domingo, 1 de junio de 2025

El castigo por falsificar moneda en Navarra durante la Edad Media

 

El castigo por falsificar moneda en Navarra durante la Edad Media. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 80 (1339) (Mayo, 2024): pp. 48-49.

 

Miguel Ibáñez Artica

 


 




            La falsificación de moneda es tan antigua como la misma moneda, y en Navarra se remonta a las abundantes emisiones de denarios forrados de las cecas vasconas de BASKUNES y ARSAOS del siglo primero antes de nuestra Era (Fig. 1a). Algo más tarde se fabrican monedas con un recubrimiento de plata obtenido mediante la técnica de amalgamamiento con mercurio en falsificaciones de dirhams musulmanes y dineros del monarca Sancho V Ramírez en el siglo XI (Fig. 1b).

 

Figura 1.- Denarios ibéricos forrados (a) y monedas musulmanas y cristianas de Sancho V Ramírez falsificadas mediante amalgamamiento con mercurio (b).

 

            Las informaciones sobre falsificación de moneda son abundantes en la documentación navarra medieval, por ejemplo en 1337, dos caballeros son robados en Roncesvalles mientras dormían. Les son sustraidos 12 gruesos torneses blancos (Fig. 1a) y en su lugar se colocan 16 de estaño (Fig. 1a’).  Al llegar a San Juan de Pie de Port, los caballeros se dan cuenta del engaño y denuncian la sustitución de las monedas al castellano de la ciudad, éste sale hacia Valcarlos donde detiene a Johan Sánchiz, quien confiesa la “robería” y que sabe hacer moneda falsa, siendo por ello ahorcado en el castillo (AGN, Registro 381 de 1337).

 

            Nuevamente encontramos referencias a detenciones por falsificación de moneda en 1340 y 1343, en este último caso es detenido un platero de Pamplona llamado Pedro de Viscarret, que es encerrado en el castillo de Tudela, y trasladado después a Estella donde aún permanecía en 1347.

 

            En coasiones se producen acusaciones falsas, tal como se señala en la multa que debe pagar en 1344 Davit “el cirurgico” por llamar “monedero et falsificador de moneda” al judío Ezmel Chico, y en ocasiones estas falsas denuncias reciben severos castigos, como el impuesto al maestre Jacques Licras: “lo dit maeftre Jaques fue llevado por las rues mayors de Pamplona... lo dit maeftre Jaques fu rastrat et li fu tayllada la lengua al pe de la forca et ap fu enforcat”, es decir, le fue cortada la lengua y después ahorcado por haber acusado falsamente a Pedro de Lecumberri de falsificar moneda (AGN, Reg. 56, fols. 187v y 188).

 

Figura 2.- Grueso tornés de Luis IX de Francia (1226-1270) (a), y falsificación de época en estaño (b).

           

            Las falsificaciones realizadas en tiempos de Carlos II parecen afectar fundamentalmente a la moneda de oro castellana, en relación con las falsificaciones de moneda castellana realizadas en Aragón e introducidas en otros reinos por contrabandistas, mecanismo utilizado para desestabilizar la economía de los reinos enemigos como un étodo de guerra más. En 1374 es apresado un mozo castellano en Orduña al que se le encontraron cuatro doblas de plata sobredorada de Pedro I de Castilla, y en el año anterior el justicia de Tidela viajó a Tarazona para hablar con el obispo sobre “el fecho de la falsa moneda”, enviando un mensaje con el “libro de la moneda” incautado en casa de Sancho Ruiz, preso en Tarazona, ciudad que contaba con una larga tradición en la falsificación de moneda desde el siglo XIII.

 

El caso más espectacular se produce en 1362, cuando es ajusticiado en Tudela el falsificador Martín Martínez de San Vicente. Al cuplimiento de la sentencia “a facer cocer” asiste el justicia acompañado de nueve hombres a caballo y treinta a pie. Se emplean en la ejecución 16 cargas de leña para calentar el agua de la caldera, labor realizada por cuatro hombres. Una vez “muerto et cocho”, es ahorcado públicamente arrojándole a la cabeza la moneda falsa incautada (orden del 25 de enero de 1362, AGN, Reg. 101, fols. 65-67). Este tipo de ajusticiamiento sigue el modelo francés, donde el culpable de falsificacion era cocido en una caldera (Fig. 1c). Durante más de 500 años, hasta el 2017, en la fachada lateral del edificio denominado Waag, en la ciudad neerlandesa de Deventer, colgaba una caldera de cobre donde el año 1434 fue ajusticiado el Maestro de la Casa de la Moneda de Batenburgo al encontrar en su poder moneda falsa (Fig. 1d). Actualmente la caldera está expuesta en el museo de la ciudad.


Figura 3.- a: Escena de ajusticiamiento en un manuscrito medieval (c. 1294); b: Fachada lateral del edificio Waag en Deventer (Países Bajos) y detalle de la caldera donde se ajustició por falsificador al maestro de la moneda en 1434.

 

            También existen representaciones del castigo que le espera al falsificador de moneda en el otro mundo. En el lado derecho del tímpano de la abadía de la Santa Fe, de la comuna Occitana de Conques, entre los condenados al infierno, está representado un falsificador de moneda que sujeta un cuño, identificado como tal por llevar grabada la leyenda “CVNEVS”, con un demonio que emergiendo de las llamas le tira de las barbas (Fig.4). Esta representación del siglo XII evidencia la importancia que el delito de falsificar moneda tenía en la época.

 

Figura 4.- Iconografía románica del castigo al falsificador (Abadía de Santa Fe, Conques, Francia).

 

            Para finalizar, se conocen también falsificaciones de las monedas del Príncipe de Viana, en este caso son gruesos de cobre que llevarían un baño de plata (Fig. 5b). Estas monedas podrían haber sido fabricadas por los agramonteses, partidarios de rey Juan, con el fin de desprestigiar las buenas emisiones del Principe Carlos (Fig. 5a), durante la guerra civil que dividió al reino de Navarra entre los años 1451 y 1464.

 

 

Figura 5.- a: Grueso de Carlos, Príncipe de Viana; b: Falsificación de época en cobre.

 

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