Dos casos de
depredación entre animales marinos en las antiguas acuñaciones griegas (Cumas y
Acragas). Artículo publicado en “Abissalia” 1 (1987, ISSN 0214-0268) pp.
21-22.
Miguel Ibáñez Artica.
Las
representaciones faunísticas son particularmente abundantes en la iconografía
griega, donde alcanzan una gran perfección; y es en las primitivas acuñaciones
donde aparecen gran cantidad de animales, tanto imaginarios (tritones,
serpientes marinas…) como reales, y dentro de estas últimos, tanto marinos como
terrestres.
Con
respecto a la fauna marina que aparece en las primitivas monedas griegas son
varios los animales que encontramos representados (mejillón, concha de
peregrino, murícidos, sepias, pulpos, camarones, cangrejos y peces) (Ibáñez,
1982 (1987)).
Aunque
podemos encontrar varias especies animales representadas en una misma moneda,
es más raro encontrarlos relacionados entre sí, y esto es lo que ocurre en las
dos monedas que presentamos.
La
primera es una estátera eubéa de plata de 8,4 gramos de peso (Robinson, 1971)
en cuyo anverso figura la diosa Atenea con casco corintio y la leyenda KUN AION, y en el
reverso un cangrejo sujetando a un mejillón en actitud de comérselo (Figura 1).
Figura
1.- Estátera
de Cumas, c. 480 a.C.
La
ciudad de Cumas, situada en la costa de Campania en la Italia Meridional (Magna
Grecia) fue una primitiva factoría griega desde el siglo X a.C., y es donde
según la tradición, llegó Eneas tras el desastre de la guerra de Troya.
Es
sin embargo en el siglo octavo antes de nuestra Era cuando, colonizada por los
Eubeos, alcanza su máxima prosperidad.
Las
primeras monedas fueron acuñadas hacia el año 490 a.C. por Aristodemo Malacos
(“el afeminado”) quien apoyó a los romanos contra los etruscos que querían
restablecer la dinastía de los Tarquinos en Roma. Hacia el 458 Aristodemo es
depuesto por la Aristocracia de la ciudad que apoya al tirano Hierón de
Siracusa en su lucha contra los Etruscos.
La
victoria en el 474 de Hierón, libra a los habitantes de Cumas de la amenaza
etrusca, pero otros pueblos vecinos se ciernen sobre la ciudad que finalmente
es capturada por los Samnitas en el año 423 a.C.
En
las monedas acuñadas por esta ciudad figura en el anverso una cara femenina,
identificada con la ninfa Cumas (Babelon, 1907) o con Sibila (Poole, 1873), o
bien con la diosa Atenea con casco corintio (más raramente el casco sólo o una
cabeza de león).
En
el reverso figura un mejillón (Mytilus
galloprovincialis), a veces acompañado de otras representaciones (ratón,
arco, punta de lanza, grano de trigo, delfines, serpiente marina…).
El
mejillón, animal que caracteriza las monedas de Cumas, fue sin duda una
importante fuente económica en la ciudad y debía de ser importante la
producción de este molusco (¿tal vez cultivado?) en los lagos salinos próximos
a la ciudad (Fusaro, Licola, Lucrina).
La
moneda aquí representada fue acuñada hacia el año 480 a.C. y resulta extraña,
ya que normalmente la figura que acompaña al mejillón es de menor tamaño y en
este caso se trata de una representación donde ambos animales están
relacionados (el cangrejo sujeta al mejillón con sus pinzas. ¿Pudo deberse esta
escena a una plaga de cangrejos que asolaron los ricos bancos de mejillón? ¿Se
trata de alguna alusión indirecta a los turbulentos acontecimientos que se
produjeron durante la deposición de Aristodemo o la amenaza que vivió la ciudad
proveniente de sus vecinos Etruscos?
Tal
vez nunca sabremos la respuesta, pero sí parece claro que tal representación,
aislada en el contexto numismático, no debió ser casual.
La
segunda moneda representada es un Hemilitron de bronce de 22 gramos de peso
acuñado en la ciudad siciliana de Acragas (Agrigento) entre el 425 y el 406
a.V.
La
ciudad de Acragas en el sur de la Isla fue colonizada hacia el 528 a.C. por los
Dorios venidos de Gela y Rodas que seguían las rutas “minóicas” tradicionales
(Bayet, 1930).
Falaris,
cruel tirano de Acragas (565-549) embelleció la ciudad construyendo un famoso
templo dedicado a Zeus; precisamente el águila que figura en los anversos de
las monedas acuñadas en Acragas representa al dios Zeus Atabyros de los Rodios.
Este águila a veces lleva una liebre entre sus garras (la liebre aparece en las
monedas de la vecina ciudad de Messana) o como en el presente caso un atún
(símbolo utilizado frecuentemente por los fenicios, precisamente es abundante
en las ciudades ibéricas de Gades, Sexi y Abdera).
El
cangrejo hace alusión al nombre de la ciudad, y si bien parece corresponder
a la especie fluvial Pomaton fluviatile (Delorme & Roux,
1987), abundante en los ríos Hypsas (Drago) y Acragas (San Biasio) que se unen
cerca de la ciudad, posteriormente la figura degenera y en unos casos se parece
al cangrejo de mar Pachygrapsus
marmoratus, mientras en otros adopta formas difíciles de identificar.
La
moneda (Figura 2) presenta el reverso
rodeado de seis glóbulos o puntos (indicadores del valor de seis uncias), un
caracol marino y un pulpo, encima el cangrejo que lleva en su pinza izquierda
un “gusano” (posiblemente poliqueto) interpretado por varios autores como una
“angula” (Poole, 1876, Sear, 1978).
Figura
2.-
Hemilitron de Akragas, 425-406 a.C.
En
este caso no cabe pensar en una interpretación oculta y la representación que
se nos ofrece es una simple y sencilla depredación.
Hemos
visto como en las acuñaciones griegas, y más concretamente del sur de Italia y
Sicilia, encontramos casos excepcionales donde se ven acciones depredadoras en
animales marinos (cangrejo-mejillón en Cumas y cangrejo-poliqueto en Acragas).
Estas representaciones de depredación son frecuentes en animales terrestres
(león-toro, águila-liebre…) y presentan un contenido simbólico. En el presente
caso la figura que aparece en la moneda de Cumas podría tener un cierto
significado.
Bibliografía:
Babelon, E. (1907). Traité des Monnaies Grecques et Romaines (2e part, T.1):
1670 pp.
Bayet, J. (1930). La Sicile Greque. Les Belles Letres: 56 pp.
Delorme, J. & Ch. Roux (1987). Guide illustré de la Faune aquatique dans
l’art Grec. A.P.D.C.A.: 175 pp.
Ibáñez, M. (1982(1987)). La fauna marina
en las antiguas acuñaciones griegas. III
Simposio Ibérico de Estudios del Bentos Marino, Pontevedra 4-8 octubre 1982:
pp. 43-50.
Poole, R.S. (1873). A catalogue of the Greek coins in the British Museum: Italy: 432
pp.
Poole, R.S. (1876). Ibid: Sicily: 292 pp.
Robinson, E.S.G. (1971). A catalogue of the Calouste Gulbenkian
collection of Greek Coins. F.C. Gulbenkian: 136 pp.
Sear, D.R. (1978). Greek Coins and their values (V.I: Europe). R. Stockwell Ltd.: 317
pp.
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