Mostrando entradas con la etiqueta Sos del Rey Católico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Sos del Rey Católico. Mostrar todas las entradas

domingo, 16 de octubre de 2016

La ceca ibérica de ARSAOS.

La ceca ibérica de ARSAOS. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 59(1110) (Julio-Agosto, 2003): pp. 44-45.

Miguel Ibáñez Artica.


          La división administrativa de la Península Ibérica en dos provincias, la Ulterior (sur) y la Citerior (norte) se remonta a comienzos del s. II a.C. y las emisiones monetarias acuñadas en ambas regiones muestran grandes diferencias. Por un lado, las poblaciones de la provincia Ulterior, tempranamente romanizadas, acuñan exclusivamente monedas de bronce y presentan una iconografía muy variada: elementos agrícolas como el trigo o la vid, peces y actividades de pesca, representaciones mitológicas y seres fantásticos, gladiadores etc..., utilizando también diversas lenguas y alfabetos: fenicio, ibérico meridional y latino. Por el contrario, en la provincia Citerior, se acuña en bronce (ases y sus divisores) y en plata (denarios), con un motivo predominante: el jinete guerrero en el reverso y un busto masculino, generalmente barbado en el anverso. En cuanto la escritura, con algunas variantes, es más homogénea y se corresponde con el alfabeto silábico ibérico. Resulta indiscutible que la aparición de la moneda indígena vino forzada por los nuevos conquistadores, los romanos. Aunque respecto a los motivos que aparecen en las monedas, y en cuanto a la escritura, los pueblos indígenas tenían una cierta autonomía, los pesos y tamaños de las monedas de plata y bronce, se corresponden exactamente con el patrón oficial impuesto por Roma.

          La primera dificultad para identificar las ciudades que en estos tiempos acuñaron moneda, es determinar la zona ocupada por los antiguos pueblos hispánicos prerromanos. Estos pueblos no tenían unas fronteras estables y podían expandirse, o incluso desaparecer en cortos períodos de tiempo. Los vascones ocupaban el actual territorio de Navarra, y se extendieron hacia el sur, este y oeste, abarcando en el siglo primero antes de nuestra Era (según Plinio y Ptolomeo) ciudades como Jaca, Egea de los Caballeros, Calahorra y Alfaro. Esta expansión vascona ocurrida hacia el siglo primero antes de Cristo, fue sin duda favorecida por los romanos, a quienes los vascones ayudaron en sus guerras, primero contra los celtíberos y más tarde participando como aliados del general Pompeyo (fundador de Pamplona) en su pugna contra Sertorio, quien había establecido su capital en Huesca.

Figura 1.- Denarios y ases de Arsaos.

          Una característica de las monedas “vasconas”, también común a otras vecinas poblaciones beronas que emitieron moneda (Teitiakos y Uarakos), es que a diferencia del típico jinete celtibérico portador de una lanza, en la moneda “vascona” generalmente el jinete lleva un arma corta, generalmente una espada, o a veces un dardo, hacha o una hoz de guerra (“falx”). Este hecho ha sido interpretado como reflejo de que en realidad el mercenario vascón estaría integrado en las tropas de infantería, mientras que el celtibérico actuaría en la caballería. Las armas cortas más adecuadas en el combate a pie le serían por tanto más familiares al mercenario vascón, y son las que representa en sus monedas.

          Las monedas con leyenda “BARSKUNES”, “BASKUNES”(1),  “BENTIAN” y “OLKAIRUN” fueron acuñadas en poblaciones situadas cerca de la actual Pamplona y la palabra “Baskunes” es una simplificación de la anterior “Barskunes”. Llama poderosamente la atención, la gran cantidad de emisiones de monedas de plata (denarios) acuñados en la ceca de  Baskunes, difícilmente justificables dentro de un contexto económico, y que sólo pueden interpretarse como monedas destinadas a pagar a los ejércitos mercenarios que actuaban como aliados de los romanos. El popular denario de Baskunes es incluso copiado en la lejana Galia Belga , latinizando la palabra ibérica que da como resultado una lectura de “IMONES”, que posteriormente se convierte en “IMONIO”.     

Figura 2.- Representación de una doble hacha de guerra en denarios de Augusto acuñados en Emerita.

          Otra importante ceca que emitió monedas de plata (denarios) y  bronce (ases,  semises y cuadrantes) es “ARSAOS”. Estas emisiones presentan una característica que las hace únicas en la numismática ibérica, el jinete lleva una especie de dardo corto (Figura 1), que ha sido interpretado como un hacha doble de guerra (bipenne) (Figura 2). En los anversos de denarios y ases aparece un busto barbado mirando a la derecha, delante de él un delfín y detrás un arado. En una de las emisiones de ases figuran las letras “O N” bajo la barbilla del busto (Figura 3), leyenda idéntica a la que aparece en la ceca de Segia (Egea de los Caballeros) en denarios y ases, o en una emisión de ases de la ceca vascona de Bentian (una leyenda similar pero con la silábica Bo, en vez de la O, aparece en las monedas de Bolskan-Huesca, Iaka-Jaca y Sesars). Otras dos cecas vasconas presentan la leyenda “ETa  ON” (Arsakos y Umanbaate).

Figura 3.- Detalle de la leyenda ibérica “ON” en el anverso de un as de Arsaos.

          La principal pista sobre donde pudo estar localizada la ceca de Arsaos la aportó en 1976 G. Fatás: en Sofuentes (Sos del Rey Católico(2)) existe una inscripción funeraria en piedra con la leyenda Arsitanvs: “BUCCO.IIV / SADANSIS.F / ARSITANVS / H.S.E.”, si bien en la actualidad esta importante lápida forma parte de una puerta donde está sujeta la verja de una casa, en su momento señalaba la tumba de un magistrado (duunviro) Bucco de Arsaos (Figura 4).


Figura 4.- Placa funeraria de Sofuentes (Sos del Rey Católico) alusiva a un personaje de Arsaos, y vías y yacimientos romanos en la zona.

          La comarca de Sos del Rey Católico pertenecía a comienzos del siglo II a.C. al territorio suessetano, pueblo que desaparece de las fuentes documentales romanas tras la campaña de Catón contra Jaca en el 184 a.C. Presumiblemente a partir de este momento la zona quedó controlada por los vascones bajo cuya influencia se emitieron las monedas a partir de la segunda mitad del s. II a.C. La emisión de divisores (semises y cuadrantes) indica unas necesidades monetarias diversificadas de la población que habitaba esta zona. Los ases acuñados en esta ceca presentan una gran variabilidad de estilos, pesos y tamaños y han sido encontrados en diversos lugares (Zaragoza, Navarra, La Rioja, Soria, Cuenca, Barcelona, Gerona e incluso en Ibiza). Más abundantes son los hallazgos de denarios (108 en Palenzuela, 33 en Barcus –Francia-, 26 en Alagón, 14 en Borja y ejemplares dispersos en Vizcaya, Logroño, Burgos, Salamanca, Soria, Córdoba y Jaén) (3).


(1) Según una reciente teoría, ampliamente aceptada por los especialistas de lenguas prerromanas, la terminación –es, correspondería a un ablativo plural y no a un nominativo plural (como se pensaba hasta hace poco), con lo cual el nombre de la ciudad emisora de estas monedas sería “Baskon” o “Barskon”, significando la leyenda: “para los de Baskon”.
(2) Algunas cecas celtibéricas como Oilaunikos y Areikoratas, presentan en el anverso la leyenda SOS, de significado desconocido.     
(3) Con  posterioridad a la aparición de este artículo, se ha publicado una monografía sobre esta ceca: Fernández Gómez, J., 2009, Arsaos, reflexiones históricas, geográficas y tipológicas en torno a unaceca indígena en territorio vascón. Col.lecció Instrumenta 32 (Univ. Barcelona): pp. 437-480. 



viernes, 15 de abril de 2016

Monedas españolas de personajes que no llegaron a reinar: Carlos “IV” de Navarra, Príncipe de Viana (1441-1461).

Monedas españolas de personajes que no llegaron a reinar: Carlos “IV” de Navarra, Príncipe de Viana (1441-1461). Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 58(1103) (Diciembre, 2002): pp. 46-47.

Miguel Ibáñez Artica.

El ocho de septiembre de 1425, fallecía en la ciudad de Tafalla el rey de Navarra Carlos III “el Noble”, tras un prolongado reinado de paz, en gran parte debida a la prudente y conciliadora actitud del monarca. Heredaba la corona su hija, Blanca, casada con Juan (uno de los “infantes de Aragón” citados por Jorge Manrique). Blanca y Juan por esas fechas ya habían tenido un hijo llamado Carlos en honor a su abuelo, nacido en 1421 y para quien el monarca Carlos III creó el “Principado de Viana”.

Tras la muerte de la reina de Navarra en 1441, el Príncipe de Viana debía haber sido proclamado rey, pero su padre, el ambicioso e intrigante Juan II, no estaba dispuesto a renunciar al título real, y tras una reunión mantenida en noviembre de ese mismo año en Santo Domingo de la Calzada, Carlos fue nombrado Lugarteniente General del Reino, manteniendo su padre la corona de Navarra. En estos momentos Juan II se encontraba muy ocupado en mantener y acrecentar su influencia en territorios castellanos, contrayendo matrimonio con Juana Enriquez, hija del almirante de Castilla (13 de julio de 1447), sin ni siquiera notificarlo oficialmente al reino de Navarra.


Figura 1.- Miniatura representando a Carlos, Príncipe de Viana, con sus divisas y símbolos característicos. La figura del trifolio también aparece en sus monedas de plata, como en el anverso del medio grueso que se ilustra.

De esta forma fue incrementándose la animadversión por el monarca, hasta producirse en 1450 la ruptura entre padre e hijo, formándose dos partidos, los Beamonteses que apoyan al Príncipe de Viana y los Agramonteses favorables a Juan II. Carlos fue hecho prisionero por su padre, y precisamente estando preso en la Aljafería de Zaragoza, tuvo conocimiento del nacimiento en Sos de su hermanastro, el futuro Fernando el Católico.


Figura 2.- Precisamente en la piedra angular de una casa noble de Sos del Rey Católico (entrada al alojamiento “Ruta del Tiempo”), encontramos en un escudo, la leyenda Ihs en letra gótica, flanqueada con sendas figuras de trifolio, similares a las que podemos observar en el grueso emitido a nombre del Príncipe de Viana que se ilustra en la imagen.

 Liberado poco tiempo después, continúa el enfrentamiento con su padre siendo desheredado en 1455. Cuando la mediación de Alfonso el Magnánimo, rey de Aragón y hermano de Juan II parecía que podría solucionar el enfrentamiento dinástico, se produce el fallecimiento de dicho monarca (junio de 1459), heredando Juan II la corona de Aragón, lo cual reforzaba aún más su posición de fuerza. Se renueva entonces un período hostilidades y treguas sucesivas, en marzo de 1460 el príncipe conocía por vez primera a su madrastra y hacía las paces con su padre, pero en diciembre era nuevamente apresado, reavivándose la guerra civil en Navarra. El 23 de septiembre de 1461 fallecía Carlos, Príncipe de Viana, propagándose entre la  población el bulo de que había sido envenenado por su madrastra (la madre de Fernando el Católico), y fue aclamado por el pueblo que lo quería llevar a los altares. Hasta el siglo XVIII se le atribuían numerosos milagros en el monasterio de Poblet, donde permanece enterrado.


Figura 3.- Fotografías tomadas entre 1933 y 1934 de la supuesta momia del Príncipe de Viana, enterrado en el monasterio de Poblet (figura superior). En el año 2008, las pruebas de ADN realizadas a los restos demostraron que no se trataba del Príncipe.

Durante varios años (1350-1361) existieron en Navarra dos administraciones públicas, la que mantuvo lealtad al monarca y la que crearon los seguidores del Príncipe de Viana. En ambos bandos se acuñó moneda, en un caso a nombre de Juan II y en el otro a nombre de Carlos, Príncipe de Viana. Desgraciadamente tras la muerte en 1361 del Príncipe de Viana, se destruyeron todos los documentos referentes a su administración y por ello no se conservan datos concretos de las monedas que acuñó. Emitió gruesos y medios gruesos de plata, así como cornados y medios cornados de vellón pobre, y las emisiones debieron ser numerosas como nos lo indica la variedad de cuños y el relativamente alto número de ejemplares conservados. En el grueso de plata figura el emblema del príncipe y la leyenda “KARTVS:D:PROPIETARIVS:NAVR”, es decir el numeral que le correspondería (Carlos Cuarto) y haciendo clara alusión a que es el legítimo “propietario” del reino.


Figura 4.- Grueso, cornado y medio grueso de Carlos, Príncipe de Viana, sobre la firma del Príncipe en una nota manuscrita.

A pasar de que estas monedas se conocían desde hace tiempo, figurando incluso en la colección del monarca Luis XV de Francia, tradicionalmente se atribuían a Carlos II “el Malo”. En fechas relativamente recientes, L. Domingo Figuerola (1978) y M. Crusafont (1979) las adjudicaron correctamente al Príncipe de Viana*.

Nota adicional:
*En febrero de 1868, D. Pablo Ilarregui, secretario del Ayuntamiento de Pamplona y vicepresidente de la Comisión de Monumentos de Navarra, con motivo de la incorporación al monetario del Cabildo de la Catedral de Pamplona de un grueso de este tipo, envió un interesante informe manuscrito a la Real Academia de la Historia (R.A.H. GN 1868-2(1). En el mismo, acompañado de un dibujo de la moneda, se discute y propone la atribución de la misma al Príncipe de Viana, en contra de lo recientemente publicado por Poey d’Avant (op. cit.). Desgraciadamente este informe no llegó a ver la luz, y en la bibliografía posterior (Heiss, 1869, tomo III, nº 5 y 6; Vidal Quadras, 1892, tomo II, nº 5650; Mateu y Llopis, 1946, p. 212, etc...) estas piezas siguieron atribuyéndose a Carlos II durante más de un siglo.

Ibáñez, M. (2008). El informe de D. Pablo Ilarregui, (Académico de la R.A.H.) sobre las monedas del Príncipe de Viana. Gaceta Numismática 170/171: pp. 23-28.
http://www.numisane.org/Gaceta/GN170.pdf




martes, 10 de marzo de 2015

Representaciones del "Agnus Dei" en monedas y jetones.

Representaciones del “Agnus Dei” en monedas y jetones.
I.- Representaciones del “Agnus Dei en las monedas. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 66(1187) (Julio/Agosto, 1010): pp. 44-45.
II.- Jetones navarros del “Agnus Dei”. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 66(1188) (Setiembre, 1010): pp. 48-49.

Miguel Ibáñez Artica

I.- Representaciones del “Agnus Dei” en las monedas.

            La representación iconográfica del “Agnus Dei” (Cordero de Dios), es una de las más antiguas de la cristiandad. Esta metáfora fue aplicada por San Juan Bautista, durante el bautizo del río Jordán, para señalar el papel de Jesucristo, ofrecido como víctima propiciatoria para redimir los pecados del mundo, a semejanza del cordero consumido durante la conmemoración de la Pascua judía. Con respecto a la utilización de este símbolo en las monedas, el ejemplo más cercano lo encontramos en las piezas andorranas de un céntimo emitidas el año 2002 (Figura 1).


Figura 1.- “Agnus Dei” en la iglesia románica de Santa Coloma de Andorra y su representación en la moneda de un céntimo del año 2002.

El Cordero de Dios aparece en época muy temprana, y a partir del siglo sexto de nuestra Era podemos encontrar su representación triunfal -portando un estandarte-, en sarcófagos y mosaicos, y poco después, durante los siglos XI y XII será un motivo común en los manuscritos del Apocalipsis, así como en pinturas murales y esculturas románicas de tímpanos, capiteles y columnas (Figura 02).


Figura 2.- Representaciones paleocristiana (s. VII) y contemporánea del Agnus Dei.

Las primeras acuñaciones medievales en las que podemos ver representada esta figura, se remontan al siglo once, cuando se produce un tímido amago en la utilización del “Agnus Dei” en las monedas, que no llegó a cuajar y a desarrollar una cierta continuidad, constituyendo por tanto emisiones cortas que circularon en breves períodos de tiempo. Se trata en general de monedas “raras” y valiosas, como por ejemplo los peniques de Etelredo II de Inglaterra, acuñados el año 1009 (Figura 3). Algo parecido ocurre poco tiempo después con los besantes de oro emitidos por los cruzados en Palestina durante la séptima cruzada, y atribuidos a Luis IX de Francia (San Luis) entre 1250 y 1254; estas monedas intentaron sin éxito sustituir -con iconografía cristiana y leyenda latina-, los besantes con leyendas cúficas que se acuñaban imitando la moneda de oro musulmana, de gran aceptación internacional en la época(1). También encontramos ocasionalmente la representación del “Agnus Dei” en algunas monedas medievales de los siglos XI-XII en Bohemia, Nápoles y Sicilia, condado de Namour, Saint Gilles y Trípoli, así como durante la segunda mitad del s. XIII en Centroeuropa (Alsacia, Hungría, Silesia, Thienen y Meissen) (Figura 4).


Figura 3.- Penique de Etelredo II (1009 d.C.) y representación del “Agnus Dei” en el Apocalipsis del Beato Facundo (1047 d.C.).


Figura 4.- Monedas con la imagen del “Agnus Dei”. a: Inglaterra, s. XI; b: Alemania, s. XII; c: Hungría, s. XIII; d: Suecia, s. XIV; e: Dinamarca, s. XVI; f: Alemania, s. XVIII.

            Sin embargo, la principal utilización de la imagen del “Agnus Dei” en la moneda de oro, se produce a partir del siglo catorce en Francia durante algo más de cien años, dando incluso nombre a los tipos monetarios de los “Agnel de oro”, acuñados entre 1311 y 1322 con un peso de 4,1-4,2 gramos, y los posteriores del siglo siguiente, emitidos en la década de 1427-1437 con un peso menor de 2,5 gramos (Figura 5a), así como los “Moutones y medios Moutones” de Juan II acuñados entre 1355 y 1357 con un peso de 4,7 y 2,35 gramos respectivamente, que fueron profusamente imitados en Flandes, y presentan la característica imagen del ·”Agnus Dei” utilizada también en época moderna en la moneda de variados lugares como Rodas, los Países Bajos, Núremberg y hasta en las colonias danesas de la India (en este caso en pequeñas monedas de Federico III, emitidas entre 1648 y 1670 y que llevan el escudo heráldico de Gothland).


Figura 5.-
                a.- “Agnel de oro” de Felipe V de Francia y II de Navarra.
                b.- “Blanca del Agnus Dei” de Juan I de Castilla.

            En la Península Ibérica también encontramos esta tipología, concretamente en Castilla. Juan I acuñó a finales de 1386 una devaluada moneda de vellón bajo denominada “blanca del Agnus Dei” (Figura 5b), y aunque en principio pretendió equipararla al maravedí, en las Cortes de Briviesca (1387) se rebajó su valor a seis dineros novenes. La tipología de esta moneda castellana resulta extraña por la presencia de la figura del “Agnus Dei” y por la ausencia de referencias a la autoridad emisora en las leyendas. La inscripción “AGNVS DEI QVITOLIS P” en anverso y la continuación “ECATA MVNDI MISERE” en el reverso, recuerdan más a los textos que aparecen en los jetones franceses de la época. Sin embargo puede existir una explicación a esta anomalía epigráfica, por una parte el rey Juan (primero de este nombre en Castilla) utiliza un símbolo asociado a San Juan Bautista -el Agnus Dei-, y por otra, la baja calidad de la nueva moneda emitida pudo influir en el hecho de que su nombre no apareciera explícitamente en la misma. El monarca castellano no tenía precisamente motivos para presumir de ella, y podemos intuir sus sentimientos al verse obligado por las circunstancias a realizar estas emisiones de necesidad, motivadas por la agobiante situación de obtener recursos para financiar una larga contienda. Una devaluación similar se había producido un año antes en Navarra, rebajándose la ley de los gruesos desde los 10 dineros de 1383, a seis en mayo de 1385, y en este caso conservamos las palabras textuales del monarca Carlos II en la orden de acuñación: «non podemos sin grant escandalo a nuestro pueblo... sin passar bergoynna ninguna, auemos ordenado…».


II.- Jetones navarros del “Agnus Dei.

            Denominamos “jetones” a las piezas monetiformes utilizadas como fichas desde la Edad Media, para realizar operaciones contables mediante el cálculo aritmético, antes de que se aplicaran métodos algebraicos(2).

            Muchos de estos jetones, reproducen en los reversos y a veces también en los anversos,  los tipos de las monedas de oro o plata más comunes (escudos, reales, moutones, nobles de la nave, gruesos...), y sus leyendas frecuentemente despejan las dudas sobre su función no monetaria (“jetones de latón, falsos somos como el limón”, “engañoso serás”, “soy de latón para ser usado como jetón”, “dinero de cuenta”, etc...).  Los dos jetones que presentamos con el escudo de Navarra pertenecen a épocas diferentes; el primero podemos atribuirlo a Juana I de Navarra, esposa del monarca francés Felipe IV entre 1284 y 1305 (Figura 6a), se trata de una pieza de 28 mm. de módulo y 3,56 gramos de peso, que presenta en una cara el escudo partido Navarra/Francia (antiguo) rodeado de tres besantes en la parte superior y cinco en los laterales, además de puntos. Un escudo muy similar a éste aparece en otro ejemplar de Juana I (de la Tour, nº 222 lám. 6 nº 9) pero de tamaño más pequeño. La otra cara presenta la imagen del Agnus Dei y la leyenda “VEZ (flor pentapétala) SI (flor pentapétala) LAIGNIAV SIEV.QVI.OSTA” que podemos traducir como “Este es el Cordero de Dios que quita”. La misma figura y leyenda la encontramos en otro jetón del mismo tamaño (de la Tour, nº 1000, lám. 21 nº11) que presenta en el reverso una cruz rematada por lises y la leyenda “LES (flor pentapétala) PEShIEZ (flor pentapétala) DV (flor pentapétala) MONDE” (los pecados del mundo), y que podemos considerar como el prototipo del que presentamos. Existe otra pieza de Juana I, también con la imagen del “Agnus Dei” y el escudo partido Navarra/Francia pero de 23 milímetros de diámetro (de la Tour nº 227).


Figura 6.-
                a:  Jetón de Juana I de Navarra.
                b.- Jetón navarro de la segunda mitad del s. XV.

El segundo jetón es más tardío (Figura 6b) y corresponde a la segunda mitad del siglo XV, con un módulo de 25 mm. y 4,2 gramos de peso(4),  en una cara figura el escudo coronado, cuartelado con las armas de Navarra y Evreux, y sendas ramas rematadas por una flor a los lados. La leyenda que aparece en dicha cara es: (flor pentapétala) ET (trifolio con dos pequeñas estrellas de cinco puntas) QVI (trifolio con dos pequeñas estrellas de cinco puntas) BIEN (trifolio con dos pequeñas estrellas de cinco puntas) GETERA (trifolio con dos pequeñas estrellas de cinco puntas). El motivo de la otra cara es el “Agnus Dei” con la leyenda circular: (flor pentapétala) BVEN (trifolio con dos pequeñas estrellas de cinco puntas) COMPTO (trifolio con dos pequeñas estrellas de cinco puntas) TROBARA. Juntando las leyendas de las dos caras, el texto “Et qui bien jetera, buen compto trobara”, podría traducirse como “y quien sea hábil en las operaciones de mover los jetones en la mesa de cálculo (jeter, antiguo verbo medieval francés), conseguirá realizar buenas cuentas”.      

            Ambos jetones utilizan la característica figura del “Agnus Dei” que aparece en la moneda francesa de oro, cuyas primeras emisiones se produjeron en enero de 1311, y los tres monarcas navarros de la dinastía Capeta (Luis X, Felipe IV y Carlos IV de Francia) también emitieron monedas de oro con la imagen del “Agnus Dei” entre 1314 y 1328 (Figura 7). Este tipo monetario circuló en Navarra, tal como se indica en algunos registros conservados(3). Sin embargo hay un hecho que merece la pena destacar, el primero de los jetones que comentamos, atribuido a la reina Juana I de Navarra, fue acuñado entre 1285 y 1305, es decir seis años antes de que su marido, el monarca francés Felipe IV iniciara las emisiones de monedas de oro con esta iconografía.


Figura 7.-
a y b: “Agnel de oro” de Felipe IV y Felipe V de Francia (I y II de Navarra respectivamente).
c: “Mouton de oro” de Juan II de Francia.

            La figura del Cordero de Dios es un motivo frecuente en los siglos XIV y XV, aparece esculpido en piedra en algunas iglesias y monasterios (Monasterio de la Oliva, iglesia de Santa María en Egiarte…) (Figura 6), así como en los escudos y sellos de personajes e instituciones de Navarra(5).
           
Con respecto al segundo jetón que presenta la imagen del “Agnus Dei” (Figura 1b), ya fue publicado por Feuardent en 1907 (nº 9308 Vol. 2 p. 302) con algunos errores en la interpretación de las leyendas, y podemos encontrar textos parecidos (QVI:BIEN:IETRA: LE:COMPTE:TROVERA) en piezas acuñadas en los Países Bajos en tiempos de Felipe el Bueno (1419-1467), Carlos el Temerario (1467-1477) y Maximiliano y María (1477-1482)  (Mitchiner, nº 797, 801 y 803, este último fechado en 1478), por lo que no sería extraño que estos jetones navarros hubieran sido producidos por encargo de la administración real Navarra en alguno de los centros que en esos momentos fabricaban jetones en los Países Bajos. Esta leyenda se mantuvo incluso en época moderna hasta mediados del s. XVI, figurando primero en los jetones del archiduque Felipe el Hermoso (Barnard, nº 4, p. 235), y posteriormente en alguno de Felipe II de España (Mitchiner, nº. 2354).

Las armas coronadas y cuarteladas de Navarra/Evreux, aparecen por vez primera en los escudos y medios escudos de oro, y gruesos y medios gruesos de plata de Juan II a partir de 1441, el mismo escudo cuartelado se mantiene en las emisiones de oro de Francisco Febo (1479-1483), así como en los reales de oro y plata de Juan III y Catalina de Foix (1483-1517). También este escudo –en este caso desprovisto de corona-, aparece también en un jetón atribuido al Príncipe de Viana(6)


Figura 8.- Figura del “Agnus Dei” en un escudo nobiliario (puerta de acceso al hotel “Ruta del Tiempo” en la villa de Sos del Rey Católico, Zaragoza). En la parte superior vemos representados los característicos trilóbulos, emblemas utilizados por el Príncipe de Viana y que aparecen en los gruesos de plata emitidos en Navarra a su nombre.

            Durante el siglo XV las administraciones de Navarra contaron con sus propios jetones, tal como en esos momentos se hacía en el vecino reino de Francia. Incluso algunos personajes como Michelet des Mares, secretario y clérigo de la cámara de los dineros del rey entre1386 y 1405, o García López de Roncesvalles, tesorero del Reino de Navarra  entre 1403 y 1437, utilizaron jetones donde figura su nombre completo, lo cual facilita su adscripción, incluso cuando este nombre desaparece y es sustituido en algunas piezas por su representación heráldica.

Notas:

(1) Curiosamente en esos años, mientras se pretendía introducir iconografía y leyendas cristianas en la moneda de oro, se fabricaron dirhems de plata en Acre y Damasco con leyendas cristianas y año de emisión según la Era de la Encarnación (Malloy, A.G. (2004) Coins of the Crusader States, p. 139).

 (2)  Ver artículo: Jetones medievales de Navarra I.  Eco Filatélico y Numismático. Enero del 2001, Nº 57(1082): p. 40.

(3) Por ejemplo en el registro nº 186 de Comptos del año 1386 (Archivo General de .Navarra), figura la recaudación de 10 “moltones” de oro.

(4) Ya dimos cuenta del dibujo de este jetón en un artículo anterior:  Jetones navarros medievales inéditos o poco conocidos. Eco Filatélico y Numismático. (Julio-Agosto, 2006) nº 62(1143): pp. 48-49.

(5) En los sellos de Pascual García de Añorbe, notario y alcalde de Puente la Reina (1378-1385), el de Juan Sánchez  Ponz Vecino de Estella en 1391, el notario Arnaldo de Narbaysse (1357-1358), el Prior y vicario general del Obispado de Pamplona (1377-1471) o el Guardián de la iglesia San Francisco de Tudela (1303-1417).

(6) La ausencia de corona en este jetón refuerza la hipótesis de su atribución al Príncipe de Viana. En el monetario del Museo de Navarra se conservan cuatro ejemplares de este tipo: números 4237, 4238, 4239 y 4240. 
  
Bibliografía:
Barnard, F. P., 1917. The Casting-Counter and the Counting-Board. Oxford Univ. Press: 358 pp. + 63 lám.
Feuardent, F., 1907. Jetons dt Meréaux. Tome deuxième: Provinces et villes. Ed. Rollin & Feuardent. Paris: 516 pp.
Mitchiner, M., 1988. Jetons, Medalets & Tokens. The Medieval Period and Nuremberg. Ed. Seaby. Londres: 704 pp.
Mitchiner, M., 1991. Jetons, Medalets & Tokens. The Low Countries and France. Ed. Seaby. Londres: 864 pp.
de la Tour, H., 1899. Catalogue de la Collection Rouyer, Ed. E. Leroux, París: 323 pp. + 28 lám.



(*) En octubre del 2013, se publicó un blog que recoge algunos datos complementarios:

http://blognumismatico.com/2013/10/25/el-agnus-dei-en-las-monedas/

Referente a las "blancas del Agnusdei" castellanas: http://www.numismaticamedieval.com/2013/03/el-blanco-de-agnus-dei-y-su.html