Monedas para
regalar. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 61(1126)
(Enero, 2005): pp. 46-47.
Miguel Ibáñez Artica
En estas fechas
navideñas resulta una tradición secular el hacer obsequios y regalos a
familiares y amigos. Esta popular costumbre, está actualmente fomentada por un
agresivo marketing de fabricantes y vendedores de objetos de regalo, que
aprovechan las festividades invernales para hacer su propio “agosto” en ventas.
En la actualidad estos regalos se adquieren con dinero, basado en el dinero/moneda,
que es la referencia universal de valor, y cumple una serie de funciones
concretas y abstractas (como unidad de cuenta y de medida del valor de las
cosas; medio de intercambio y de pago; estandar de pagos diferidos y forma de
almacenamiento de valor*). La moneda no es sólo un elemento inerte, sino que se
comporta como una criatura activa que responde y se adapta a las demandas de la
sociedad.
A lo largo de la
historia de la humanidad se han sucedido tres sistemas económicos diferentes,
el sistema basado en el trueque, el fundamentado en el regalo y por último el
sistema económico monetario vigente en la actualidad.
Muchas veces se ha
puesto como ejemplo del primer sistema el denominado “comercio silencioso”,
éste era practicado en la antigüedad por los mercaderes fenicios, quienes
arribaban con sus barcos cargados de mercancías a las costas peninsulares,
depositando -alineados en la playa- los objetos a intercambiar: telas y
tejidos, recipientes de cerámica, joyas, etc.... Después, se retiraban a sus
embarcaciones y esperaban un tiempo; los nativos mientras tanto, colocaban
frente a estos objetos, una serie de productos como oro, marfil, pieles,
frutas... y se marchaban hacia el interior abandonando la playa. Cuando
regresaban los mercaderes fenicios, si consideraban adecuadas las mercancías
ofrecidas por los indígenas, las transportaban a sus embarcaciones, si no, las
dejaban sin tocar y regresaban a sus barcos, de forma que los nativos añadían
más productos, hasta que se consideraba adecuado el intercambio. Entonces unos
y otros recogían los productos y se retiraban. Este sistema tenía la ventaja de
que al no existir contacto directo de los participantes en el trueque, se
evitaban disputas y peleas, que de otra forma hubieran sido casi inevitables
entre individuos pertenecientes a culturas muy diferentes.
Figura 1.-
“Anillo” del Kula en las Islas Trobriand (Papúa-Nueva Guinea) y principales
“monedas” (Soulava y Mwali) transmitidas de generación en
generación (Ejemplares del Museo Arqueológico Nacional, Madrid).
A pesar de las
apariencias, este sistema en realidad no era precisamente un “trueque” en
sentido estricto. Muchas culturas primitivas desarrollaron un complejo sistema
económico basado en el “regalo”, es decir se hacían obsequios que implicaban
una reciprocidad, e incluso era obligado devolver un regalo de mayor valor o
importancia que el recibido. De esta forma, lo que para los comerciantes
fenicios era un “trueque”, para los nativos era un regalo ofrecido por unos
extranjeros, que debía de ser correspondido, de acuerdo con su tradicional
sistema económico y social.
En algunas
sociedades, podemos encontrar “monedas de regalo”, objetos, en muchos casos sin
una utilidad aparente, que son ofrecidos como obsequio (Fig. 1). A lo largo del tiempo, se mantiene la forma y constitución
de dichos objetos, a los cuales se les atribuye un determinado simbolismo, y
son reconocidos como tales por todos los miembros de la sociedad. En este
momento podemos considerarlos como auténticas “monedas”, cuya finalidad es la
de mantener y estimular las relaciones sociales.
Este tipo de sistema
económico basado en el “regalo” ha sido estudiado en profundidad por algunos
antropólogos (Marcel Mauss, Maurice Godelier…) y lo podemos ver en lugares tan
distantes como en el sudeste de Alaska y costa occidental del Canadá (en la
ceremonia del Potlatch) o en las lejanas islas de la Melanesia. Algunos de
estos tipos de “moneda”, han pervivido hasta nuestros días, tal es el caso del “mwali” y el “soulava” de las islas
Trobriand (Nueva Guinea). El complejo y sofisticado sistema social conocido
como el “anillo del Kula”, se inicia, por ejemplo, con el obsequio de un
“mwali”, que es una especie de brazalete elaborado con un trozo de concha de
“Conus” recortada y decorada. Esta “moneda” se regala a alguna persona que vive
en otra isla (a veces muy lejana), y para ello se utilizan embarcaciones
ricamente engalanadas que recorren largas distancias hasta llegar a su destino.
El receptor de esta moneda-regalo, deberá corresponder con otra diferente, en
este caso un “bagi” o “soulava”, sofisticado collar elaborado con conchas de
la especie “Chama pacifica”. Este complejo ritual fue descubierto en las islas
Trobriand (Nueva Guinea) a comienzos del siglo veinte por el antropólogo
Bronislaw Malinowski, pero lo más sorprendente es que hoy en día sigue vigente
(Fig. 2), incluso con mayor fuerza,
siendo las principales diferencias en la actualidad la utilización de
embarcaciones a motor y la participación de las mujeres en la ceremonia del
“Kula”.
Figura
2.- A la izquierda,
entrega de una moneda del “Kula” a comienzos del siglo veinte; a la derecha en
la actualidad.
*G. Davies, 2002. A History of the Money. Univ. Wales, 720 pp.
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