Monedas
tradicionales: Hachas de piedra ceremoniales. Artículo
publicado en: Eco Filatélico y Numismático 58(1098)
(Junio, 2002): pp. 46-47.
Miguel Ibáñez Artica.
En los albores de un siglo XXI,
donde el discutido fenómeno de la Globalización se extiende velozmente por
todas las regiones de la Tierra, con la ayuda de los rápidos avances en el
campo de las telecomunicaciones, y donde el moderno dinero electrónico, capaz
de dar tres vueltas al Globo en un segundo, se propaga a gran velocidad en esa
imparable red de relaciones y comunicaciones, todavía quedan algunos rincones
del Planeta, donde se sigue utilizando como moneda diversos y variados objetos
como conchas, hachas, colmillos de perro y cerdo, etc...
Las culturas que todavía utilizan
en forma cotidiana estos objetos “premonetales” se encuentran en las antípodas,
en el Pacífico Sur, y la región que presenta una mayor diversidad y complejidad
en estos elementos es Papúa-Nueva Guinea. Este país, con una extensión algo
menor que la de España, presenta una población muy heterogénea, donde por
ejemplo existen más de setecientas lenguas diferentes, correspondientes a otras
tantas culturas. Un denominador común a todas ellas es la utilización de las
“monedas primitivas” como elemento fundamental en la “reproducción social”. Su
sistema social se basa en un igualitarismo denominado por los antropólogos
“bigman”, predecesor de los sistemas democráticos occidentales. Los melanesios
utilizan diferentes modalidades de intercambios para crear diferentes tipos de
relaciones y son estas formas de intercambio las que en definitiva crean y
articulan la sociedad. Como resultado, los diferentes tipos de relaciones
sociales se estructuran por categorías
discretas de intercambio.
Figura
1.- Hachas de piedra de
Papúa-Nueva Guinea. En primer plano hacha ceremonial del Sepik medio y detrás
hacha ceremonial de Highland.
En estas relaciones de
intercambio, podemos diferenciar dos esferas o formas diferentes, la primera de
tipo “comercial”, es establecida por el clan o grupo, con elementos externos a
él, es el caso de los matrimonios, donde se paga un “precio de la novia”
(brideprice), o las manufacturas producidas por la tribu, intercambiadas a
veces mediante expediciones comerciales regionales. Estos tipos de relaciones
de “compra/venta” tienen su denominación específica (por ejemplo entre los Rawa
se denominan “urdiyoro”). Una segunda
esfera se produce entre los individuos del mismo clan o tribu, donde se produce
una redistribución de los elementos adquiridos en el exterior, esta segunda
relación recibe la denominación de “no”. En determinadas ceremonias, se reparten entre
los individuos de la tribu conchas-moneda y hachas, de forma que la riqueza
obtenida por elaboración propia o por intercambio con el exterior, se reparte y
redistribuye entre los miembros del clan.
Figura 2.- Hachas
ceremoniales de Highland y sello postal representando dicho elemento.
Las hachas de piedra, no muy
diferentes de las utilizadas en Europa durante el Neolítico, constituyen un
elemento importante en las relaciones de intercambio, y son utilizadas como
moneda (en 1989, se encontró en el curso de un afluente del río Brazza, en
Irian Jaya, una pequeña tribu cuya única actividad comercial con sus vecinos
era la elaboración de estas preciadas hachas), se fabricaban fundamentalmente
en la zona de Highland siendo transportadas e intercambiadas por monedas-concha
en las zonas costeras y en los valles. Estas herramientas, constituían (y aún
constituyen en muchas zonas) un elemento fundamental en la vida cotidiana
(sirven para cortar y trabajar la madera, para la caza, para la guerra...). En
algunos casos, las hachas se han transformado en verdaderos elementos
ornamentales perdiendo su utilidad como herramientas y convirtiéndose en elementos
de poder o riqueza exclusivamente (Figura
2). Este es el caso de las famosas hachas ceremoniales del noreste del
monte Hagen (provincias Enga y Chimbú), en la región de Highland, (“tierra
alta”), situada en la zona central de Papúa-Nueva Guinea, dominada por la
mencionada montaña de 3.777 metros de altitud, que da nombre a la región. Esta
zona fue descubierta casualmente en 1932 por los hermanos Leahi, buscadores de
oro, y está poblada por un millón de habitantes distribuidos en numerosas
tribus, los Dani, Kapauko, Hewa, Kaluli, Simbu, Chimbú, etc...
Figura 3.- Gran hacha
ceremonial del monte Hagen de un metro de anchura (MAN 2009/159/125) y billete
de dos kinas de Papúa.
El hacha ceremonial del monte
Hagen (“kurugu”), debido a su
histórico papel como “moneda” tradicional, figura en el actual billete de 2
kinas (la kina es la unidad monetaria de Papúa), y las hachas que todavía se
elaboran en la actualidad son idénticas a las que se fabricaban antiguamente,
si bien sus piedras son algo más frágiles. Son utilizadas para adquirir sal,
aceites, cerdos, conchas y otros objetos de uso cotidiano, así como símbolo de
prestigio social. Debido a su fragilidad no se usan en las labores cotidianas,
salvo para la amputación de dedos en señal de duelo o en algunos combates
privados, y se guardan y atesoran cuidadosamente almacenadas. Una variante de
estas hachas son las utilizadas como “moneda” en las ceremonias matrimoniales,
en este caso pueden alcanzar un tamaño descomunal, como el ejemplar que aparece
en la fotografía (Figura 3).
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