólares de plata de EEUU, Palau y Canadá, złotys polacos y coronas de la Isla de Man). 

 

            Con respecto al uso de este código con una finalidad funcional, solamente seis países lo han aplicado en las monedas circulantes de uso común, el primero en implantarlo fue Italia en 1982 en las monedas bimetálicas de 500 liras, emisiones que se prolongaron durante una década hasta 1992, desapareciendo en el año siguiente.

           

            El reverso de esta moneda muestra una vista de la Plaza del Quirinal de Roma, con el “Palazzo” al fondo, construido como palacio de verano de los Papas y actualmente residencia oficial del presidente de Italia, y en un primer plano la fuente conocida como Monte Cavallo, con un obelisco traído por los romanos de Egipto, flanqueado por dos estatuas que representan a Castor y Pollux, cada uno de ellos acompañado de un caballo. Estas monedas llevan la leyenda "L. 500" en la parte inferior del reverso, y en la parte superior, la misma inscripción en alfabeto braille (Fig. 2).

 

Figura 2.- Monedas de 500 liras con escritura braille: primera (1982) y última (1992) emisión.

 

            El segundo país en implementar la escritura braille fue Costa Rica, que introdujo este sistema en las monedas de 5, 10 y 20 colones en 1983, ampliándolo a las de 25 y 50 en 1996, a la de un colon en 1998, a la de 50 en 1999 y finalmente a la de 500 en el año 2003, conservando este tipo de escritura en el numerario actualmente en circulación (Fig. 3).

 

Figura 3.- Monedas de Costa Rica.

 

            El tercer país en añadir el sistema braille para señalar el valor de la moneda fue México, que introdujo dichos símbolos en las emisiones realizadas entre 1984 y 1992 en sus monedas de 10, 20, 50 y 100 pesos (Fig. 4). Mientras las monedas de 100 y 50 pesos, que llevan los retratos de los presidentes Venustiano Carranza y Benito Juárez respectivamente (Figs. 4d y c), se acuñaron a partir de 1984, con una última emisión en 1992, las de 20 y 10 pesos (con los bustos del presidente Guadalupe Victoria y del fundador Miguel Hidalgo y Costilla), lo hicieron en 1985 siendo la última emisión de la moneda de veinte pesos con símbolos en braille en 1990, y un año antes la de diez pesos (Figs. 4b y a).

 

Figura 4.- Monedas mexicanas con escritura Braille.

 

            De forma puntual, Ecuador realizó emisiones que incorporaron la cifra del valor de la moneda en braille en los cincuenta centavos y 5, 10, 20 y 50 sucres de la emisión de 1988, sin que esta fórmula tuviera continuidad posterior (Fig. 5a).

 

            Perú relevó a México introduciendo el código braille en las monedas de 1, 5, 10, 20, 50 céntimos y un nuevo sol entre los años 1991 y 2000. Las monedas de 1, 5, 10 y 20 céntimos llevan en su anverso la cifra del valor de la moneda flanqueada de unas figuras de bajorrelieves hallados en la ciudad precolombina de Chan Chan. Debajo el valor en letras y encima en alfabeto braille. Las monedas de 50 céntimos y un sol llevan la cifra flanqueada por una rama de olivo y el logotipo de la ceca, debajo el valor en letras y encima en braille (Fig. 5b).

 

Figura 5.- Monedas con escritura Braille.

            a: Emisiones de 1988 de Ecuador.

            b: Monedas de Perú.

 

            Finalmente, dentro de Europa, y aparte de las emisiones italianas reseñadas, otras monedas que llevan la cifra del valor de la moneda en símbolos braille, son los diez tólares acuñados en la República de Eslovenia entre los años 2000 y 2006, con un módulo de 22 mm y un peso de 5,75 g. (Fig. 6).

 

Figura 6.- Moneda de 10 tólares de Eslovenia, cuproníquel, 22 mm.

 

 

II. Monedas conmemorativas.

 

            Además de las emisiones del numerario “corriente” comentadas en un artículo anterior (Fig. 7), encontramos cuatro tipos monetarios conmemorativos, pero de circulación ordinaria, el primero son los 25 céntimos de dólar (quarter) acuñados en el año 2003 y dedicados al estado de Alabama, donde aparece la imagen de la escritora y activista política invidente Helen Keller, incluyendo su nombre en inglés, y en versión simplificada en braille (Fig. 8d). Posteriormente, en el año 2009 se acuñaron monedas de dos euros en Bélgica e Italia, y de dos rupias en la India para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Louis Braille. La moneda belga presenta el busto del inventor, y a ambos lados de su cabeza su nombre en alfabeto braille (Fig. 8a). Se trata pues de la primera moneda del sistema euro que presenta un texto en braille y se distribuyó el 25 de septiembre, un poco antes de la que se acuñó con el mismo motivo en Italia y que circuló a partir del 15 de octubre. La emisión italiana muestra una mano, que se desliza por la superficie de la página de un libro en el que están impresos los caracteres “LOUIS BRAILLE” en código braille (Fig. 8b). La moneda de dos rupias acuñada en la India muestra el busto frontal del creador del sistema de lectura para ciegos y debajo en caracteres braille “L.BRL” (Fig. 8c).

 

Figura 7.- Monedas con símbolos en Braille.

 

 

Figura 8.- Monedas conmemorativas circulantes

a: Moneda de dos euros de Bélgica (2009); b: Dos euros de Italia (2009); c: Dos rupias de la India (2009); d: Un cuarto de dólar de EEUU (2003).

 

Tanto las monedas bimetálicas italianas de 500 liras, como las costarricenses, mejicanas, ecuatorianas, peruanas y eslovenas, así como las de dos euros, dos rupias y veinticinco centavos de dólar, son monedas que han circulado, y donde aparecen símbolos en braille, que podemos considerar como el tipo de alfabeto más moderno que se ha utilizado en las inscripciones de una moneda.

 

            Además de todas las piezas reseñadas hasta el momento, que han circulado o incluso circulan en la actualidad, encontramos otras nueve conmemorativas acuñadas exclusivamente para el mercado del coleccionismo numismático. En orden cronológico son en primer lugar la moneda un dólar de Estados Unidos conmemorativa de los juegos paralímpicos de Atlanta de 1995 (Fig. 9a), que lleva en braille la inscripción “Spirit” en el anverso, junto al logotipo de los juegos, la de cien francos de plata acuñada en 1999 en Francia (Fig 9b), tres emisiones realizadas en el año 2009 para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Louis Braille: un dólar de plata acuñado en Estados Unidos, cinco dólares de plata emitidos en Palau, una corona de cuproníquel de la Isla de Man;  los diez zlotys polacos del 2011 con la inscripción “10 tz” en braille (Figs. 9c, d, e y f), y la moneda de 30 dólares de plata emitida en el año 2018 en Canadá, con diseño de la artista canadiense Meghan Sims, para conmemorar el centenario de la asociación de invidentes canadienses (CNIB)(1) y que lleva la cifra “100” en braille (Fig. 9g).

 



Figura 9.- Monedas conmemorativas no circulantes.

a: Un dólar de plata conmemorativo de los Juegos paralímpicos de Atlanta, 38,1 mm; 26,73 g., 1995; b: 100 francos de plata de Francia, 37,5 mm, 1999; c: un dólar de plata de EEUU, 38,1 mm, 2009; d: cinco dólares de plata de Palau, 38,61 mm, 2009; e: una corona de cuproníquel de la Isla de Man, 38,61 mm, 2009; f: diez złotys de plata de Polonia, 32 mm, 2011; g: treinta dólares canadienses de plata, 50 mm, 2018; h: moneda de 1000 pesetas conmemorativa de los Juegos Paralímpicos de Atlanta, 33 mm, 1996; i: monedas españolas de mil pesetas de plata conmemorativas de los Juegos Paralímpicos de Sídney, 33 mm, 2000.

 

            Finalmente podemos señalar tres emisiones conmemorativas españolas de monedas de mil pesetas en plata donde aparecen leyendas en Braille, en la primera de ellas referida a los Juegos Paralímpicos celebrados en Atlanta en el año 1996, aparecen las iniciales “JJ.PP.” en braille (Fig. 9h), y en las otras dos que conmemoran las mismas competiciones en Sídney el año 2000, aparece en dos líneas, el valor “1000 PESETAS” en braille  (Fig. 9i).

 

            Mientras en los billetes de varios países como Argentina, Brunei, Emiratos Árabes, Honduras, India, Malta y Trinidad y Tobago, encontramos los símbolos del valor de los mismos en braille, en las monedas en circulación esta representación es más limitada, y como hemos visto solamente se ha dado en períodos cortos de aproximadamente una década en Italia, México y Perú, y durante unos pocos años en Eslovenia, con la excepción de Costa Rica, donde llevan circulando 35 años. El motivo es que las monedas actuales en circulación, como por ejemplo las que integran el sistema del Euro, están cuidadosamente diseñadas para ser fácilmente reconocidas de forma visual y táctil, con tamaños y bordes diferentes (estriado, liso, ondulado, con surcos...). De hecho en la mayoría de las monedas conmemorativas, la inscripción que aparece en braille es el nombre de una persona o una abreviatura del mismo, a excepción de la moneda polaca y las emisiones españolas del 2000, que indican la cifra del valor de la moneda. Incluso a veces puede llevar a confusión, como es el caso de la moneda canadiense, que indica en braille la cifra 100 (centenario de la asociación CNIB), cuando el valor de la moneda es de 30 dólares canadienses.

 

            Podemos concluir que  la escritura braille, está presente en las monedas de los siglos XX/XXI d.C., de una forma que podemos definir como “anecdótica” o “residual”, si consideramos el número total de las diferentes emisiones realizadas en dicha época, y siempre de forma complementaria con la escritura latina o devanagari. Los símbolos en braille, además de su papel funcional, representan un mensaje dirigido a toda la sociedad sobre la necesidad de integración de las personas invidentes.

 

 

 

 

 

Notas:

 

(1) La asociación “Canadian National Institute fro the Blind” (CNIB), fue creada en marzo de 1918 para proporcionar alimentos y ropa a los veteranos ciegos de la I Guerra Mundial que regresaban a sus casas, así como a las 850 personas que perdieron la vista en la dramática explosión producida el 6 de diciembre de 1917, cuando colisionaron en el puerto de Halifax dos buques cargados de explosivos, y que produjo la muerte de 2000 personas, quedando heridas otras 9000.  El diseño de la artista canadiense Meghan Sims presenta una colina que se dobla como un párpado, donde a modo de pestañas,  crecen siete pinos que simbolizan la fuerza y tenacidad de los siete fundadores del CNIB.

 

 

Bibliografía:

 

Ibáñez, M., 2018. Los tipos de escritura más antiguos (cuneiforme y jeroglífico egipcio) y el más moderno (Braille) en las monedas. Gaceta Numismática, n. 195: 111-121.