sábado, 1 de junio de 2024

Circulación de la moneda hispano-árabe en el reino de Pamplona/Navarra.

 

Circulación de la moneda hispano-árabe en el reino de Pamplona/Navarra. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 79 (1331) (Septiembre, 2023): pp. 44-47.

 

Miguel Ibáñez Artica

 



 

En fecha reciente se ha publicado el hallazgo de un pequeño conjunto de monedas hispanoárabes del siglo X, hallado en las excavaciones arqueológicas realizadas en el casco histórico de Zamora (Blázquez y Martín, 2019), que se suma a otros hallazgos realizados, especialmente en el sur de la Península Ibérica. Las monedas hispanoárabes de los siglos VIII al XI no solo circularon en territorio musulmán, sino que fueron utilizadas en los reinos cristianos peninsulares antes de que en la segunda mitad del s. XI, Aragón y Castilla comenzaran a fabricar moneda propia.

 

Los dirhames hispanoárabes figuran en la documentación de la época como “argenteos”, “argenzos”, “solidos argenteos”... , así encontramos una referencia en San Juan de la Peña del año 1056 donde se citan: “argenteos argentvm que cvrrit in Pampilonia”, y probablemente circulaban “a peso” como vemos reflejado en un documento del Monasterio de Leire fechado en el año 1071 d.C.: “LXX solidos argenti de pondere Alauensi”. En un documento de abril del año 1002, en el Monasterio de Obarra (Huesca), se especifican incluso “XI argenteos grosos” como el precio de la venta de unas tierras. Estos “argenteos grosos” probablemente se refieran a los dirhames musulmanes, de mayor tamaño y peso que los dineros carolingios.

 

Frecuentemente estas monedas hispanoárabes eran recortadas y cercenadas, perdiendo así su valor, y en ocasiones se llegaban a “restaurar” añadiendo mediante remaches pequeños fragmentos de otras piezas musulmanas, o incluso carolingias de menor contenido en plata (Fig. 1).

 



 

Figura 1.- Dirhams hispanoárabes recortados y posteriormente reparados con remaches para recuperar el peso original.

 

Las primeras monedas autóctonas del antiguo reino de Pamplona(1) son los dineros y óbolos de inspiración carolíngia emitidos por el monarca aragonés Sancho V Ramírez (1063-1094) tras el asesinato del monarca pamplonés Sancho IV “de Peñalén”, y el reparto que del reino hicieron Alfonso VI de Castilla y Sancho Ramírez de Aragón(2).   

 

La circulación monetaria en el reino de Pamplona, previa a la introducción del monarca Sancho V Ramírez de moneda propia, queda bien reflejada en dos tesorillos de dirhames hispanoárabes. El primero fue hallado el día cuatro de junio de 1949, dentro de un recipiente de barro escondido en una pared de separación de fincas en San Andrés de Ordoiz, en el término municipal de Estella (Fig. 2). Compuesto por 205 dirhames del Emirato de Cordoba cuya cronología va desde el año 782 al 884 d.C., y que abarcan los últimos años de Abd al-Rahman I (dos monedas), Hisham I (1 moneda), al-Hakam I (22 dirhames),  Abd al-Rahman II (con 82), Abd-al-Rahman II o Muhammad I (2 dirhames), Muhammad I (74), así como una atribuida a los rebeldes del año 849-850 d.C. y varias que presentan la fecha irreconocible.

 

            Este importante tesoro fue publicado en 1950 por Don Felipe Mateu y Llopis, y revisado posteriormente en 1957 por Don Joaquín Mº de Navascués, y se conserva en la actualidad en el monetario del Museo de Navarra en Pamplona.

 



 

Figura 2.- Tesoro de San Andrés de Ordoiz (Estella, Navarra). Museo de Navarra.

           

            El segundo conjunto monetario, que complementa cronológicamente al anterior, fue hallado en 1859 al realizar las obras para el ferrocarril frente al puente de Miluce, a las afueras de Pamplona. Desgraciadamente este tesoro fue dispersado y en la actualidad sus piezas se encuentran en paradero desconocido, pero afortunadamente se realizó un detallado inventario de las mismas por parte del eminente numismático Don Antonio Delgado (Fig. 3), conservado en la Real Academia de la Historia de Madrid, que ha permitido reconstruir la composición de dicho hallazgo (Canto, 2001).

 

            En este segundo tesoro de 163 monedas, que enlaza cronológicamente con el primero y que abarca un período cronológico comprendido entre los años 934 y  1057 d.C., aparecen dirhames de Abd al-Rahman III (40), Al-Hakam II (16), Hisham II (45 + 6), Muhammad II (4), Sulayman al-Mustain (4), Ali ben Hammud (2), Al-Qasim (6), Yahya (26), Abbad (12), Idrid I (1) e Idris II (1).

 

            Así pues en ambos conjuntos monetarios (uno del emirato y el otro del califato de Córdoba) podemos ver reflejados los denominados “argenteos grosos” que circularon como moneda en el reino de Pamplona entre los siglos VIII y XI.

 



 

Figura 3.- Registro del Tesoro de Miluce (Real Academia de la Historia, Madrid).

 

            Estas monedas hispanoárabes que circularon en los reinos cristianos con anterioridad a que éstos realizaran sus propias emisiones, pueden tener su origen en las relaciones comerciales, y también durante el siglo once, en las importantes “parias” que los reinos Taifas musulmanes debían abonar a sus vecinos cristianos para evitar ser invadidos.

 

En un documento de San Juan de la Peña del año 1073 conservado en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, encontramos un tratado de paz entre Al Muqtadir, rey de Zaragoza y Sancho IV de Pamplona (Fig. 4), en el que el primero se compromete a entregar anualmente la cantidad de doce mil dinares de oro, que se abonarían en moneda de plata (dirhames) acuñados en Zaragoza, a razón de siete sueldos de plata por cada moneda de oro. Es decir en total algo más de un millón de monedas de plata al año.

 

            Tres años más tarde esta plata serviría para realizar las acuñaciones masivas de dineros y óbolos (denominados “jaqueses”) por parte de Sancho V Ramírez, que pudieron iniciarse a partir del año 1076(3).

 

 

           

           

           



 

Figura 4.- Tratado entre Sancho IV, rey de Pamplona y Al Muqtadir rey de la taifa de Zaragoza fechado el 25 de Mayo de 1073 (Archivo Histórico Nacional) y monedas de dicha Taifa.

 

Además de los dirhames de plata, también circularon en el reino de Pamplona dinares de oro, y después de que en los reinos de Aragón y Pamplona se implantara la moneda autóctona (los dineros y óbolos jaqueses), durante mucho tiempo todavía siguieron circulando las monedas de oro musulmanas, un buen ejemplo es el tesoro de Fosalé en la ciudad de Huesca, hallado en octubre de 1955 y compuesto por 500 medias doblas de oro almohades del siglo XI. A mediados del s. XII se introdujeron en Navarra los denominados “morabetinos lupinos” y en Aragón los “morabetinos ayares”, los primeros identificados con los dinares de tipo almorávide emitidos por el denominado “rey Lobo” de Murcia (Muhammad ben Sad aben Mardanis: H. 542-567 = 1147-1171 d.C.) y los segundos con los dinares almorávides del rey de Murcia y Valencia Abdallah Aben Iyad (1145-1147), suministrados al reino de Aragón como consecuencia de la ayuda prestada por los aragoneses para su ascenso al trono (Fig. 5). A comienzos del s. XIII, y coincidiendo con la victoria obtenida por los reinos cristianos en la batalla de “las Navas de Tolosa” en julio de 1212, la moneda hispanoárabe de oro se ve sustituida por los “morabetinos alfonsinos”, también denominados “morabetinos de cruz” y “aureos alfonsinos”, monedas acuñadas por el monarca castellano Alfonso VIII imitando los dinares musulmanes. En la documentación medieval de los reinos de Aragón y Navarra, se aprecia un máximo de citas a los morabetinos musulmanes (tanto aiares como lupinos) en la década 1170- 1180, mientras que el máximo de citas de morabetinos alfonsinos se da en Navarra entre 1212 y 1220 y en Aragón una década más tarde (Fig. 5).

 


Figura 5.- Circulación de la moneda de oro en Navarra (1140-1240). En la parte inferior documento de venta de una viña por 130 morabetinos lupinos y 14 morabetinos de cruz.

 

            A estas monedas hispanoárabes que circularon en el reino de Navarra, tenemos que añadir las emitidas por la Taifa de Tudela. La ciudad había sido fortificada y refundada en el año 802 con el nombre de “Tutela” por Amrus ben Yusuf, gobernador de la Marca Superior en tiempos del emir Al-Hakam I, y al morir en el año 1046 Suleimán ben Muhámmad, rey de Lérida, la taifa de Zaragoza se dividió entre sus dos hijos, creándose la Taifa de Tudela regida por Muhámmad Hachib Mondzir que la gobernó hasta su muerte en 1051, reintegrándose posteriormente en la Taifa de Zaragoza. Así pues durante un corto período de cinco años, existió en el actual territorio de Navarra un pequeño reino musulmán independiente que acuñó moneda propia (Fig. 6). Estas raras monedas, de la que se conservan unos pocos ejemplares en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y en el de Huesca, ya fueron dadas a conocer por el eminente arabista D. Francisco Codera en 1884, y presentan en la leyenda de la orla de la cara I el texto: “En el nombre de Allah fué acuñado este dihrem en Tudela año cuarenta y cuatro cientos.

 

 



 

Figura 6.- Dirham de la Taifa de Tudela (23,9 mm; 4,17 g., Museo Arqueológico Nacional).

 

Notas:

 

(1) El corónimo “Navarra” surge en los últimos años del reinado de Alfonso I “el Batallador” (1104-1134 d.C.) y sustituye completamente a la antigua denominación del reino “de Pamplona” con García IV “el Restaurador” (1134-1150 d.C.).

 

(2) La primera referencia monetaria explícita en la documentación de tiempos de Sancho Ramírez: “solidos denariorvm mee monete”, fechada en enero del 1086, corresponde paradójicamente al infante Pedro, su hijo.

 

(3) Las emisiones aragonesas se adelantarían en una década  a las castellanas, que probablemente se iniciaron tras la conquista de Toledo en 1085. Al principio se emitieron en la ciudad dirhames de tipo musulmán con la leyenda “No hay divinidad sino/ Dios solo él- en el nombre de Dios fue acuñado este/dirham en Medina/Toledo- en el mes de yumada del año 8 y 7 y 400”. Poco después de esta fecha comenzaría las masivas emisiones cristianas de dineros y óbolos.

 

Bibliografía:

 

Blázquez Cerrato, C. & Martín Esquivel, A. 2019: Conjunto de dírhams califales hallado en Zamora: estudio e interpretación, Archivo Español de Arqueología  92: pp. 287-306.

Canto, A., 2001. “La moneda hispanoárabe y su circulación por Navarra”. En La moneda en Navarra. Gobierno de Navarra & Caja Navarra, Pamplona: pp. 73-82.

Codera y Zaidín, F., 1884, Reino árabe de Tudela según las monedas.  Boletín de la Real Academia de la Historia. Tomo 5: pp. 354-361.

Ibáñez, M., 2000. Causas de las primeras emisiones monetarias de los reinos cristianos peninsulares. Gaceta Numismática 134: pp. 5-18.

Martín Duque, A.J., 1965 Colección diplomática de Obarra (Siglos XI-XIII). CSIC Univ. Navarra, Zaragoza: 221 pp.

Martín Duque, A.J., 1983. Documentación medieval de Leire (Siglos IX a XII) Int. Príncipe de Viana, Pamplona: 573 pp.

Mateu y Llopis, F., 1950, El hallazgo de “dirhames” del Emirato en San Andrés de Ordoiz  (Estella, Navarra). Príncipe de Viana 38/39: pp. 85-101.

Navascués, J., 1957. Revisión del tesoro de dirhams de San Andrés de Ordoiz, Estella (Navarra). Príncipe de Viana 66: 9-37.

Ubieto, A., 1863. Cartulario de San Juan de la Peña. Vol. II. Col. Textos Medievales 9. Valencia: 287 pp.

 



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