miércoles, 1 de mayo de 2019

La "Exonumia": otra forma de coleccionismo numismático.


La “Exonumia”: otra forma de coleccionismo numismático. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 74(1274) (Junio 2018): pp. 48-51.

Miguel Ibáñez Artica


            El término “exonumia” fue creado en 1960 por el numismático norteamericano Russell Rulau (1926-2012), bajo esta palabra se agrupan toda una serie de objetos con aspecto monetiforme, pero que no son verdaderas monedas  “sensu stricto”.


             Mientras la función económica de la moneda convencional es algo concreto y estandarizado, los objetos monetiformes, que en castellano denominamos genéricamente “fichas”, pueden presentar muy diversas funciones y usos. En algunos casos han servido como auténticas monedas en tiempos de escasez de numerario (Figura 1), como las denominadas “monedas de necesidad”, o bien han sido utilizadas a escala local por empresas, haciendas o cooperativas. En estos casos presentan una gran similitud funcional con las auténticas monedas, si bien la autoridad emisora no es el propiamente el estado, sino otro organismo subordinado como un municipio, la cámara de comercio regional, una empresa, una cooperativa de trabajadores, o bien se han fabricado para circular como moneda dentro de un recinto cerrado como una prisión, un  cuartel militar o un lazareto. Incluso se llegaron a acuñar estas pseudomonedas para ser utilizadas dentro de los getos judíos establecidos en Alemania y territorios ocupados durante la Segunda Guerra Mundial. En ocasiones estas fichas fueron legitimadas por los gobiernos, es el caso por ejemplo de Guatemala, donde el 21 de noviembre de 1894 se emitía una ley regularizando las emisiones de la fichas para las haciendas, hasta que medio siglo más tarde, el 1 de diciembre de 1945 quedó prohibido su uso.


Figura 1.- “Tokens” comerciales ingleses, utilizados en los siglos XVII y XVIII ante la escasez de moneda de pequeño valor. Algunos de estos tokens llegaron a zonas distantes a su ciudad de emisión. Por ejemplo una pieza de la empresa cafetera “Morocco Head” de Middlesex, similar a la primera figura representada, apareció en las excavaciones arqueológicas de la iglesia de San Salvador de Guetaria en Guipúzcoa (ejemplar nº 1646, contexto SSC’96 Ctx. 176 (1462). Fase IV; 18 mm; 1,68 g.).

            Otra función de estos objetos, relacionada indirectamente con la moneda, la presentan los denominados “jetones”, piezas metálicas de aspecto monetiforme, utilizadas desde la Edad Media hasta el siglo XVIII para realizar las cuentas aritméticas sobre una mesa, antes de popularizarse en los cálculos matemáticos el álgebra y los números arábigos. En la Península Ibérica se utilizaron en el reino de Navarra por influencia francesa, llegándose a emitir piezas a nombre de los tesoreros del reino Michelet Desmares y Carcía López de Roncesvalles en el siglo XV (Figura 2). En tiempos del emperador Carlos V, a comienzos del s. XVI, estos objetos fueron introducidos en España desde los Países Bajos, castellanizando su nombre francés en el término “gitón”.


Figura 2.- Algunos “jetones” usados en la administración contable de Carlos III “el Noble” de Navarra.

            Otra función que pueden presentar estos estos objetos con aspecto de moneda, es el pre-pago de un servicio. Aquí podemos incluir las fichas telefónicas, de transporte público como autobuses, metro, etc. (Figura 3a), o las utilizadas en máquinas recreativas, parques de atracciones, espectáculos y exhibiciones, etc. En épocas de crisis han proliferado las fichas o jetones intercambiables por alimentos o comida en instituciones benéficas (Figura 3b). También pueden presentar otros fines como la propaganda política (Figura 3c), y dentro de este grupo podemos señalar aquellos que sirven para ridiculizar al adversario, los denominados “jetones satíricos” (Figura 3d), también encontramos fichas publicitarias o de promoción comercial (Figuras 3e y 3f), y conmemorativas de algún hecho relevante o de felicitación del nuevo año -en este caso se trataría más bien de pequeñas medallas-, o incluso los utilizados en burdeles o “brothel tokens” (Figura 3g).

            En diferentes épocas se han utilizado estas “fichas” o “tokens” como pasaporte para asistir a determinadas reuniones restringidas a determinados grupos de personas, como por ejemplo gremios profesionales (Figuras 3h y 3i) y confesionales, logias masónicas (Figura 3j) o grupos políticos. También pueden servir como “recibo” de haber realizado algún pago o tasa, en este grupo podemos incluir algunos jetones utilizados para poder acceder, previo pago, a ciudades o cruzar puentes en la Edad Media, o los curiosos “tokens de las barbas” rusos, que tenían que portar aquellas personas que querían conservar sus barbas, tras la prohibición de las mismas por parte del zar Pedro I a comienzos del s. XVIII (Figura 3k).


Figura 3.- Diferentes tipos de fichas, tokens y jetones.    

            En Francia, son muy populares los “jetones turísticos”, muchos de ellos emitidos por la Casa de la Moneda de París o parques de atracciones, acuarios y zoológicos. También se han puesto de moda recientemente los denominados “elongated coins” o monedas alargadas, que uno mismo puede acuñar en máquinas especiales utilizando como cospel una moneda de cinco céntimos (Figura 4). Esta variante de acuñación como suvenir, se utilizó por vez primera en la Exposición Universal de Chicago de 1893, coincidiendo con la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América (Figura 5a).


Figura 4.- Diferentes tipos de prensa manual para acuñar “monedas alargadas”.

Una curiosa variante de monedas modificadas o transformadas son los denominados “love tokens”, realizados a partir de monedas de curso legal en las que se inscriben a mano leyendas o dibujos con motivo de un nacimiento, de un compromiso matrimonial o también ante una separación forzosa (Figura 5b). En Estados Unidos son muy populares los “Hobo nickels” realizados a partir de las monedas de cinco céntimos de dólar que circularon entre 1913 y 1938, modificando el busto del indio que aparece en los anversos (Figura 5c), o los más curiosos y transgresores “Potty coins”, que transforman la figura de la libertad de las monedas de un dólar en una señora haciendo sus necesidades en un orinal (Figura 5d). También encontramos muchas monedas con contramarcas (las monedas reselladas por el estado, como los cobres españoles del siglo XVII, son consideradas como auténticas monedas), que van desde los “chops” utilizados por los banqueros chinos sobre las piezas españolas de ocho reales, hasta inscripciones de propaganda política o comercial.

Las fichas o tokens, además de ser acuñadas en metal, en ocasiones han sido fabricadas con otros materiales, como por ejemplo las “monedas” de madera norteamericanas, denominadas “wooden nickels”, que si bien en su origen, durante la recesión de los años treinta, tuvieron una función económica y monetaria, en la actualidad desempeñan un papel estrictamente publicitario y propagandístico (Figura 5e). También en China encontramos “monedas” y “tokens” de bambú, que comenzaron a producirse a finales del siglo XIX por parte de algunos bancos y agrupaciones de comerciantes. Tienen forma rectangular y alargada, a veces con un orificio en su extremo superior. Estas varillas presentan textos en relieve o dibujados con tinta (Figura 5f), y además de las que han sido utilizadas como monedas por determinados bancos, otras muchas son en realidad “fichas” o “tokens”, fabricados por diferentes tipos de comercios (restaurantes, servicios...).

Otro material utilizado ocasionalmente es la cerámica o porcelana, por ejemplo las colonias chinas establecidas en Indochina desde mediados del s. XVIII hasta el último cuarto del s. XIX utilizaron unas curiosas monedas de porcelana, emitidas por los dueños de las casas de juego (hongs) y por los comerciantes de Bangkok. Al parecer, en origen fueron fichas, que sustituyeron a las pequeñas monedas en las casas de juego, frecuentadas por la población china asentada en Siam, y comenzaron a fabricarse hacia 1760. Al poco tiempo se extendió su uso como moneda, si bien sólo tenían valor dentro de la jurisdicción del banquero que las emitía, aunque en ocasiones dos o tres banqueros se ponían de acuerdo, para que sus respectivas piezas pudieran circular en sus zonas de influencia (Figura 5g). También se emitieron monedas de necesidad de cerámica en Alemania tras la Primera Guerra Mundial (Figura 5h).
Una variante muy específica de estos objetos de apariencia monetiforme son los “calendarios moneda”, emitidos fundamentalmente en Gran Bretaña desde mediados del s.XVII (Figura 5i).
Figura 5.- Diferentes tipos de fichas, tokens y jetones.    

            Otra categoría importante dentro de estos objetos con aspecto de monedas son las fichas de juego. Probablemente ya en la Edad Media, los jetones utilizados para la contabilidad sirvieron ocasionalmente para este menester, pero es a partir del siglo XVIII cuando, tras el abandono de las fichas contables, al popularizarse el uso del álgebra, los fabricantes de jetones, como los asentados en la ciudad alemana de Nuremberg, sustituyeron las piezas fabricadas por otras cuyo destino era el de servir como fichas de juego, si bien al presentar en una primera fase una tipología similar, resulta a veces  difícil precisar la función real que tuvieron estas piezas. Así entramos en el siglo diecinueve donde se emiten fichas o jetones, que por sus motivos no dejan la menor duda de su finalidad, siendo muy explícitos a este respecto los emitidos en la Inglaterra Victoriana, así como los utilizados en casinos y casas de juego (Figura 6). En algunos casos estas fichas o tokens podrían considerarse también dentro del campo de la medallística, lo mismo que ocurre con algunas monedas conmemorativas o de colección emitidas actualmente en muchos países (incluido España).


Figura 6.- Fichas de juego.

            Sin agotar la temática (quedarían por comentar, los “irradiated dime” encapsulados americanos, los eróticos de fantasía, los “tokens de comunión” británicos, los sellos adheridos a fichas de metal o cartón, los “mereaux” religiosos y las “pellofas”, las fichas del mercado del Borne de Barcelona, los plomos monetiformes, que van desde los utilizados en las minas desde la Edad Antigua, hasta los “boy bishop”, las tesseras de la antigüedad…), como podemos ver el mundo de la “exonumia” constituye un complejo universo que presenta innumerables opciones al coleccionismo numismático, en muchos casos a unos precios muy asequibles y aunque en Europa los estudios referidos a estas “fichas”, “jetones” o “tokens”, son relativamente escasos en relación con las publicaciones dedicadas a la numismática convencional (monedas y circulación monetaria en las Edades Antigua, Media, Moderna y Contemporánea), en América y Oceanía constituyen una importante rama de la investigación numismática, contando con numerosas asociaciones y publicaciones especializadas en el tema.

            Al igual que las monedas, e incluso a veces de forma mucho más explícita, estas fichas, tokens o jetones nos transmiten una historia, unas veces dramática e incluso trágica (fichas de las haciendas sudamericanas del s. XIX a comienzos del XX, tokens de los getos judíos en territorio ocupado por los alemanes durante la II Guerra Mundial...), a veces lúdica y divertida (fichas de juego de casino o de burdel, tokens satíricos...), y en cualquiera de los casos, son elementos dignos de ser conservados y coleccionados.





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