Atunes
representados en las antiguas monedas griegas, fenicias, ibéricas y romanas. Artículo
publicado en: Eco Filatélico y Numismático 74(1275)
(Julio-Agosto 2018): pp. 50-52.
Miguel Ibáñez Artica
Los peces
denominados genéricamente “atunes”, pertenecen a la familia de los Escómbridos
que incluye 15 géneros y 55 especies diferentes. Se trata animales pelágicos
muy veloces que generalmente realizan largas migraciones, y su tamaño oscila
desde las pequeñas caballas (Scomber
scombrus y S. japonicus) que no
llegan al medio metro, hasta el
imponente atún rojo (Thunnus thynnus)
que alcanza a medir hasta tres metros de longitud con un peso de 700 kilos. Su
denominación científica deriva del verbo griego “thuno” que significa moverse
con rapidez.
Aunque han
sido varias las especies marinas capturadas por el hombre desde tiempos
antiguos, la más espectacular de todas ha sido indiscutiblemente el atún rojo o
cimarrón, cuya pesca fue practicada por los antiguos griegos, fenicios y
romanos en aguas del Mediterráneo, mares Negro y Caspio, así como en el
Atlántico, en aguas cercanas al estrecho de Gibraltar (Figura 1).
Figura
1.- Principales cecas que
emitieron monedas donde aparecen representados atunes. Cicico, en el Mar de
Mármara, y las colonias fenicias del sur de la Península Ibérica, Gades y Sexi
(Cádiz y Almuñecar respectivamente). Las flechas en rojo indican las
migraciones superficiales de los atunes.
La importancia
de esta pesquería para algunas poblaciones en la Edad Antigua queda reflejada
en sus monedas, donde este pez aparece representado como atributo o emblema de
la ciudad.
Las monedas
más antiguas que presentan la figura del atún son las acuñadas en Cicico (Figura 2), ciudad griega situada en una
pequeña península al sur del mar de Mármara, en la conexión entre las aguas de
los mares Egeo y Negro. Por esta zona viajaban los bancos de atunes en sus
migraciones estacionales y eran capturados por los habitantes de la región, tal
como narra el escritor romano Claudio Eliano en la obra “Sobre la naturaleza de los animales”: “(los atunes) pasan al Ponto
Euxino (Mar Negro) teniendo a su costado derecho la tierra.... Pues bien, los
que habitan todo este territorio conocen muy bien la llegada de los atunes...
Cada barca tiene a cada costado seis remeros jóvenes, buenos conocedores de su
oficio. Las redes son grandísimas, no demasiado ligeras, ni sostenidas con
corchos, sino más bien lastradas con plomo. Estos peces penetran en tropel en
ellas.”
Pero los
atunes no solo se capturaban con redes, el mismo autor informa: “Así, cuando
queda clavado en el anzuelo, se sumerge hasta el fondo y empuja y se precipita
contra el suelo, golpeando su boca con intención de expulsar el estorbo” (Figura 3).
Figura 2.- Anversos de monedas de oro y electro de Cicico
(Misia, Asia Menor), siglos VI-V a.C.
Figura
3.- Monedas de las colonias
fenicias del sur de la Península Ibérica y grandes anzuelos de bronce para la
captura de grandes peces.
Aunque en la
actualidad, y debido a la sobrepesca, el atún se ha extinguido en esta región (ya
no existe en los mares Negro y Caspio), durante la época clásica era un
importante recurso económico en la zona.
Es pues la
ciudad griega de Cicico (en la actual Turquía) durante los siglos VI y V antes
de nuestra Era, la primera que representó la figura del atún en sus monedas. Se
trata de pequeñas piezas de oro, electro (aleación de oro y plata) y plata,
acuñadas masivamente y con muchísimos motivos diferentes: dioses y héroes como
Apolo, Afrodita, Atenea, Helios, Poseidón, Dionisio, Sileno, Nike, Triptólemo,
Perseo, Hércules, Orestes, Atis, Cabiros y sátiros; guerreros hoplitas;
monstruos mitológicos, como el cancerbero, la medusa Gorgona, centauros,
tritones, quimeras, pegasos, grifos, toros androcéfalos, esfinges y arpías;
animales terrestres y marinos como leones, panteras, bueyes, cerdos, carneros,
águilas, gallos, lechuzas, abejas, delfines, cangrejos, peces aguja; objetos
inanimados como cítaras o proas de naves, etc.
En estas
monedas, además de la figura principal, aparece en el anverso un atún en
posición horizontal o vertical que simboliza la ciudad emisora Cicico. En
muchos divisores de 1/6 de estátera, la figura principal sujeta con su mano la
cola del atún (Figuras 4b y c) y
en las monedas más pequeñas de 1/24 o 1/48 de estátera, por falta de
espacio, se representa tan solo la cabeza del atún (Figura 4d)*.
Figura 4.- Anversos de monedas de Cicico; a: estáteras; b: 1/6
de estátera; c: 1/12 de estátera; d: 1/24 de estátera; d: óbolo de plata de
finales del s. VI a.C..
La segunda
zona donde aparecen representados los atunes en las monedas es en las factorías
fenicias del sur de la Península Ibérica Gades (Cádiz, Figura 5a), Sexi (Almuñecar en Granada, Figura 5b), Abdera (Adra en Almería, Figura 5c), Asido (Medina Sidonia en Cádiz, Figura 5d) y Ketovion (Setúbal, Portugal, Figura 5e), así como en algunas poblaciones gaditanas como Aipora
(cerca de Sanlúcar de Barrameda en Cádiz), Bailo (la romana Baelo Claudia entre
Gades y Carteia), o sevillanas como Caura (Coria del Río, Figura 5f), Cunbaria (entre Cabezas de San Juan y Los Palacios, Figura 5g). También aparecen atunes en
las monedas lusitanas de Baesuri (Castro Marin), Balsa (cerca de Tavira, Figura 5h), Brutobriga (entre Santarem y
Abrantes, Figura 5i), Murtilis
(Mertola, Figura 5j) y Osonuba
(Estoy, Faro, Figura 5k).
Figura
5.- Colonias fenicias y
poblaciones celtibéricas y lusitanas en cuyas monedas se representa la figura
del atún.
El geógrafo e
historiador griego Estabón escribía sobre los atunes que se capturaban en la
Turdetania: “Muchos atunes que del Mar Exterior llegan a estas costas son
gordos y grasosos. Nútrense de las bellotas de cierta encina que crece en el
mar muy rastrera, y que produce frutos en verdad abundantes. Esta encina se da
también profusamente en el interior de Iberia.....después de la marea alta, así
la costa de la parte interior como de la exterior de las Columnas, queda
cubierta de las que arroja la pleamar..... Son estos peces (los atunes) una
especie de cerdos de mar....”
Esta leyenda
errónea sobre la alimentación de los atunes, surge de la comparación de la
carne del atún (animal homeotermo o de sangre caliente, característica de los
mamíferos y aves, pero excepcional en los peces que son animales de “sangre
fría”), así como del color rojizo de su carne -más parecida a la de un animal
terrestre-, con la del cerdo. Si los cerdos se alimentan de bellotas, los
atunes, equivalentes a “cerdos marinos”, también.
Figura
6.- Autores clásicos.
A
pesar de estos errores, como el considerar que los atunes se alimentan de
bellotas marinas, o que según Aristóteles ven solo por el ojo izquierdo, los
autores clásicos (Aristóteles, Eliano, Opiano, Ateneo, Estrabón...) reflejan y
describen las pesquerías de esta especie que se realizaba tanto en el Mar Negro
como en las aguas del sur de la Península Ibérica, cerca de las Columnas de
Hércules, observaciones que concuerdan con las representaciones de atunes que encontramos en las monedas de esta
zona.
En cualquier
caso las monedas reflejan más fielmente las verdaderas costumbres de los atunes
que los antiguos textos, así podemos ver en una estátera de Cicico, acuñada en
la primera mitad del siglo VI a.C., es decir dos siglos antes de los escritos
de Aristóteles, donde se aprecia claramente como un atún devora un pez aguja (Figura 4a, ejemplar de la derecha),
ratificando su papel como depredador, en contra de las leyendas repetidas por
los autores clásicos de que este animal se alimentaba de bellotas que crecían
en el fondo del mar.
*Figuras de estas monedas: http://www.asiaminorcoins.com/gallery/thumbnails.php?album=487&page=1
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