sábado, 25 de agosto de 2018

Las escrituras cuneiforme y egipcia en las monedas.


Las escrituras cuneiforme y egipcia en las monedas. Los tipos de escritura más antiguos (cuneiforme y jeroglífico egipcio) y el más moderno (Braille) en las monedas. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 75(1289) (Noviembre 2019): pp. 56-58. 

Miguel Ibáñez Artica.



            En las monedas podemos encontrar muchos de los diferentes tipos de escritura utilizados en las diversas partes del Planeta durante los últimos cinco milenios, y en la actualidad circulan a lo largo de todo el Mundo monedas que presentan una veintena de alfabetos diferentes, lista que se incrementa si consideramos las utilizadas en tiempos pasados y que a fecha de hoy ya no se usan. Los dos primeros tipos de escritura empleados por el hombre fueron dos, en primer lugar el sistema cuneiforme, surgido en Mesopotamia hacia el 3.300 antes de nuestra Era, y que consistía en una serie de líneas con aspecto de cuña, grabadas sobre la arcilla con una fina madera biselada. Así como el alfabeto latino que utilizamos en occidente sirve para escribir en diferentes idiomas (español, francés, inglés, alemán, euskera....), la escritura cuneiforme fue utilizada para representar idiomas muy diferentes como el sumerio, acadio, elamita, hitita, persa... durante un largo período de tres milenios. 

En paralelo y en la misma época en que en la ciudad de Sumer aparecían los símbolos precursores del cuneiforme, surgía en Egipto la escritura jeroglífica. Mientas el origen de la escritura en Mesopotamia está relacionado con la necesidad de llevar la contabilidad de los bienes de templos y gobernantes (ganado, aceite, tejidos, armas...), la escritura jeroglífica surge en un contexto “mágico-religioso”, (la palabra jeroglífico deriva de los términos griegos “hieros”= sagrado y “glifo”= grabar) y resulta mucho más artística y sofisticada que la cuneiforme.

La escritura jeroglífica egipcia y la hierática, que es una simplificación de la anterior para ser utilizada en documentos (sobre papiro), eran conocidas por muy pocas personas especializadas en su lectura y escritura, los funcionarios reales o de los templos. Con el tiempo se desarrolló una forma más sencilla, denominada “demótica” por el historiador griego Herodoto en el s. V a.C., es decir una escritura empleada por la “gente común”, que era utilizada por muchas personas.

A pesar de que ambos tipos de estrituras, cuneiforme y egipcia, estuvieron vigentes durante más de tres mil años, apenas encontramos inscripciones con estos símbolos en las monedas, y tan solo aparecen en contadas ocasiones en las piezas que pasaremos a describir y comentar (Fig. 1).


Figura 1.- Monedas que presentan escrituras cuneiforme y egipcia (jeroglífica y demótica).

La escritura cuneiforme aparece representada exclusivamente en unas pequeñas monedas -cuartos de shekel-,  acuñadas en el territorio palestino de Samaria durante la segunda mitad del s. IV a.C. (Meshorer & Qedar 1999; nº. 129; Fig. 2). En el anverso de la moneda aparece un personaje sentado en un trono tañendo un arpa de cinco cuerdas, y bajo ella, dos símbolos cuneiformes y otro encima, así como otros tres símbolos bajo el arpa (Fig. 2a). Una segunda emisión (Fig. 2b) muestra un escudo bajo el arpa y unos pequeños símbolos cuneiformes (?) en la parte superior derecha. En el reverso de ambas piezas figura un hombre de pie que atraviesa con su lanza a un caballo.

Estas emisiones se produjeron en una época en que la región de Samaria estaba en la órbita del dominio persa, y los abridores de cuños que realizaron estas monedas estarían dirigidos por altos funcionarios de la administración del imperio, buenos conocedores de la escritura cuneiforme.



Figura 2.- Monedas acuñadas en Samaria (Palestina) en el s. IV a.C., con leyenda en escritura cuneiforme.

            Con respecto a las monedas que presentan escritura egipcia, también la situación es bastante excepcional. En primer lugar podemos citar una rarísima y valiosa moneda de oro, una estátera emitida por el faraón Nekht-har-hebi (Fig. 3a), cuyo nombre helenizado es  Nectanebo II, gobernante de la XXX dinastía -la última que tuvo reyes egipcios autóctonos-, y cuyo reinado se extendió entre el 359 y el 343 a.C. 



Figura 3.- Monedas con leyendas en escritura egipcia.
            a: Estátera de oro del faraón Nectanebo II (359-343 a.C.)
b: Tetradracma de plata acuñado en Egipto por Artajerjes III Oco (343-338 a.C.) con leyenda en demótico egipcio.

En el anverso aparece un caballo al galope y en el reverso  un collar pectoral “neweb” = oro, cruzado por una tráquea de la que cuelga un corazón, que significa “nefer” = bueno, de forma  que la representación jeroglífica de estos dos elementos juntos significa “oro bueno”.

Aunque tradicionalmente se considera que estas monedas de oro fueron acuñadas por el faraón para el pago de las tropas mercenarias griegas, hay que tener en cuenta que en esos momentos la inscripción jeroglífica solo podría haber sido leída como “oro bueno” por los escribas egipcios especializados en este tipo de escritura .

El faraón Nectanebo había derrocado a su tío Thakos para ocupar el trono, pero fue expulsado del mismo por los persas, tras de lo cual se refugió en Etiopía, y durante unos años aún mantuvo el control del Alto Egipto. Le sucedió en el trono el rey persa Artajerjes III quien también acuñó en Egipto monedas, en este caso tetradracmas de plata de imitación ateniense (Fig. 3b).

Lo más interesante de estas emisiones egipcias del monarca persa, es que llevan la inscripción “Pharaoh Artaxerxes” en escritura demótica al lado de la lechuza. Podemos interpretar esta leyenda como una respuesta a las emisiones de su antecesor Nektanebo II, quien como acabamos de comentar había utilizado símbolos jeroglíficos en sus monedas de oro. Las nuevas monedas acuñadas por el rey persa y faraón de Egipto, también destinadas al pago de las tropas mercenarias, llevaban la inscripción de “Faraón Artajerjes” con letras demóticas, un tipo de escritura que a diferencia de la jeroglífica (conocida por muy pocos), era de uso común entre la población. Así pues esta leyenda cumple también una finalidad de propaganda política, reconociendo al Gran Rey Artajerjes III como legítimo Faraón de Egipto.

El dominio de los reyes persas sobre Egipto fue muy efímero, ya que unos años más tarde, en el 332 a.C. todo el imperio aqueménida, incluido Egipto, era conquistado por Alejandro Magno, y en el 305 a.C. uno de sus generales, Ptolomeo Sóter, se convertía en el primer faraón de la dinastía ptolemáica que gobernaría Egipto hasta la conquista romana de Augusto en el año 30 a.C.

Durante los períodos helenístico y romano, las abundantes emisiones egipcias de monedas de oro, plata y bronce llevaron las inscripciones en idioma y alfabeto griego, y a partir de la conquista musulmana (639-646 d.C.) en árabe.


Figura 4.- Símbolos y dioses egipcios en monedas fenicias, griegas y romanas.
            a: Disco solar flanqueado por el “ureus” en trihemishekel de oro y en 1,5 estátera de plata acuñadas en Cartago durante la primera guerra púnica (264-241 a.C.); b: Busto frontal del dios Bes en óbolo acuñado en Samaria en el s. IV a.C.; c: Busto frontal de Bes en óbolo de Cilicia (s. V-IV a.C.); d: Representaciones del dios egipcio Bes en las monedas fenicias de plata y bronce de Ebusus (Ibiza); e: Esfinge portando la doble corona de Egipto en un shekel fenicio (450-410 a.C.); f: Esfinge alada en un áureo de Augusto acuñado en Pérgamo el 19-18 a.C.; g: Dios egipcio Tutu con aspecto de esfinge,  cola de serpiente, y sobresaliendo en su pecho la cabeza de un cocodrilo, en un dracma de bronce acuñado en Alejandría por Adriano en el 133/4 d.C.; h: Bustos enfrentados de Isis y Amón (Demeter-Zeus) en un dracma de bronce del emperador Adriano acuñado en Alejandría el 133/4 d.C.; i: Busto de Serapis-Pantheos, con calathus y cuerno de Amón en un dracma de bronce de Antonino Pío, acuñado en Alejandría el 141/2 d.C.

A pesar de que en numerosas monedas fenicias, griegas y romanas aparecen frecuentes alusiones a deidades y símbolos egipcios (Fig. 4), como la representación del dios Bes en las abundantes emisiones fenicias de Ebusus (Ibiza, la isla de Bes, Fig. 4d), la escritura egipcia está muy poco representada en las monedas y tras la conquista griega, fue este idioma y alfabeto el que se utilizó en las epigrafías monetales durante varios siglos.

             



Bibliografía:

Ibáñez, M., 2018. Los tipos de escritura más antiguos (cuneiforme y jeroglífico egipcio) y el más moderno (Braille) en las monedas. Gaceta Numismática, n. 195, pp. 111-121.




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