sábado, 15 de agosto de 2015

El Wampum, la moneda de los indios de Norteamérica.

El Wampum, la moneda de los indios de Norteamérica. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 67(1201) (Noviembre 2011): pp. 44-45.

Miguel Ibáñez Artica.


            La palabra wampum es una simplificación del término de los indios algonquios Wampumpeage, que significa literalmente “ristra de cuentas de conchas blancas” (wamp= blanco; umpe= ristra de cuentas de concha; ag= forma plural), y estas ristras o collares servían como moneda en el comercio con las tribus indias, remontándose su uso a comienzos del s. XVI. Las referencias más antiguas documentadas, se encuentran en 1535, en el diario del explorador francés Jacques Cartier, quien cita el uso del wampum como moneda entre los indios Hurones de Montreal. En cualquier caso han aparecido numerosos cilindros de wampum en excavaciones arqueológicas correspondientes al período arcaico tardío, entre el 3000 y el 1000 a.C. y se ha propuesto su utilización como “moneda” desde tiempos antiguos, con una especialización en los talleres de producción de cuentas de wampum hacia el año 1000 d.C. y un incremento de su producción con fines ceremoniales o para realizar pagos de tributos. Posiblemente, tal como ocurre actualmente en algunas poblaciones de Melanesia, la moneda-concha era antes de la llegada de los europeos una moneda de uso social, y tras la colonización se convirtió en moneda económica, en un proceso de aculturización que se repite en diferentes épocas y continentes a lo largo de la historia (Figura 1).


Figura 1.- Wampum.
a.- Conchas de Mercenaria (materia prima del wampum púrpura).
b.- Cuentas púrpuras.
c.- Cuentas blancas.
d.- Columnelas de Busycon (materia prima del wampum blanco).
e.- Brazaletes de wampum.

En ocasiones el término “wampum” ha sido utilizado para designar indiscriminadamente las diferentes “monedas-concha” utilizadas en Norteamérica, como por ejemplo las elaboradas por los indios Chumash de California a partir de pequeños caracolillos denominados “poncos” de la especie Olivella biplicata (Sowerby, 1825), monedas que ya fueron citadas en 1792 por el explorador español José Longinos Martínez, quien señaló su utilización por los indios como unidad de peso y de valor. También en California encontramos abalorios fabricados con la concha “oreja de mar” (Haliotis rufescens, Swainson, 1822), la mayor especie de su género, que llega a medir hasta 30 cm. de longitud. Con piezas recortadas de este molusco, se fabricaba la moneda denominada “uhl-lo”, que tenía diferente valor según el tamaño y belleza de la concha.  Otra moneda-concha muy extendida era la de los indios Yurok, consistente en hileras de conchas del escafópodo Dentalium pretiosum (Sowerby, 1860), denominadas “allicotsik”, que literalmente significa “moneda india” en lenguaje Yurok(1)

Pero a diferencia de otras conchas utilizadas como moneda (el cauri en China y África o el citado dentalium en América), el auténtico “wampum” es un producto manufacturado, es decir transformado, y cuyo aspecto final es muy diferente al del molusco del que procede. Está formado por pequeñas cuentas cilíndricas de color blanco o púrpura oscuro. En el primer caso se utiliza para su fabricación la “columella” o eje central de las caracolas Buccinum undatum (Linnaeus, 1758), Busycon canaliculatum (L., 1758), B. carica (Gmelin, 1791) y Colus stimpsoni (Mörch, 1867); mientras las cuentas de color púrpura se obtienen de la zona más gruesa de la almeja Mercenaria mercenaria (Linnaeus, 1758), denominada “quahaug” por los indios, todos estos moluscos son comunes en las costas atlánticas de Norteamérica (Figura 2).


Figura 2.- Proceso de fabricación del wampum por los indios iroqueses.
            a: Recolección de las conchas.
            b: Transporte.
            c: Conchas utilizadas; 1: Buccinum y Busycon para las cuentas blancas
                                               2: Mercenaria para las cuentas de color violeta.
            d: Proceso de pulido y perforación de las cuentas.
            e: Ensartado de las cuentas.
            f: Cinturones de wampum ya elaborados

En el proceso de la fabricación del wampum participaba toda la familia, los menores recogían las conchas, los hombres pulían y elaboraban las cuentas y las mujeres las ensartaban,  fabricando los cinturones o brazaletes. Algo similar ocurre hoy en día entre los Tolai de Nueva Bretaña del Este (Papua-Nueva Guinea) en la elaboración de la moneda concha denominada “tambu” (moneda reconocida oficialmente por el Estado).

            Con la llegada de los colonos y la utilización de tecnología europea en el proceso de manufactura del wampum, éste sufrió una devaluación, y por ejemplo en 1643 una braza de conchas pasó a valer cinco chelines en vez de los diez en que se cotizaba hasta ese momento. Sin embargo el declive de la utilización de estas cuentas de concha como moneda, comenzó en 1869 cuando el colono de origen europeo James Campbell comenzó la producción industrial del “wampum” utilizando maquinaria, el abaratamiento conseguido, unido a la fabricación de grandes cantidades de moneda-concha, trajo consigo una gran inflación. Por este motivo, tras cuatro siglos de vigencia, el comercio con cuentas de concha finalizó, y la factoría de Campbell tuvo que cerrar definitivamente el año 1905, aunque con posterioridad a esa fecha, aún seguía utilizándose el .wampum como moneda cotidiana en algunas comunidades indias (Figura 3). 


Figura 3.- Recibo de dos brazas y ochenta pulgadas de “wampum”, moneda-concha de los indios Seminola (2 de febrero de 1915).

El wampum no era tan sólo una moneda, las cuentas cilíndricas se utilizaban para fabricar collares, brazaletes y cinturones, combinando las blancas y púrpuras en la elaboración de delicados dibujos geométricos; estas cuentas mantenían su valor como moneda cotizándose las oscuras entre dos y tres veces más que las blancas. Las ristras y cinturones de wampum podían incluir cuentas de otros colores adquiriendo así diferentes significados, guerra, paz, amistad o lo que la ocasión demandara. Mientras las ristras de una hilera se empleaban en actos protocolarios de poca trascendencia, o para adquirir bienes o servicios, los cinturones se reservaban como obsequio protocolario en las ceremonias importantes.
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            En la diplomacia india, el wampum tenía un importante papel, no era solamente un elemento utilizado como moneda, poseía también unas cualidades místicas intrínsecas, similares a las que todavía encontramos actualmente en las monedas-concha de Malaita en las Islas Salomón, entre los Kanak de Nueva Caledonia o los Tolai de Papua, y los wampum más importantes servían como medio de comunicación entre las tribus de la América colonial. Cuando los indios realizaban una expedición guerrera, enviaban cinturones de wampum a las tribus aliadas para convocarlas al combate. Los europeos también utilizaban el wampum en sus negociaciones con los indígenas, a mediados del siglo XVIII, el superintendente de asuntos indios Sir William Johnson presentó como obsequio un gran cinturón de wampum -de 7000 cuentas-, en su reunión con los representantes de las seis naciones indias y sus aliados (Figura 4). En algunos de estos cinturones aparece una cadena de figuras humanas unidas por las manos en símbolo de amistad, pero también los hay con el significado opuesto de una declaración de guerra formal.


Figura  4.- Cinturones de Wampum y medalla conmemorativa

            Así pues el wampum utilizado por los indios de Norteamérica reunió una triple funcionalidad, la ornamental, la de moneda de uso económico, y por último la de servir como medio de comunicación.

Notas:

(1) En Sudamérica también se utilizaban cuentas elaboradas a partir de la concha roja del lamelibranquio Spondylus, para fabricar el “mullu”, denominado “chaquira” por los conquistadores. Ver artículo: El “Mullu”: oro rojo de los Incas.



sábado, 1 de agosto de 2015

Antonio, el primer rey Borbón, en sus monedas, jetones y medallas.

Antonio, el primer rey Borbón, en sus monedas, jetones y medallas. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 61(1127) (Febrero 2005): pp. 44-45.

Miguel Ibáñez Artica.


Es bien conocido que la dinastía de los Borbones reinó en Francia desde 1568 hasta la muerte de Luís XVI en la guillotina en 1793 (con un breve período de restauración monárquica entre 1814 y 1830) y también lo hace en España desde 1700 hasta la actualidad, con breves interrupciones (ocupación napoleónica, república, dictadura…). Lo que resulta menos conocido es que el primer miembro de la familia Borbón que ocupó un trono real, fue Antonio rey de Navarra, y por ejemplo en un jetón acuñado en 1577 a nombre de su hija Catalina, figura la leyenda “KATERINAE* BORBO*NAVARRE” (Schlumberger, n. 19).


Figura 1.- Retrato de Antonio de Borbón en un grabado de la época.

Los orígenes de la casa Borbón se remontan a la Edad Media y comenzaron en 1272 con el matrimonio de Roberto de Francia (sexto hijo del rey Luís IX –San Luís de Francia-) con Beatriz de Burgundia, heredera de la casa Borbón. En 1279 nacería Luís, primer duque de Borbón que inauguró la dinastía. Tres siglos más tarde, Antonio heredó el título de duque tras la muerte de su padre Carlos en 1537, y al contraer matrimonio con la reina de Navarra Juana III en 1548, se convirtió tras la muerte de Enrique II de Navarra en 1555, en el primer miembro de la dinastía Borbón proclamado rey.
Le tocó vivir y reinar en una turbulenta época, azotada por las guerras de religión que asolaron Europa, y buen reflejo de ello es cómo terminaron su vida varios monarcas de la época, Enrique III de Francia asesinado por un monje fanático, Antonio de un tiro de arcabuz, y su mismo hijo, rey de Navarra y primer monarca Borbón de Francia, moriría años más tarde, también asesinado por un fanático religioso.


Figura 2.- Monedas acuñadas por Antonio de Borbón y Juana de Albret.

También habían sido conflictivos los orígenes del trono que ocupó como rey consorte. Tras la ocupación de Navarra en 1512 por Fernando el Católico, el reino había experimentado una especie de mitosis quedando dividido en dos, por una parte, la mayoría del territorio fue incorporado a la corona de Castilla (si bien hasta 1841 conservó su propia identidad como reino), y por otra, los monarcas navarros que se habían refugiado en sus posesiones al norte de los Pirineos, tras abandonar Carlos V las tierras de Ultrapuertos en 1530 constituyeron, junto con el territorio del Bearne, el reino independiente de la Baja Navarra.


Figura 3.- Castillo de Pau, sede de los reyes de Navarra.

La reina Juana, nieta de los últimos reyes navarros Catalina de Foix y Juan de Albret, había sido educada por el humanista Nicolás Bourbon, convirtiéndose al calvinismo en 1555; dos años más tarde también lo hacía su marido Antonio, si bien, tras haber capitaneado la coalición de hugonotes y borbones en 1562 abjuró del protestantismo, poniéndose al mando de la armada católica, siendo herido de muerte ese mismo año en el sitio de Rouen. A diferencia de su marido, que educado en la fe católica, se había pasado primero al calvinismo y luego a la doctrina de Lutero, para volver finalmente al catolicismo, Juana siguió fiel a sus ideas hasta su muerte en 1572, financiando al sacerdote  Ioannes Leizarraga la traducción y publicación de tres obras religiosas en euskera, entre las cuales la más famosa es la traducción del Nuevo Testamento “Iesus Christ Gure Jaunaren Testamentu Berria”, una de los primeros libros publicados en este idioma. Tras el fallecimiento de la reina, su hijo Enrique heredó la corona de Navarra, y al ser asesinado el monarca francés Enrique III, se convirtió en el primer rey de la dinastía Borbón en Francia, con el nombre de Enrique IV.


Figura 3.- Placa metálica renacentista con la efigie de Antonio de Borbón, fotografiada sobre la lámina del Schlumberger (1893).

Bajo el reinado de Juana de Albret y Antonio de Borbón, se emitieron numerosas monedas en las cecas de Pau y Morlaas: escudos de oro, testones y medios testones de plata con los bustos enfrentados de los monarcas, douzains, y pequeños liards y vaquetas. Además de monedas se acuñaron numerosos jetones y medallas. En algunos jetones de plata y cobre emitidos entre 1555 y 1560 (Schlumberger, números 8 a 10) figura una curiosa leyenda en castellano “NO SON TALES MYS AMORES” con el escudo partido en dos, por una parte el de Borbón, y por otra, dividido en seis partes, los escudos de Navarra, Albret, Bearn, Armañac, Evreux, Aragón, Castilla-León y Bigorre. Las leyendas en lengua español a sobreviven en algunos jetones de la Baja Navarra, territorio que desde la conquista de Navarra por Fernando el Católico en 1512, había quedado bajo una clara influencia francesa, como ejemplo resulta llamativa la leyenda o divisa: “HASTA LA MVERTE” que figura en un ejemplar de la reina Juana (Schlumberger n. 17). Los escudos de Aragón y Castilla-León aparecen también en las monedas acuñadas por la reina Juana a partir de 1562 y en las de su hijo Enrique III de Navarra (futuro Enrique IV de Francia). 


Figura 4.- Medalla de Antonio de Borbón y grabado del sitio de Rouen.

Además de monedas y jetones existen hermosas medallas renacentistas de Antonio de Borbón como rey de Navarra, en ellas aparece generalmente su busto vestido con una coraza y la leyenda “ANTONIVS DEI GRACIA REX NAVARRAE”.

Bibliografía:

Schlumberger, G., 1893.

Description des monnaies, jetons & medailles du Béarn.  París: 80 pp. + 17 lám.