lunes, 25 de agosto de 2014

La moneda africana, antes y durante la colonización (siglos XI-XX).

La moneda africana, antes y durante la colonización (siglos XI-XX).

Artículo publicado el año 2002 en la revista “Crónica Numismática”:
Migue Ibáñez Artica (2002). La moneda africana, antes y después de la colonización (siglos XI-XX). Crónica Numismática 13 (nº142): 42-46.

I.- Introducción.
           
            A diferencia de la zona del Mediterráneo africano, donde ya desde los tiempos de griegos, fenicios y romanos, circulaba la moneda metálica acuñada, en el África subsahariana el numerario convencional ha sido introducido en tiempos relativamente modernos, impulsado y favorecido por las autoridades coloniales europeas. Sin embargo, desde muy antiguo, diversos y variados elementos (sal, telas y paños, conchas, armas y utensilios metálicos...) han tenido – a veces hasta fechas muy recientes- , en ámbitos geográficos más o menos extensos, una función típicamente “monetal”.

            En los últimos años asistimos a un cierto redescubrimiento de lo que se ha venido en llamar “premoneda”, “paleomoneda”, “moneda primitiva” o “moneda tradicional” desde el campo de la numismática, y así se han celebrado en todo el mundo diversas exposiciones monográficas que han mostrado formas diferentes de “dinero” utilizado en todos los continentes desde la más remota antigüedad hasta nuestros días(1).
Hasta el momento, las “premonedas” han permanecido casi ausentes del campo de la investigación numismática, y desde finales del siglo XIX han sido objeto de estudios de “antropología económica”, muy especialmente en aquellas culturas de las islas del Pacífico Sur, donde en la actualidad siguen utilizándose collares de conchas como moneda. Tan sólo en fechas muy recientes asistimos a un resurgimiento de estudios sobre premonedas en revistas numismáticas especializadas(2).
 

Figura 1: Máscaras decoradas con monedas (África occidental, a: MAN 2009/159/363; b: MAN 2009/159/364). En muchos casos las monedas africanas, tanto las antiguas como las modernas, tienen también una función como elementos decorativos (c: Collar Fulani con caurís, monedas coloniales y cascabeles, también utilizados como moneda).

            Una de las principales dificultades para incorporar la “premoneda” al campo de los estudios numismáticos “convencionales”, radica en su multifuncionalidad. A diferencia de nuestra moneda occidental, que tiene una exclusiva función comercial, en las denominadas “culturas primitivas” la “moneda” puede presentar otras muchas funciones. Al igual que ocurre en el resto de las especies vegetales y animales del Planeta, una de las principales relaciones intraespecíficas de la especie humana es la competencia, resuelta en muchos casos a través del enfrentamiento violento entre individuos de tribus o etnias vecinas. Sin embargo, también a través de la cooperación pueden conseguirse sustanciales ventajas para la supervivencia y el progreso. Para regularizar estas situaciones surgen costumbres como la “hospitalidad” (no es casual el parecido de esta palabra con su opuesta: “hostilidad”) y en este contexto se crean objetos simbólicos, que sirven para realizar regalos y afianzar las relaciones entre tribus vecinas. En otros casos se utilizan para pagar una dote (“monedas de la novia”) o para resarcir a los familiares de una víctima de muerte violenta (“dinero de sangre”), o simplemente constituyen rituales de origen ancestral que facilitan las relaciones y la reproducción social (tal es el caso del “potlatch” de los indios americanos o del “kula” y el “moka” en los melanesios).


Figura 2:
En tiempos recientes, algunas monedas africanas muestran imágenes de los objetos utilizados tradicionalmente como moneda. Así por ejemplo la concha de caurí aparece en las monedas de Ghana (a), la “manilla” en las de Biafra (b) y la cruz de Katanga en las monedas congoleñas de 1961 (c).

            En este contexto podemos encontrarnos con monedas que sirven exclusivamente como “dinero de la novia”, otras sirven para ser utilizadas en regalos ceremoniales, otras se utilizan para el comercio con determinadas tribus, etc...siendo muy numerosa la gama de posibilidades de uso de tales monedas. Otra dificultad añadida, que en este caso afecta fundamentalmente a algunas “monedas primitivas” africanas, es el hecho de que en ocasiones, determinados objetos, generalmente vistosas armas ceremoniales, constituyen símbolos de riqueza y poder, y no suelen transferirse ni utilizarse en intercambios cotidianos, por lo que su consideración como “monedas” suele ser un tema controvertido, donde muchas veces dependerá del criterio del investigador (más o menos estricto) el que estos objetos sean considerados como monedas o no.

       Al abordar el estudio de la premoneda africana, lo podemos hacer desde una perspectiva antropológica, analizando su uso y su significado o bien, tal como desarrollaremos seguidamente, podemos establecer una clasificación tipológica, en función de los materiales de que están fabricadas estas “monedas”.

            De momento nos centraremos en el Continente Africano, donde la numismática primitiva y el arte muchas veces se fusionan de tal forma, que algunos de los objetos utilizados como moneda, pasarían a ojos de una persona no especializada, como auténticas obras del arte tribal(3).

            Se han sugerido varios criterios para intentar ordenar y clasificar los numerosos objetos utilizados como moneda(4), pero todos ellos suelen resultar insuficientes. Por este motivo hemos desarrollado un agrupamiento en dos categorías principales: en primer lugar aquellos objetos (elaborados o no) que tienen un origen orgánico, y en un segundo grupo aquellos elementos u objetos premonetales que presentan un origen mineral. Dentro del primero, diferenciaremos en primer lugar si su origen es vegetal o animal y posteriormente señalaremos los principales tipos en cada grupo. Así por ejemplo, entre los de origen vegetal diferenciaremos: semillas comestibles y no comestibles, así como elementos de madera, rafia o algodón. Entre los de origen animal, señalaremos el ganado, las conchas de moluscos, y otros productos de origen animal como los elaborados con colmillos, cuernos y pelos.


Figura 3:
Durante varios siglos (desde el s. XV al XIX) los comerciantes europeos introdujeron en África enormes cantidades de conchas de caurí y manillas de cobre. Se puede  decir que la práctica totalidad de los esclavos africanos que fueron llevados al Nuevo Mundo, fueron comprados con estas peculiares monedas.

            Mayor complejidad presenta el apartado de premonedas de origen mineral, donde podemos encontrar desde elementos no elaborados en estado bruto (sal y oro) hasta sofisticados y complejos utensilios de una gran variedad de formas.  Siguiendo el criterio de tomar como referencia la naturaleza química de los objetos, diferenciaremos entre objetos metálicos y no metálicos. Dentro de los no metálicos incluiremos la sal, las rocas y los materiales elaborados de origen mineral, como la pasta de vidrio y la cerámica.

            El segundo grupo de elementos metálicos, es el más numeroso y representativo de la premoneda africana. Siguiendo el criterio utilizado anteriormente podríamos separar entre materiales elaborados en hierro y otros fabricados en cobre o en alguna aleación derivada (como el bronce). Sin embargo, dada la complejidad y riqueza de objetos, hemos utilizado un criterio estético, es decir consideraremos grupos de objetos que tienen una misma función, o bien que recuerdan o se inspiran en determinados instrumentos o herramientas. En cualquier caso no siempre resulta fácil incluir a algunos objetos en una de las familias propuestas.


Figura 4:
A comienzos del siglo veinte, todavía se usaban como moneda en el pueblo Topoke (Congo), unas enormes láminas de hierro con aspecto de punta de lanza denominadas “liganda”.

            Tal vez son los objetos fabricados en hierro los más representativos de la moneda sub-sahariana. Durante mucho tiempo se había considerado que la industria del hierro en el África profunda se había introducido a partir de Asia, a través de Nubia o del Sáhara. Esta visión ha cambiado radicalmente en los últimos veinte años, cuando las dataciones realizadas con el isótopo carbono catorce han permitido establecer la cronología de yacimientos arqueológicos en Nigeria, Tanzania y Camerún, datándolos en el 2.500 a.C. De esta forma la siderurgia africana, habría comenzado a la vez, pero de forma independiente, que en el Oriente Medio.


Figura 5:
El hierro, con diferentes formas, ha sido una moneda muy común en el continente africano, a veces en forma de lingotes como el “dubil”, o láminas como el “purr-purr”, en ambos casos típicas monedas nigerianas de hierro.



II.- Clasificación tipológica de la Premoneda Africana:

I.- Materiales de origen orgánico
            I.A.- Vegetales
                        I.A.1.- Semillas comestibles: cereales.
I.A.2.- Semillas no comestibles: semillas de Abrus precatorius:
“damba”, “rati”. Nigeria y Camerún.
                        I.A.3.- Pastillas de pasta de madera roja: “tukula”. Congo.
                        I.A.4.- Paños de rafia, algodón: “lubongo”, “tsulu”, “machira”. Congo,
Nigeria, Gambia y Senegal.
            I.B.- Animales
                        I.B.1.- Ganado.
                        I.B.2.- Conchas de moluscos.
I.B.2.a.- Discos de Conus: “kibangwa”. Congo, Kenia, Uganda,
Etiopía.
                                   I.B.2.b.- Caurís: Cypraea moneta y C. annulus; “simbos”:
Olivella nana.
                                   I.B.2.c.-  “Dientes de hipopótamo” hechos en concha.
                        I.B.3.- Colmillos y cuernos: de elefante, hipopótamo, aros de marfil,
cuernos de rinoceronte.
                        I.B.4.- Pelos de cola: de elefante, jirafa.
                        I.B.5.- Esclavos.

II.- Materiales de origen mineral
            II.A.- No metálicos
                        II.A.1.- Sal: “amolé”. Sierra Leona, Etiopía, Nigeria, Malí, Camerún.
Congo, Sudán.
                        II.A.2.- Cerámica, ágata y vidrio: cuentas de collar “aggry”.
                        II.A.3.- Discos de cuarcita perforados: “sokpé”, “piedras de Togo”.
Ghana, Togo, Sierra Leona, Benin y Nigeria.
            II.B.- Metálicos
                        II.B.1.- Tobilleras: “diako”, “ambi”, “ebuke”, “batakataka”, “konga”.
Congo.
                        II.B.2.- Brazaletes
                                   II.B.2.a.- Pulseras: “onganda”. Congo.
                                   II.B.2.b.- Manillas: “popo”, “mkporo”, “abi”, “ejema”,
“onoudu”, “okombo”. África occidental.
                                   II.B.2.c.- Espirales: “minkata”, “mitako”. Congo.
                        II.B.3.- Láminas/azadas: “bokona”, “ensuna”, “hashshash”, “iwenga”,
“jembe”, “khasu”, “lokongo”, “munesia”, “purr-purr”,
“sakania”, “shoka”. Congo, Camerún, Nigeria, Uganda.
                        II.B.4.- Gongs y cencerros: “elojundja”, “ilonga”, “gunga”. Congo
                        II.B.5.- Forma de ancla o punta de flecha: “m’bili ngbaka”. Congo,
República Centroafricana. “Zong”, “mandjang”, “bitchie”.
Congo.
                        II.B.6.- Martillos: “ensuba” o “maza Potato”. Camerún.
                        II.B.7.- Lingotes: “losol”, “tajere” (hierro). Nigeria. “Lerale” (cobre).
Sudáfrica.
                        II.B.8.- Varillas: “boloko” en forma de U (cobre), “mukuba”. Congo.
“Buji” (hierro). Liberia. “Gitzi” o “peniques Kissi” (hierro).
Liberia, Sierra Leona.
                        II.B.9.- Forma de lanza: “bikie”, “ikonga”. Camerún, Congo.
“Liganda”, “ngbele”, “doa”, dibunga”. Congo.
                        II.B.10.- Cuchillos
                                   II.B.10.a.- Arrojadizos: “pinga”, “ngwolo”, “moko-ndo”, “za”,
“oshele”, “kul”, “Peniques Ogoja”. Congo.
                                   II.B.10.b.- Ceremoniales: “mbulu” o “cuchillo de ejecución
Ngala”, “ikul”, “trombasc”, “ikula”, “ntosoko”, “cabeza
de pájaro”. Congo.
                        II.B.11.- Hachas ceremoniales: “zappozap”, “kasuyu”. Congo. Hachas
arrojadizas. Camerún.
                        II.B.12.- Cruces de Katanga: “handa”. Congo, Zambia, Zimbabwe y
Mozambique.
                        II.B.13.- Cruces de plata. Etiopía.
                        II.B.14.- Figuritas metálicas: ranitas de bronce de Camerún, pesos de
oro Ahsantí.
                        II.B.15.- Polvo de Oro. Pueblo Ahsantí. Ghana, Togo, Costa de Marfil.


III.- Premoneda de origen orgánico.

            Los productos de la tierra, especialmente los cereales, han sido empleados frecuentemente como moneda, y aunque por ejemplo en Asia o incluso en Europa(5), esta utilización está bien documentada, incluso en tiempos recientes, el uso de productos agrícolas en África es menos conocido y se produce ocasionalmente (el yam era usado como moneda entre los pueblos Umon, en la zona del delta del Níger se utilizaba el aceite de palma, medido en unidades denominadas “kroo”, hasta comienzos del s. XIX...)(6). Más conocidas son algunas semillas como las denominadas “ojos de cangrejo”, producidas por el árbol de la familia de las Fabáceas: Abrus precatorius, y utilizadas por los pueblos Akan de Ghana, primero como medida de peso y luego como moneda. En el siglo XIX, cien de estas pequeñas semillas equivalían a un penique dándose la circunstancia de que a pesar de su vistoso color, poseen una proteína muy venenosa denominada “abrina”, y la ingestión de una sola de estas semillas puede llegar a ser mortal.


Figura 6:
Las venenosas y llamativas semillas del árbol Abrus precatorius, sirvieron como unidades de peso y como moneda.

            Con pasta de madera roja del árbol del irosun (Baphia nítida), se fabricaban unas tabletas con dibujos geométricos estampados en su superficie, dichas pastillas, denominadas “tukula”, sirvieron como moneda en el Congo en sustitución de los paños de rafia. Sin embargo uno de los  elementos más empleados como moneda en gran parte del África central, eran los paños cuadrados de rafia, de unos 40 cm. de lado, llamados “tsulu”, “nta” o “etoho” (un conjunto de 30 “tsulu”, constituyen un “nta”, cantidad suficiente de paños, para que unidos, formen una manta capaz de cubrir a un difunto). Un “tsulu” elaborado con fibras de palmera, llevaba un día de trabajo, y mientras era elaborado, las mujeres tejedoras cantaban determinadas canciones que recordaban el mito fundador. Con 8 o 10 piezas podía adquirirse un cuchillo, y con un “nta”se podía comprar una pipa o un brazalete(7). Estos paños de rafia recibieron el nombre de “macuta” en la zona colonizada por los portugueses, y por este motivo, la moneda acuñada en Angola entre los siglos XVIII y XX recibió también el nombre de “macuta” (en sustitución de los antiguos tejidos de rafia usados como moneda). Los paños de algodón, “machiras” o “gabagas” fueron también muy populares como medio de pago en Nigeria y Congo(6).


Figura 7:
Los “tsulu” o paños de rafia, laboriosamente tejidos con fibra de palmera, fueron una de las monedas más populares en África precolonial.

            Entre las premonedas de origen animal, podemos señalar el ganado (no es preciso recordar el papel que tradicionalmente ha tenido el ganado como unidad de valor y de cambio, baste recordar los términos de “pecunia” y “capital” del lenguaje cotidiano que hacen referencia a este origen), y aunque en la actualidad nos puede parecer una barbaridad, también los esclavos fueron utilizados como moneda y unidad de valor(8)      


Figura 8:
En muchos lugares, los esclavos eran moneda común para realizar grandes transacciones o incluso para pagar impuestos.

            Encontramos también diversas conchas utilizadas como dinero, vistosos ejemplares del género Conus fueron utilizados como ornamento y moneda así como las pequeñas conchas de Olivancillaria nana, denominadas “nzimbu” ó “simbos” usadas en el Congo hasta 1621, estableciéndose múltiplos como el “lukufu” = 10.000 conchas (“nzimbús”), “makufu tatu” = 30.000 = un esclavo varón(7). Sin embargo, la especie de concha más utilizada y conocida es el “caurí”, Cyprea moneta (y más tarde también la especie C. annulus), importada por los europeos durante varios siglos, para adquirir esclavos en la costa occidental africana(9). Los denominados “dientes de hipopótamo”, son en realidad trozos de conchas recortadas utilizadas como moneda en Nigeria y Costa de Marfil(10).   

            Por último, también se han utilizado como moneda diversos aros realizados en marfil, o bien colmillos de elefante y cuernos de rinoceronte, así como pelos de la cola de la jirafa o del elefante(11).            

IV.- Premoneda de origen mineral no metálico.

            Dentro de las piezas de origen mineral, podemos considerar por una parte la premoneda elaborada con productos no metálicos, como la sal, rocas o materiales de cerámica y vidrio, y el grupo de objetos metálicos que constituye el conjunto más numeroso y diversificado de la premoneda africana.

            La sal ha sido utilizada como medio de pago a través de la historia (la palabra castellana “salario” derivaría de la costumbre romana de abonar a los legionarios parte de su sueldo en sal) y hasta tiempos muy recientes se ha utilizado como moneda en Etiopía, en forma de barras de unos 800 gramos de peso denominadas “amolé”. Como la sal es muy frágil, dichas barras se protegían para su transporte y uso cotidiano como moneda de cambio, con fundas de algodón, hojas de palmera o mimbre.


Figura 9:
Cubierta para lingotes de sal (Zimbabwe) (MAN 2009/159/313), y obtención de sal por evaporación.

            A partir de su origen, podemos diferenciar cuatro tipos de sal: la sal gema o mineral, la sal marina, la obtenida a partir del lixiviado de rocas y suelos salinos, y por último, la sal “fabricada” lejos de la costa, en África central, que es la más costosa de elaborar y requiere de sofisticadas técnicas: la producida a partir de las cenizas de determinados vegetales o incluso de la orina del ganado(12).

            Entre las monedas elaboradas con rocas, las más populares son indiscutiblemente los grandes discos de aragonito de las Islas Yap, en el Pacífico sur, pero también en África encontramos discos de cuarcita, denominados “sokpé” o “piedras del rayo”(12). Estas piedras perforadas, cuyo diámetro oscila entre los 3 y 8 cm., se utilizan como talismanes de poder curativo y según algunos autores fueron utilizadas como monedas(13).


Figura 10:
“Piedra de Togo”, elaborada en roca cuarcita, servía como amuleto de poderes curativos y como moneda (MAN 2009/159/338).

            Otros elementos muy populares, utilizados como moneda en África son las cuentas de collar de distinta naturaleza. Si bien en algunos casos están realizadas con elementos naturales (conchas, coral, madera, coco...) (14), las más frecuentes son de minerales de vistosos colores o de pasta de vidrio. Originalmente, las cuentas de ágata azul utilizadas como moneda, provenían del Este del delta del Níger, denominándose “aigry”. Paulatinamente los comerciantes europeos, especialmente los venecianos y holandeses, fabricaron cuentas de vidrio que imitaban el “aigry” natural, con el cual podían adquirir ventajosamente muchos productos. De esta forma, tal como ocurrió en muchos otros casos (por ejemplo con las conchas cauríes y con los brazaletes o “manillas”, se produjo una importante inflación ante la masiva entrada en el continente africano de ingentes cantidades de cuentas de collar manufacturadas en Europa. Es tal la riqueza y diversidad de dichas cuentas de collar, que incluso se organizan congresos internacionales y existen revistas especializadas sobre este tema(15).


Figura 11:
Collares venecianos de pasta de vidrio, utilizados como moneda para comerciar con los pueblos nativos.


V.- Premonedas metálicas.

Dentro de la premoneda africana, el grupo más numeroso y diversificado está constituido por una serie de variados objetos metálicos, entre los que podríamos establecer cuatro familias principales: adornos, utensilios como azadas y cencerros, armas, y varillas o lingotes. Frecuente se produce una sinécdoque(16), es decir, los utensilios necesarios para la vida cotidiana (instrumentos agrícolas, armas de caza...) acaban representando el valor del trabajo realizado con ellos, convirtiéndose de esta forma en “moneda”. En un segundo proceso de sinécdoque, estos instrumentos se transforman, pierden su función original, y quedan reducidos a monedas única y exclusivamente.

            Entre de los adornos, los más comunes son los aros metálicos de diferentes formas y tamaños utilizados en muñecas, brazos, tobillos y piernas. En el Congo y Zaire, las mujeres ricas de los pueblos Mongo utilizaban unas pesadas y grandes tobilleras de bronce denominadas “konga”,  que también servían  como moneda. Los mismos pueblos, fabricaban también otro tipo de tobilleras, en este caso con un exclusivo uso monetal, formadas por grandes anillos esféricos de cobre cuyo diámetro puede variar entre 18 y 35 cm., y que reciben diferentes nombres (y valor) según su tamaño: “diako” los aros pequeños; “ambi”: los medianos; “ebuke”: grandes; y “batakataka”: muy grandes.            También son frecuentes (Congo, Etiopía, Gabón y Nigeria) distintos tipos de pulseras o brazaletes utilizados tradicionalmente como moneda, en unos casos provistos de cascabeles (como los utilizados en los pueblos Ashantí y posiblemente fabricados en Europa) y en otros, con formas características para cada pueblo o tribu.


Figura 12:
Espectaculares tobilleras de cobre, utilizadas por los pueblos Jonga y Mbole como moneda (MAN 2009/159/154).

El tipo más representativo es el de las “manillas”, unas peculiares pulseras (a veces de tamaño muy pequeño para ser usadas como tales), fabricadas en Europa desde finales del siglo quince hasta 1948 y que se utilizaron fundamentalmente para adquirir esclavos en la costa africana, de aquí su denominación vulgar de “token de esclavo”. Estas “manillas” de cobre o bronce, se fabricaron en Inglaterra (Birmingham, Manchester y Liverpool), Francia (denominadas “popo” y fabricadas en Nantes), Alemania y  Portugal. En este último país, su uso como moneda para comerciar en África, comenzó en fechas muy tempranas, hacia 1439(17). En esta época bastaban cuatro manillas (denominadas “mkporo”) para adquirir un esclavo, pero poco después, en 1522, el precio había subido a 57 manillas.


Figura 13:
Pulsera con cascabeles, utilizada como moneda, y en danzas rituales como instrumento musical MAN 2009/159/317).

            Por ahora no hay constancia que estos objetos se fabricaran en España, y durante la época en que Portugal estuvo unido al Imperio Hispano (desde 1580, en tiempos de Felipe II hasta 1640), el tráfico de esclavos en las costas africanas continuó siendo un estricto monopolio portugués.

            Una variante de estos objetos son las denominadas “manillas rey, reina o príncipe”, conocidas con el nombre indígena de “ouganda”, que en realidad son barras de bronce romboidales curvadas, con sus extremos más o menos achatados, de tamaño y peso muy superior al de las manillas europeas. Estas “monedas” se utilizaban como elementos de prestigio y como “dinero de la novia” y constituyen un elemento de transición entre los auténticos brazaletes o manillas y los lingotes. También podemos incluir dentro del grupo de “brazaletes”, los que presentan forma de espiral, de diferentes formas y tamaños, utilizados como moneda en Nigeria y Congo. En este último país, también circularon como moneda unos pesados brazaletes de bronce de hasta seis kilogramos de peso y que en realidad son más bien lingotes curvos. En ocasiones resulta complicado asignar una pieza a una categoría de objetos determinada, éste puede ser el caso de algunos brazaletes que al final acabaron convirtiéndose en lingotes, o viceversa.


Figura 14:
Pulseras-moneda de la tribu Bidda (Nigeria) (MAN 2009/159/163-168).

            Un peculiar grupo de objetos ornamentales, utilizados en Etiopía como moneda son las cruces coptas de plata, de variadas formas y dibujos. Cuando en el siglo XVIII se introdujeron en la zona los táleros de plata de la emperatriz Mª Teresa de Austria, las monedas fueron recortadas en forma de cruz, y así siguieron circulando en la región durante mucho tiempo(18).


Figura 15:
Cruces coptas usadas como moneda. En una de ellas puede verse cómo está recortada sobre un taler de María Teresa de Austria (MAN 2009/159/320-334).

            Con respecto a las barras, varillas o lingotes metálicos, podemos distinguir los fabricados en cobre o aleaciones de este metal, y los elaborados con hierro. Entre los primeros los más extendidos son los “mitakos” o varillas de cobre o latón que se agrupaban en puñados. También el “boloko” o barra de cobre curvada en forma de “U”, era una moneda muy característica en ciertas zonas del Congo(19).

            Con respecto a los lingotes de hierro, el “dubil” formado por una barra recta y el “losol” o “tajere”, con un abultamiento central y extremos puntiagudos son dos típicas “monedas” nigerianas. En el apartado de las varillas de hierro, las más famosas son los “peniques Kissi” (“kilindi” o “gitzi” en lengua indígena), muy populares entre el pueblo Kissi  de Liberia y Sierra Leona. Se trata de unas finas varillas de hierro que presentan una expansión laminar en un extremo, mientras que el opuesto se bifurca en forma de “T”. Se supone que son representaciones estilizadas de una figura humana, y se consideraba que estas monedas tenían “alma” propia, de forma que si alguna pieza se rompía (lo cual era relativamente fácil, dado que son varillas muy finas), el brujo o chamán de la tribu era el único que tenía capacidad de repararlas. Estas curiosas monedas, denominadas también “peniques con alma”, circularon hasta los años 70 en pleno siglo veinte. Otras monedas de hierro menos conocidas son las “monedas aguja” (“aiyu”, “ozala” o “umumu”), de pequeño tamaño y que circularon en el sur de Nigeria, en el estado de Anambra.


Figura 16:
Peniques “Kissi”” de Sierra Leona. Puede apreciarse en detalle de un ejemplar roto y reparado por el hechicero de la tribu (MAN 2009/159/223-235).

            Un grupo muy numeroso de premonedas congoleñas está formado por las “cruces de Katanga”, lingotes aplanados de cobre o bronce fundido con forma de aspa o cruz de San Andrés. Las grandes tienen un peso que oscila alrededor del kilo, pero las hay más pequeñas de variadas formas, en algunos casos con aspecto de letra “H”. Estas últimas son las más antiguas, y fueron usadas como moneda en Zimbabwe desde el siglo XIII al XVII, mientras que las “cruces de Katanga” con forma de “X” sobrevivieron hasta comienzos del siglo veinte.


Figura 17:
Cruces de Katanga (MAN 2009/159/353-357).

            También son frecuentes las láminas de hierro de diversos tamaños y formas usadas como moneda, desde la gran doble azada de los pueblos Mambilla del Camerún, con unos 60 cm. de longitud, hasta el numeroso grupo de pequeñas “monedas-azada” utilizadas por los pueblos Ngelima, Mbole, Bamileke y Kwele en el Congo, Camerún, y Gabón, o la “moneda murciélago” del poblado Gayum en Nigeria, utilizada tradicionalmente como “moneda de la novia” para el pago de las dotes matrimoniales. Mientras que en algunos casos estas piezas pueden conservar una doble función (como herramientas de trabajo agrícola cotidiano y como moneda), en muchos otros, su forma original ha evolucionado y solamente conservan una función monetal. Éste sería el caso del “purr-purr” nigeriano, formado por una lámina de hierro doblada por la mitad, que circuló en el área de Gwosa hasta 1939.       

            Una singular moneda africana es el “mandjong” del pueblo Kwele que vive en el noreste de Gabón y noroeste del Congo. Las piezas antiguas, denominadas “zong”, presentaban un aspecto de lámina más o menos acorazonada, respondiendo a una estética y simbolismo indígena. Tras la llegada de los colonizadores, los herreros nativos que las fabricaban, bajo la influencia de los europeos, modificaron su forma, dándole un aspecto parecido al del ancla de un barco (“mandjong”), elemento más reconocible bajo la nueva situación colonial a la que estos pueblos fueron sometidos(20).

            Además de los instrumentos agrícolas (o sus derivados) empleados como moneda, encontramos también otros objetos cuyo origen es la ganadería. Son los cencerros de hierro y los gongs, instrumentos musicales que también se utilizan en ceremonias rituales. Estos objetos de variadas formas reciben las denominaciones de “eloundja”, “ilonja” o “gunja”. Utilizados por los pueblos Nkutshu y Jonga del Congo, servían como moneda para adquirir diversos  bienes. En 1910, con un doble gong se podía comprar una mujer o dos esclavos varones.


Figura 18:
Diferentes tipos de instrumentos musicales (“eloundja”, MAN 2009/159/312) y cencerros usados como moneda (MAN 2009/159/300).

            Otro de los objetos cotidianos transformados y utilizados como moneda son las armas de hierro. Cuchillos arrojadizos, hachas ceremoniales, cuchillos de ejecución, lanzas y machetes forman parte de una variada y extensa “panoplia numismática” de objetos utilizados a la vez, como símbolos de poder y como instrumentos de cambio y medida de valor.

            Varios tipos de lanzas han tenido una función monetaria, algunas reciben nombres específicos como las “bikie” o “mimboss” de Camerún, y mientras en algunos casos, como entre los pueblos Nkutshu, Tetela y Ngombe, conservan una doble –o triple- función: la de armas, como monedas y también como elementos culturales en determinados bailes y ceremonias rituales, otras veces, como las decoradas lanzas mbole, bangala, o las elaboradas por el pueblo Chamba, solamente sirven como objetos de lujo y moneda. El caso más espectacular es el de la “liganda” o “ngble”, grandes  láminas con forma de punta de lanza que pueden alcanzar hasta los dos metros de longitud, utilizadas como moneda hasta comienzos del siglo veinte por el pueblo Topoke del Congo. En esta época por treinta lanzas grandes (denominadas “doa”), podía adquirirse un esclavo.

            Un segundo grupo de armas lo constituyen las hachas rituales, destacando entre ellas por su belleza la característica “zappozap” o “kasuyu” utilizada  por los pueblos Nsapo del Congo. Estas armas, auténticas obras de arte, suelen presentar varias caras humanas en relieve sobre las barras de hierro que conforman su hoja, y constituyen símbolos de poder y riqueza, no utilizándose por tanto en las transacciones comunes. De aspecto más modesto, las pequeñas hachas rituales utilizadas por los pueblos Bana, Kapsari y Fali de Camerún tienen también una función monetaria.


Figura 19:
Algunas armas-moneda africanas son auténticas obras de arte, como el hacha ritual “zappozap(MAN 2009/159/314).

            Por último el grupo más numeroso y diverso de armas-moneda está formado por los cuchillos, que podemos clasificar en dos grandes grupos, los cuchillos arrojadizos, empleados en el combate y en la caza, y los cuchillos ceremoniales, a veces de gran vistosidad y belleza. Dentro de los cuchillos arrojadizos existe una variada gama de formas, generalmente suelen tener tres hojas o puntas, pudiendo ser más o menos rectos y alargados o cortos y redondeados, las variadas ramificaciones que poseen, les confieren muy diversos aspectos. En ocasiones estos objetos se convierten en sofisticadas y artísticas obras de arte. Uno de los más populares cuchillos-moneda es el utilizado por el pueblo Matakam de Chad y Camerún, con forma de hoz. También en este grupo de instrumentos, las formas han evolucionado hasta llegar a convertirse en objetos que no presentan utilidad como cuchillos y conservan tan sólo su papel de moneda. Este sería el caso del “oshele”, utilizado en la zona central del Congo, entre los ríos Kasai y Sankuru, formado por una gran lámina de hierro de unos 90 cm. de longitud y que a pesar de su notable parecido con los cuchillos arrojadizos utilizados en la zona, ha perdido su utilidad como arma y se emplea exclusivamente como moneda. Otro tanto ocurre con el cuchillo “kul”, utilizado por la tribu Ngama, o con el cuchillo típico del pueblo Bubu, en la zona del río Ubangi, de forma redondeada y que carece de puntas.


Figura 20:
Cuchillo-moneda arrojadizo “sengese” del pueblo Matakam (MAN 2009/159/284).

            Con respecto a los cuchillos ceremoniales, podemos citar el “trombasc” (Figura 21), de hoja curvada en ángulo recto, instrumento que también puede utilizarse como cuchillo arrojadizo, pero que suele emplearse más como objeto ritual o moneda. El número de orificios en su hoja (dos o tres) indica el número de mujeres de su poseedor.  También presenta una idéntica función el “cuchillo de cabeza de pájaro” utilizado por los pueblos Nzabi, Mbamba y Kota . Otros cuchillos-moneda muy populares entre algunos pueblos congoleños en la zona de confluencia de los ríos Ituri, Giri y Mongala es el “cuchillo Poto”, cuya extremidad del mango, está forrada de piel, formando una pequeña bolsa en cuyo interior se han introducido “polvos mágicos”. Diversos tipos de cuchillos rituales utilizados por el pueblo Mongo del Congo, presentan una doble función, como objetos rituales y como moneda, y en ocasiones reciben nombres específicos como el “ntsoko” y el “efamba”.


Figura 21:
El cuchillo-moneda “trombasc”, es también un símbolo de riqueza y poder (MAN 2009/159/315).

            Para concluir el apartado de las armas-moneda, la que tiene un pasado más tenebroso, es el “cuchillo de verdugo”, denominado “ngulu” o “lokula l’ombole”, utilizado hasta hace poco tiempo por el pueblo Nagala (Congo). Hasta finales del siglo XIX, este tipo de arma se empleaba en las ejecuciones rituales(21), descritas –a veces con gran detalle y dramatismo- por los exploradores europeos que visitaron la zona.

            Dentro de las creencias religiosas de estas tribus, figuraba la vida en el más allá después de la muerte, por este motivo, cuando se producía el fallecimiento de un jefe o una persona de prestigio social, con el fin de que pudiera ser adecuadamente servido y atendido en el más allá, tal como le correspondía su rango y estatus social, se seleccionaban de entre sus esclavos, 8 o 9 varones y 4 o 5 mujeres que eran sacrificados durante los rituales funerarios (denominados “ligbeti”), con el fin de que acompañaran al jefe y le sirvieran en el otro mundo. Este tipo de comportamiento no es nada nuevo en algunas culturas de la antigüedad, lo que más sorprendió y horrorizó a los viajeros europeos, es el que estos macabros rituales se mantuvieran vigentes a finales del siglo XIX en los remotos confines del África profunda.

            La ceremonia de la decapitación, minuciosamente descrita por algunos exploradores que visitaron la zona a finales del siglo XIX(22), se celebraba durante los funerales. En estos actos, se reunían todos los habitantes de la tribu, y acompañaban el tenebroso ritual con gran profusión de gritos y bailes, en un ambiente de histeria colectiva, que añadía aún mayor dramatismo a la dantesca escena. Para la decapitación, el verdugo empleaba un característico y vistoso cuchillo ceremonial con forma de hoz, que parafraseando la cita del etnólogo Marc Felix nos muestra “la terrible belleza de los instrumentos de muerte” (Figura 22). Este tipo de cuchillo llamado “ngulu”, perdió en el siglo veinte su función original, conservando sin embargo su valor como símbolo de riqueza, prestigio social y como “moneda”.


Figura 22:
Cuchillos de verdugo, utilizados por el pueblo Ngala (Congo) (MAN 2009/159/271 y 268).


Notas:

(1) Muscheln, Saltz und Kokosnüsse (año 2000, Alemania); The Artistry of African Currency (año 2000, USA), Anche questa è moneta (año 2000, Italia: Voltolina & Mezzaroba, 2000); Dinero exótico (año 2001, Madrid: Alfaro et al., 2001); Esto es dinero (año 2001, Coruña: Alfaro et al., 2001), African metalworks (currency), (Año 2002, Boston, USA). 

(2)  Briad, 2001, Edoumba, 2001, Rivallain, 2001.  

(3) Algunos de los objetos monetarios que suelen venderse en las galerías de arte africano, tales como las espectaculares “ligandas”, son muy apreciadas en la decoración de interiores. Existen incluso algunos comercios especializados en “premoneda africana” como la Galería África-Curio de Milán (Italia) o la Galería de Arte Africano Hamill de Boston (USA), si bien todavía esos objetos tienen más difusión en el ámbito de la etnografía y arte tribal que en el de la numismática.

(4) Por ejemplo, Víctoor (1985), diferencia varios grupos: Monedas réplicas de armas, réplicas de herramientas, monedas-ornamentos, monedas-lingote, cruces de Katanga...    
 
(5) En las zonas rurales de Navarra hasta mediados del s. XIX era frecuente realizar el pago a los maestros de pueblo en “robos” de trigo (Ibáñez, 2001).

(6) Eyo (1979).     

(7) Edoumba (2001).

(8) Ya P. Enzing  había señalado en 1949 el papel de los esclavos como moneda de cambio, y más recientemente los trabajos del Prof.  Hongendorn muestran la utilización de esclavos como moneda en el califato de Sokoto (Nigeria), hasta finales del siglo XIX. En el tráfico de esclavos africanos, se utilizaban unas barras de hierro con grilletes, denominadas “bilbos”, debido a que se fabricaban en Vizcaya (Bilbao). Estos instrumentos aparecen frecuentemente citados en obras literarias de la época (Cervantes, Shakespeare, Cooper..., y algunos ejemplares se conservan como recuerdo en instituciones como la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos o la Torre de Londres.

(9) Hogendorn y Jonson (1986), realizaron un documentado y exhaustivo estudio del comercio del caurí, utilizado en África, fundamentalmente para el comercio de esclavos. Un amplio resumen y comentario de este trabajo, puede consultarse en castellano en el artículo de P. Moreno Feliu (1991).

(10)  Víctoor (1985) nº 550.

(11) Opitz (2000).

(12) Rivallain & Iroko (1986).

(13) Las “piedras del rayo” utilizadas como amuletos, son elementos comunes a muchas culturas. Hasta hace pocos años en algunos pueblos del valle de Aézcoa (Pirineo navarro) se colocaban en las ventanas de las casas, fósiles de erizos de mar hallados en el campo, en la creencia de que se trataba de piedras donde había caído un  rayo, dejando la característica marca en forma de estrella de cinco puntas que presentan estos fósiles. Aplicando el dicho popular de que un rayo no cae dos veces en el mismo sitio, se consideraban talismanes contra los rayos.      

(14) A comienzos del siglo XVI, el comercio de las cuentas de  collar realizadas en coral era un monopolio de los catalanes.
  
(15) “1982 Glass Trade Bead Conference”. Revistas: “Ornament” y “The Bead Journal”. Una referencia básica en: Dubin (1998).      

(16) Sinécdoque es el proceso reductivo de considerar la parte por el todo.
  
(17) El nombre de “manilla” deriva del portugués Maho= mano y Anilho= anillo. Entre 1504 y 1507, en la factoría de San Jorge da Mina (costa de Sama, cerca del río Níger) se llegaron a importar más de 280.000 manillas para el comercio con los nativos. La función de las “manillas” europeas era similar a la ce las conchas de “caurí”, constituían un tipo de “moneda” bien aceptado por los africanos, si bien en la época del comercio de esclavos, las importaciones de cobre o bronce no llegaron a superar las 500 toneladas anuales. En 1902 se prohibió la importación de “manillas” en Nigeria y en abril de 1949 se prohibió su uso como moneda, permitiéndose a cada familia conservar un máximo de 200 ejemplares con fines ceremoniales. De esta forma fueron desmonetizadas, retirándose de la circulación más de treinta y dos millones y medio de piezas (Naanen, 1993).

(18) Como los “dólares de Mª Teresa” tuvieron muy buena aceptación, se siguieron fabricando en Austria y en otros países durante mucho tiempo. La ceca de Londres los fabricó en 1937 y en Italia se acuñaron en 1936, en ambos casos para comerciar con los pueblos africanos. En Etiopía tuvieron curso legal hasta 1948.  

(19) En gran parte del continente africano, el cobre era considerado como el metal más valioso, asociado al poder y la riqueza. Son frecuentes objetos rituales, como hachas y cuchillos, elaborados en este metal. Dichos instrumentos, más que una utilidad práctica, representaban una función social como símbolos de poder, y su alto valor los convertía también en “moneda”, reservada para grandes transacciones.
 
(20) Kuhn (1979), Dupré (1994).  

(21)  Ibáñez (2002).  

(22) Ward (1890).  



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Lámina:

1.- “Liganda” (hierro). República Democrática del Congo. Zona de  Kisahghani. Pueblo Topoke.
2.- “Likonga” (hierro), variante de la anterior de los pueblos Lokele y Olombo (Congo).
3.- “Penique Ogoja”, “Iyawa”, “Efufy” o “Yakaro” (hierro). Nigeria, República Democrática del Congo. Pueblos Akiuju, Nkun y Munshi.
4.- “Oshele”, “Woshele” o “Shongo” (hierro).República Democrática del Congo. Entre los ríos Kasai y Sankuru. Pueblos Nkutshu, Bankutu, Zande y Bushongo.
5.- “Pinga”. Cuchillo arrojadizo (hierro). República Democrática del Congo, Sudán y República Centroafricana. Pueblo Zande.
6.- Cuchillo arrojadizo (hierro). República Democrática del Congo. Región de Ubangui.
7.- “Mgulu”, “M’boutou”. Cuchillo de verdugo de hierro. República Democrática del Congo. Pueblos Nagala y Ngombe.
8.- “Ngindza” (hierro). República Democrática del Congo, República Centroafricana. Pueblos Bubu y Nzakkara.
9 y 10.- “M’bili ngbaka” (moneda de los Ngbaka) (hierro). República Democrática del Congo- República Centroafricana. Pueblo Ngbaka.
11.- “Suu” Moneda escudo de hierro. Camerún. Pueblo Mambilla.
12.- “Shoka” Azada de hierro del pueblo Zande. República Democrática del Congo, República Centroafricana, Sudán.
13.- “Ikonga”, punta de lanza decorada (hierro). República Democrática del Congo.
14.- “Dikonga” Punta de lanza (hierro). República Democrática del Congo. Pueblos Tetela, Mbole y Nkutshu.
15.- Cuchillo de la tribu Lobola (hierro). República Democrática del Congo. Región Ubangui.
16.- Punta de lanza (hierro). República Democrática del Congo, República Centroafricana. Pueblo Ngbaka.
17.- “Ingondá”. Cuchillo ceremonial de hierro. República Democrática del Congo. Pueblos Ngombe, Poto y Mongo.
18.- “Kul”, cuchillo arrojadizo de hierro. Chad. Pueblo Ngama.
19.- Lanza de hierro. República Democrática del Congo. Pueblo Mbole.
20.- “Trombasc”. Cuchillo ritual de hierro con mango de madera, marfil o metal. República Democrática del Congo, Sudán. Pueblo Mangbetu.
21.- “Moneda murciélago” de hierro. Camerún. Pueblo Mambila.
22.- “Mandjong” (hierro). Gabón. Pueblo Kwele.
23.- “Zong” (hierro). Gabón. Pueblo Kwele. “Moneda mariposa” de hierro.
24.- “Onganda” “Manilla Rey” (bronce). República Democrática del Congo. Pueblos Jonga, Nkutshu y
Mongo.
25 -29.- Manillas europeas (cobre-bronce) de diferentes tamaños.
30.- “Onganda” (bronce). República Democrática del Congo. Pueblos Jonga, Nkutshu y Mongo.
31.- Relieves de bronce procedente de Benin (Nigeria), representando un personaje portugués con manillas y sirviente portando una “manilla rey”.. 
32.- “Lanza moneda” (hierro). República Democrática del Congo. Curso inferior del río Lomami. Pueblo Mbole.
33.- “Zappozap”, “Kasuyu”. Hacha ceremonial en hierro, mango de madera forrada de cobre. República Democrática del Congo. Pueblo Nsapo.
34.- “Lokongo”, “Guindja” o “Moneda azada” (hierro). República Democrática del Congo. Pueblo Ngabandi.
35.- “Espada ritual de hierro. República Democrática del Congo. Pueblo Konda.
36.- “Cuchillo cabeza de pájaro” (hierro). Gabón. Pueblo Pangwe.
37.- “Cuchillo ceremonial” (hierro, cobre, madera). República Democrática del Congo. Pueblo Lokele.
38.- “Moneda azada” (hierro). República Democrática del Congo. Pueblo Nkutshu.
39.- “Guinze” (hierro). Nigeria. Pueblo Idoma.
40.- “Cuchillo ritual” (hierro). República Democrática del Congo. Pueblo Bwaka.
41.- Gran torqués de bronce (5 Kg.). Pueblo Yoruba, Nigeria.
42.- “Moneda azada” (hierro). Nigeria. Pueblo Chamba.
43.- Punta de lanza (hierro). República Democrática del Congo.
44.- “Moneda azada”, lámina de hierro. República Democrática del Congo
45.- “Losol” o “Tadji” (hierro). Camerún-Nigeria. Pueblo Fulani.
46.- Cuchillo ritual con adornos, hierro. Nigeria. Pueblo Vere.
47.- Lanza de hierro. Nigeria. Pueblo Chamba.
48 “Shoka” (hierro). República Democrática del Congo. Pueblos Lokele y Olombo.
49.- Gran placa de hierro. Nigeria. Pueblo Angas.
50.- “Pur-pur”, moneda azada de hierro. Nigeria.
51.- “Buji” o “Dubil”, barra de hierro. Liberia, Nigeria. 
52.- “Eloundja”, “Ilonga”, “Gunga” (cobre, instrumento musical). República Democrática del Congo. Pueblos Nkutshu y Jonga.
53.- “Kundja” e “Iwenga” (hierro). República Democrática del Congo. Pueblo Nkutshu.
54.- Tobillera de cobre. República Democrática del Congo. Pueblo Mbole.
55.- “Mapuka”, lámina de hierro con apéndices. República Democrática del Congo Pueblo Mangbetu.
56.- “Kongo” serpiente de cobre. República Democrática del Congo. Pueblo Iyembe.
57.- “Anyún”, “Aiju”, “Ozala” o “Umumu”, “Monedas aguja” (hierro). Nigeria.
58.- “Peniques Kissi”, “Gitzi” o “Kilindi” (hierro). Liberia y Sierra Leona. Pueblo Kissi.
59.- “Cruz de Katanga” o “Handa” (cobre). República Democrática del Congo. Región de Shaba. Pueblo Luba.
60.- “Moneda espiral” (cobre). Nigeria, República Democrática del Congo.
61.- “Sombe”, Costa de Marfil.Pueblo Baule
62.- “Bikie”, lámina de hierro. Gabón, Camerún. Pueblo Fang.
63.- “Sengese”, cuchillo arrojadizo de hierro. Chad, Camerún. Pueblo Matakam.

64.- Lámina de hierro, moneda en distrito Dutsi. Nigeria.

Addenda:

Ha pasado más de una década desde la aparición de este artículo, y con posterioridad se han producido varias aportaciones importantes, la más destacada, el libro de Roberto Ballarini:



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