Las emisiones monetarias fabricadas
con moldes IV: Tokens,
“meraux” y falsificaciones. Artículo
publicado en: Eco Filatélico y Numismático 81 (1352) (Julio/agosto, 2025): pp. 44-47.
Miguel Ibáñez Artica
Tokens
romanos y “mereaux” medievales de plomo.
Ya en la Edad Antigua se fabricaron diferentes objetos
con aspecto monetiforme, unas veces en arcilla cocida, hueso o marfil, y otras en
metales como el bronce o plomo, que presentaban una gran variedad de funciones
y usos, similares a las que actualmente tienen algunas fichas o tokens, como
dar acceso a determinados espectáculos, servir como medio de pago en lugares
concretos, ser susceptibles de cambio por monedas o alimentos, etc...
Estos objetos denominados “tesseras” en la antigua Roma (Fig.
1a), solían repartirse gratuitamente por parte del Estado entre los
ciudadanos, y podían intercambiarse por alimentos y bebidas, o bien daban
acceso gratuito a espectáculos teatrales o circenses como carreras de cuadrigas
o luchas de gladiadores, estableciéndose varias categorías según su función:
Imperiales: con retrato
del emperador o su familia; spintrias:
de contenido erótico, supuestamente válidas para acceder a los lupanares (Fig. 1b); lusorias: fichas de juego; de hospitalidad: intercambiadas con invitados
o huéspedes romanos o extranjeros; frumentaria
y nummaria: intercambiables por alimentos
o dinero. Solían ser distribuidas por los magistrados entre la población en
determinadas ocasiones, y podían canjearse por cierta cantidad de pan, trigo,
vino o aceite. En ocasiones era el propio emperador quien se encargaba de
repartirlas entre sus súbditos, como podemos ver en el reverso de un sestercio
de Adriano (Fig. 1c); teatralis y gladiatoria: equivalentes a una entrada al circo o anfiteatro;
mitológicas o de contenido religioso, y finalmente de uso incierto.
Figura
1.- a: Token
mostrando una distribución de teseras; b: Tesera spintria de contenido
erótico; c: Sestercio del emperador Adriano (117-138 d.C.) en cuyo
reverso aparece sentado sobre una plataforma, con un asistente que distribuye
la donación de téseras a un ciudadano que sube por una escalera.
Los tokens metálicos, especialmente los elaborados en
plomo, se fabricaban en moldes de varias piezas, como puede verse en algunos
ejemplares conservados en museos (Fig. 2a).
Figura
2.- Moldes
para fabricar “tesseras” romanas y “mereaux” medievales de plomo.
a: Moldes de téseras romanas del
Museo Arqueológico Nacional de Florencia; a’: Molde de la Casa Buonarroti,
Florencia; a”: Molde conservado en la Universidad de Harvard (Cambridge,
Massachusetts, USA); b: Molde medieval del s. XIII hallado en las
excavaciones en Nevers (Francia); c: Molde medieval o post-medieval en
bronce hallado en Estonia; d: Molde post-medieval hallado en
Evesham, Inglaterra; e: Molde post-medieval tallado en
piedra, Inglaterra; f: Molde de piedra con las iniciales “IE” hallado en Londres,
1500-1700 d.C.; g: Molde en piedra para
fabricar tokens o mereaux de la “Honorable cofradía de carpinteros”,
Inglaterra; h: Estela funeraria nº 13 del Museo de Estelas (Abaurrea Alta,
Navarra); i: Mereaux de plomo franceses con las imágenes de la “cruz
astralizada” y la “pentalfa”.
Durante la Edad Media, la escasez de moneda menuda
originó que en monasterios y villas se fabricaran artesanalmente pequeñas
fichas de plomo, denominadas “mereaux” en Francia, que a partir del siglo XIII se
utilizaban como señal de asistencia de los monjes a los oficios religiosos (Fig. 2b), lo que les daba derecho a una
comida o una ración de pan. Estos “meraux” se entregaban también a los pobres o
a los peregrinos que acudían al monasterio(1), y también fue
adoptado como moneda de poco valor en muchas villas y comunidades,
extendiéndose su uso hasta finales del siglo XVIII en muchas regiones como
Francia y Gran Bretaña, donde suelen aparecer frecuentemente los moldes enteros
o fragmentados en los que se fabricaban. Estos moldes habitualmente están tallados en piedra (Figs. 2d-g), si bien excepcionalmente
también los podemos encontrar elaborados en bronce (Fig. 2c).
Los motivos geométricos que suelen presentar estas
pequeñas fichas de plomo o “mereaux”, en muchos casos guardan paralelismo con
los relieves que encontramos en las abundantes estelas funerarias de los
períodos medieval y post-medieval(2). Al establecer comparaciones
entre las iconografías que aparecen en las estelas discoideas y en plomos o
“mereaux” medievales y modernos, tenemos que tener en cuenta en primer lugar
una serie de elementos comunes, que son en buena medida responsables de ciertas
similitudes. En primer lugar la geometría de las piezas es similar (Figs. 2 h e i), en ambos casos se trabaja sobre una superficie circular acotada
por una circunferencia,
en segundo lugar el diseño de los motivos es ejecutado por artesanos locales, y
por último, en occidente durante las edades Media y Moderna, el espíritu
religioso cristiano estaba profundamente arraigado en todas las clases de la
sociedad, y por este motivo tanto en los plomos como en las estelas funerarias
uno de los elementos más frecuentemente representados es la cruz. Con respecto
a otros elementos geométricos (por ejemplo estrellas, flores, radios...),
predomina la simetría radial sobre la bilateral.
Falsificaciones
de monedas durante el Imperio Romano.
Desde el mismo momento en que comenzó a utilizarse la
moneda oficial, comenzaron a surgir los falsificadores, que obtenían pingües
beneficios fabricando monedas de menor calidad mediante técnicas de acuñación o
también fundiendo el metal en moldes.
Desde finales del siglo XVII los arqueólogos y numismáticos conocen bien los moldes de
arcilla utilizados para fabricar monedas romanas, especialmente en los siglos
tercero y cuarto de nuestra Era, y que frecuentemente aparecen en muchas
regiones de Europa. Generalmente se trata de moldes individuales impresos por
ambas caras (bivalvos) (Figs. 3a y b), que presentan una hendidura
(bebedero), y que colocados juntos en hilera permiten añadir el metal fundido a
un grupo de varios moldes a la vez (Fig.
3a’). También existen moldes cuadrados o rectangulares (Fig. 3c), y excepcionalmente también se
han encontrado en Egipto moldes múltiples que permiten la fabricación
simultánea de cinco o siete monedas al mismo tiempo (Figs. 3d y d’).
Si bien se conocen moldes para producir monedas de
finales del siglo segundo de nuestra Era, la mayor parte de los hallazgos
pertenecen al siglo tercero. La principal causa de este fenómeno puede estar
relacionada con los cambios experimentados en la moneda romana desde finales
del siglo segundo. El denario que en el año 193 d.C. tenía un porcentaje de
plata del 80%, había bajado en el 217 d.C. al 50%, como consecuencia del
crecimiento de la demanda de dinero para cubrir los gastos militares con unas
reservas de plata que no alcanzaban a cubrir dichas necesidades.
El comienzo del declive que terminó con la desaparición
del denario como moneda principal(3), sustituido por el
“Antoniniano”, se inicia en tiempos de Septimio Severo (193-211 d.C.), cuando
en el año 197 d.C. duplica los salarios del ejército, para lo que tuvo que
incrementarse la producción de denarios disminuyendo drásticamente su contenido
en plata. En el año 215 d.C., Marco Aurelio Antonino, más conocido como Caracalla
(198-217 d.C.), hijo mayor de Septimio Severo, introdujo una nueva moneda, el
“Antoniniano”, un poco más grande que el denario donde aparece el emperador con
una característica corona radiada. Esta nueva moneda, con valor de dos denarios
apenas contenía el equivalente en plata a 1,5 denarios, y a partir del año 238
sufrió una progresiva devaluación durante el siglo tercero.
Figura
3.- Moldes utilizados
para la fabricación de monedas romanas.
a
y a’:
Moldes hallados en Wakefield, West Yorkshire, Inglaterra; b: Molde de moneda de
Constantino II (337-240 d.C.) del tipo “FEL TEMP REPARATIO”; c: Molde
para fabricar monedas del emperador Tétrico (271-274 d.C.) hallado en
Nottinghamshire, Inglaterra; d y d’: Moldes para fabricar
cinco o siete monedas romanas de finales del siglo IV a comienzos del s. V,
hallados en Egipto (British Museum, nºs
1891,0623.5 y 6).
Es bajo este contexto de crisis monetaria cuando se multiplican las falsificaciones de monedas fabricadas en moldes (Fig. 4), e incluso algunos autores consideran que estas emisiones fraudulentas pudieron estar parcialmente consentidas por las autoridades para satisfacer la creciente demanda de moneda, siendo toleradas extraoficialmente con beneficio mutuo de los falsarios y los funcionarios locales(4).
Figura
4.- Distribución
de moldes monetarios del siglo III d.C. según A. Gerard (2003)(5).
1: Padua, Narbonense; 2: Arles ; 3: Privas; 4: Vienne, Aquitania : 5. Burdeos ; 6. Bourges ; 7:
Clermont-Ferrand; 8: Le Bernard ; 9: Périgueux; 10: Rezé; 11. Vichy; 12: Autun;
13: Châteaubleau; 14: Corseul ; 15: Entrains-sur-Nohain ; 16. Jublains ; 17:
Lyon; 18: Mâcon ; 19: Melun; 20: Paris; 21: Sées; 22: Thoré-la-Rochette; 23:
Guernesey, Galia Belga: 24: Arras; 25: Bavay; 26: Boulogne; 27:
Château-Porcien; 28: Damery; 29: Dieulouard; 30: Famars; 31: Grand; 32: Reims;
33: Elouges; 34: Rumst; 35: Saint-Mard; 36: Tournai; 37: Dalheim; 38:
Grevenmacher; 39: Altstadt; 40: Kôllig; 41: Nohfelden; 42: Pachtěn; 43:
Saarbriicken; 44: Saarlouis; 45: Tholey; 46: Trêves. Germania Superior; 47:
Augst; 48: Heddernheim; 49: Mayence; 50: Niederbieber; 51: Rottweil; 52:
Saalburg; 53: Wiesbaden; 54: Luxeuil-les-Bains; 55: Estrasburgo, Germania
inferior y orilla derecha del Rhin; 56: Bonn; 57: Colonia; 58: Nimègue; 59:
Xanten; 60: Haltern, Retie; 61: Eining; 62: Risstissen, Nórica : 63:
Niederôsterreich, Bretaña; 64: Ancaster; 65: Bartlow; 66: Binchester ;67:
Bottesford; 68: Bridgwater; 69: Bulwick; 70: Castor; 71: Chelmsford ;72:
Chester; 73: Colchester; 74: Dorchester; 75: Edington; 76: Highbridge; 77:
Housesteads; 78: Kenn; 79: Keynsham; 80: Lincoln; 81: Lingwell Gate; 82:
Londres; 83: Millington; 84: Oakham; 85: Ryton; 86: Whitchurch; 87: Wroxeter;
88: York.
Un
taller de producción de monedas con moldes a comienzos del siglo III d.C. en
Caesaraugusta.
Entre los años 2018 y 2021, salieron en subastas públicas
en Alemania una gran cantidad de moldes para fabricar denarios de los
emperadores Septimio Severo (193-211 d.C.) y Marco Aurelio Antonino “Caracalla” (211-217 d.C.). Estos moldes adoptan dos formas diferentes, en
unos casos son rectangulares (Fig. 5b)
y en otros circulares (Fig. 5a), y
fueron hallados en septiembre del año 1975 durante unas excavaciones privadas
del Dr. H. W. Scheer con algunos estudiantes de la Universidad Ruhr de Bochum
(Alemania) en el sistema de alcantarillado de una Villa Rústica ubicada en
terrenos próximos al aeropuerto de Zaragoza. Junto con los moldes se hallaron
numerosos crisoles de fundición (Fig. 5c).
. Una
importante singularidad en estos moldes, es que tanto los rectangulares como
los redondos presentan un número inciso en cifras romanas, lo cual permite el
emparejamiento anversos y reversos. Mientras en los moldes rectangulares las
cifras están grabadas a gran tamaño en su parte posterior, los circulares
llevan la inscripción numérica en pequeño tamaño, dispuesta en arco rodeando
lateralmente el hueco que forma el molde de la moneda.
Figura
5.- Tipos de
piezas halladas en Zaragoza.
a: Molde univalvo redondo de denario
de Caracalla, número MMDXII (2512); b: Molde rectangular de denarios de
Caracalla, número MDCLXVI (1616); e: Crisol de fundición.
Las características de estos moldes que podemos datar a
comienzos del siglo tercero de nuestra Era difieren de los hallados, también de
esta época, en diversas regiones europeas, donde la falsificación de moneda se
interpreta como una respuesta a la crisis que experimentó el denario romano en
esa época. Resulta curioso que se utilicen simultáneamente dos formatos
diferentes, rectangular y redondo, y especialmente que cada pareja de valvas lleve
su numeración que alcanza a una cifra superior a 2000.
Falsificaciones
de monedas en la India.
Esta proliferación de
falsificaciones de monedas realizadas con moldes se extiende mucho más allá del
Imperio Romano en esta conflictiva época. En las últimas décadas del siglo
veinte aparecieron en Sunet (Punjab, India) más de treinta mil moldes de
monedas de Yaudheya de los siglos III y IV de nuestra Era, período en que los
Yaudheya(6) se encontraban bajo la órbita del imperio Gupta, si bien
mantenían un sistema de gobierno republicano que contrastaba con las monarquías
de los reinos vecinos.
Mientras algunos
especialistas mantienen que se emitieron indistintamente monedas acuñadas (Fig. 6a) y fundidas (Fig. 6c), otros autores señalan que las
monedas fabricadas en moldes (Fig. 6b)
eran producto de falsificadores, que utilizaban las monedas acuñadas como
patrón, imprimiendo la imagen de la moneda en arcilla que luego se cocía para
fabricar el molde.
Figura
6.- Moldes
de monedas Yaudheva.
a: Moneda Yaudheya acuñada,
imitación de las monedas Kushan, siglos III-IV d.C. En el
anverso:
Karttikeya de pie frente a frente, sosteniendo una lanza, leyenda de Brahmi
alrededor “yaudheya ganasya jaya“ (Victoria para el pueblo Yaudheya). En el
reverso Devasena de pie a izquierda, levantando la mano; b: Moldes de arcilla
cocida; c: Moneda Yaudheya fundida fabricada en molde.
Notas:
(1)
El término “mereau” podría derivar del
término latino “merare”= distribuir
(Labrot, 1989, p. 13).
(2) Ibáñez, M., 2020. Paralelismos
iconográficos entre estelas funerarias y plomos o “mereaux” medievales y
modernos. En Actas HilarriCon, Abaurrea
Alta (Navarra), junio 2018: 207-211.
(3)
El denario de plata con un peso de 3,9 gramos constituía la principal
referencia del sistema monetario romano desde el año 212 a.C. experimentó una
progresiva devaluación hasta que bajo el gobierno de Septimio Severo (193-211
d.C.) su peso se había reducido a 1,7 gramos, desapareciendo finalmente durante
el mandato de Gordiano III (238-244 d.C.).
(4) En
Gran Bretaña aparecen más denarios de Septimio Severo que de cualquier otro
emperador romano
(5) Gérard, A., 2003. Les moules monétaires en terre cuite
du IIIe siècle: chronologie et géographie. Revue
numismatique, 6e série, Tome 159: pp. 125-162;
(6) El término Yaudheya deriva de la
palabra yodha que significa guerrero.