Monedas de
Francisco Febo, efímero rey de Navarra (1479-1483). Artículo
publicado en: Eco Filatélico y Numismático 64(1160)
(Febrero 2008): pp. 46-47.
Miguel
Ibáñez Artica.
El 19 de enero de 1479, tras más de
medio siglo de un conflictivo reinado, plagado de manipulaciones, intrigas y
enfrentamientos con sus parientes más próximos, moría Juan II, siendo jurada
como sucesora su hija Leonor el 28 del mismo mes en Tudela. Sin embargo se dio
la paradoja de que tras el larguísimo reinado de Juan II, vino el más corto de
la historia del Viejo Reyno, ya que la reina fallecía a las dos semanas de
haber sido proclamada. En su testamento dejaba como heredero a su nieto
Francisco Febo, un muchacho que apenas contaba los diez años de edad, así durante
su corto reinado, se hizo cargo de la regencia su madre Magdalena de Francia.
El nombramiento de este nuevo rey, que hizo su solemne entrada en Pamplona el
21 de noviembre de 1481, fue apoyado por los agramonteses, mientras los
beamonteses optaron por Fernando el Católico (no hay que olvidar que Fernando
era también hijo de Juan II de Navarra y Aragón). En definitiva lo que se
dilucidaba en Navarra era la influencia de los dos poderosos reinos enfrentados
en esta época, por una parte, al norte, Francia (de donde procedían los últimos
reyes independientes de Navarra) y por el sur, Castilla-Aragón, futuro germen
de la monarquía hispana.
Figura 1.- Monedas de oro de
Francisco Febo
Además de las emisiones bearnesas de
oro y vellón (Figura 1a), Francisco
Febo acuñó moneda de oro en Navarra siguiendo el patrón del ducado, con 23
kilates de ley y 3,4 gramos de peso (Figura
1b), así como gruesos y medios gruesos de 34 % de contenido en plata y 2,78
y 1,39 gramos respectivamente. También acuñó moneda menuda, cornados o dineros
negros con un 2,78 % de contenido en plata y 0,7 gramos. Para su coronación en
diciembre de 1481, se habían fabricado ya 4.425 gruesos destinados a repartir
entre los asistentes al solemne acto, tal y como era tradición en el Reino de
Navarra.
El ducado de oro fue conocido por
vez primera en el siglo XIX (Poey
d'Avant, 1860) a partir del ejemplar de la colección “Vidal Quadras”, y también
en esta época se describe el grueso (Figura
2a) que presenta hasta tres variantes de leyenda en el anverso:
"FRANCISCVS PHEBVS",
"F.FEBVS" y "FRANC:FEBVS".
Con respecto al medio grueso, si
bien se conocía de su existencia por la documentación, especialmente en el “Cuaderno de Señoriaje” conservado en el
Archivo General de Navarra, libro que registra minuciosamente todas las
acuñaciones realizadas a nombre de este monarca, hasta el presente no se
conocía ningún ejemplar.
En fecha reciente hemos tenido la
ocasión de descubrir una pieza de este valor entre los importantes fondos del
monetario del Museo de Navarra (nº de inventario 7380), se trata de un medio
grueso de 18 mm. de módulo y un gramo de peso (Figura 2b), que presenta las mismas características que las del
grueso, en el anverso dos letras “f” góticas en minúsculas, y encima una
corona, con la leyenda, algo recortada, donde se lee “FRANCISCVS (PHEB)VS (DG
N)AVARRE”, y en el reveso una cruz inscrita en un círculo, con la leyenda
externa “SIT NOMEN DOMINI BENEDICTVM”.
Los cornados presentan una sola
letra “F” gótica, también coronada, pero en este caso en mayúscula (Figura 2c), y por último, los medios
cornados, la moneda de menor valor, presentan en el anverso una pequeña corona
(Figura 2d) y serán imitados unos
años más tarde por los “negretes” que acuña Fernando el Católico con los cuales
fácilmente puede confundirse, debido a que normalmente se trata de pequeñas y
raras monedas no muy bien acuñadas, -muchas veces se encuentran descentradas y
con las leyendas amputadas-, y conservadas. Las equivalencias en la época eran
1 ducado = 46 gruesos y un grueso = 16 cornados.
Figura 2.- Monedas navarras de
plata y vellón de Francisco Febo.
a: Grueso, Museo de Navarra nº 4838;
b: Medio grueso, M.N. nº 7380; c: Cornado, M.N. nº 4839; d: Medio cornado
(C.P.).
Para este período, existe una pormenorizada
información documental de las cantidades acuñadas de cada tipo monetario,
recogidas en los "Cuadernos de
Señoriaje" (Archivo General de Navarra) y que nos indican como,
curiosamente, la mayor parte de las monedas se fabricaron en realidad con posterioridad
al fallecimiento del monarca. Esto tiene una explicación sencilla, ya que las
órdenes de emisión de las diferentes monedas estaban ya otorgadas, la Casa de
la Moneda siguió acuñando a nombre de Francisco Febo hasta la entronización de
su hermana Catalina.
Con respecto a la producción
monetaria de esta época, conocida gracias al libro anteriormente mencionado;
durante el corto reinado de Francisco Febo, se acuñaron un total de 5.263
ducados de oro, de los cuales el 28,5% lo fueron tras su muerte, el 30 de enero
de 1483, otro tanto ocurrió con los 57.000 gruesos y medios gruesos, de los
cuales el 88% fueron emitidos tras el fallecimiento del monarca y con los
180.000 cornados acuñados, de los que el 95% se emitieron también tras su
muerte. Finalmente, Francisco Febo nunca pudo ver la moneda de medio cornado
emitida a su nombre, pues todas las piezas fueron acuñadas cuando ya había
fallecido, 30.000 ejemplares entre los años 1483 y 1484, y 27.000 en 1485.
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