Las “Monedas
cuchara” del sur de Mongolia. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 70(1241)
(Junio 2015): pp. 45-47.
Miguel
Ibáñez Artica.
Entre
las monedas primitivas, denominadas “premonedas”, “protomonedas” o
“paleomonedas”, encontramos objetos metálicos, cuyo aspecto recuerda al de
alguna herramienta de uso cotidiano. Este hecho está muy extendido a lo largo
de todo el Planeta, tanto en Europa y Asia como en África y América.
Remontándonos
a las primitivas monedas europeas, los primeros objetos de uso monetario en el
Peloponeso (Grecia) fueron varillas de hierro utilizadas como asadores (Figura 1a), probablemente instrumentos
de uso ceremonial para hacer sacrificios a los dioses. Estos objetos, con un
peso de unos 400 gramos, eran denominados “óbolos”,
y un puñado de seis de estos óbolos, los que se podían sujetar con una mano,
constituían un dracma. Precisamente éstos fueron los nombres que se
asignó a las primeras monedas griegas de plata (Figuras 1a’ y 1a”).
Figura 1.- a: conjunto de seis
“óbolos”, que constituyen un “dracma” premonetario; b: “Liganda” empleada como
moneda en los pueblos de los ríos Lomami y Lualaba, en el Congo; c: Miniaturas
de hachas de cobre utilizadas como moneda entre los pueblos aztecas.
En
el continente africano, hasta fechas muy recientes, se utilizaron diferentes
objetos de hierro como moneda: cuchillos arrojadizos, azadones y otros útiles
agrícolas, puntas de lanza, etc. En ocasiones estas herramientas fueron
perdiendo progresivamente su tamaño y forma original, transformándose en
objetos de exclusivo uso monetario. Este es el caso por ejemplo de las
“liganda”, originalmente puntas de lanza que alcanzaron un tamaño de dos
metros, lo cual evidentemente imposibilita su función original (Figura 1b). Este es un caso excepcional,
ya que lo más frecuente es que los objetos que acaban convirtiéndose en moneda
se miniaturicen, como es el caso de las pequeñas hachas de cobre o bronce
utilizadas como moneda entre los pueblos aztecas (Figura 1c), o de las “monedas albarda” chinas, que reproducen
fielmente en miniatura el prototipo del arma (Figura 2a).
Figura 2.-
a: “Moneda alabarda”; a’: prototipo de arma original del que deriva
la moneda.
b: Monedas “pala”; c: monedas
“cuchillo”; d: monedas “puente”; e: monedas “pez” y f: monedas “campana”.
En
China durante la dinastía Zhou, entre
1045 y el 256 a.C., se utilizaron diferentes monedas con formas de pala (Figura 2b) y con forma de cuchillo o
navaja (Figura 2c). Estas piezas
atípicas fueron sustituidas por la convencional moneda redonda por Quin Shi
Huang Di, considerado como el primer emperador que unificó China en el 221
a.C., aunque las “monedas pala” fueron recuperadas por el emperador Wang Mang,
y volvieron a circular durante un breve período de tiempo a comienzos del siglo
primero de nuestra Era (Figura 2c’).
Durante
la dinastía Zhou, circularon también otros objetos de bronce, con aspecto de
puente (Figura 2d), puntas de flecha,
peces (Figura 2e) o pequeñas campanas
(Figura 2f), que se supone tuvieron
una función monetaria, pero el tema que nos ocupa, las “monedas cuchara” o
“spoon money”, aparecen al norte de China, en la denominada Mongolia interior,
y en la región que actualmente constituye el desierto de Ordos, lugar donde se
desarrolló una importante cultura material, entre el Paleolítico Superior y la
Edad del Bronce, hasta su incorporación a China.
Además
de variadas representaciones animalísticas y humanas, con un estilo propio que
se ha denominado “estilo Ordos”, aparecen en abundancia pequeños objetos de
bronce, con formas características que han sido interpretados como monedas
primitivas u objetos de valor (amuletos) (Figura
3).
Figura 3.- Ubicación de la
cultura Ordos, en la Mongolia interior, y algunos objetos de bronce
considerados como moneda en el Neolítico tardío (1.600-1.200 a.C.).
Entre estos pequeños objetos, los
primeros a los que se atribuyó una función monetaria fueron los denominados “wa
wa” o “monedas cicada”. Aunque originalmente pudieron tener una función
ornamental, presentan un tamaño apropiado para ser utilizados como moneda, en
una época donde ya se usaban miniaturas de palas y cuchillos en la vecina China.
En los últimos años han aparecido otros objetos de tamaño y peso similar, que
habían sido interpretados tradicionalmente como adornos por los arqueólogos
(Jettmar, 1950, lám. 2, figs. 1-5, 30, 31), si bien en la actualidad varios
autores los consideran como monedas
primitivas o premonedas, aunque carecemos por el momento de información
documental que pueda confirmar esta
hipótesis. Estos adornos, que presentan varios tipos de formas (Figura 3) llevan siempre un pequeño
orificio con el que podrían sujetarse a una cuerda, y uno de esos tipos,
identificado en fechas recientes,
presenta el aspecto de una pequeña cuchara con un mango más o menos
largo, y que puede ser liso o con los bordes ondulados. Su tamaño está comprendido
entre los 4 y 5 centímetros de longitud, y su peso puede variar entre los 3,5 y
5,5 gramos (Figura 4). En el extremo
del mango, y sobre una expansión circular, aparece un orificio que serviría
para ensartar la pieza en un cordón, que probablemente se llevaría colgado del
cuello a modo de collar.
Figura
4.-
Diferentes tipos de “monedas cuchara”, procedentes de la región de Ordos.
Estos orificios son característicos
en las monedas chinas, desde los primitivos cauris del segundo milenio antes de
nuestra Era, hasta las monedas “cash” de comienzos del siglo XX, pasando por
las “monedas navaja” y otras formas atípicas. Tienen como finalidad el poderlas
agrupar ensartándolas en un cordón, lo cual presenta una doble ventaja, por una
parte pueden colocarse un determinado número (los cauris se colocaban en
ristras de 10 unidades, y cada ristra se denominaba ”peng”), agilizando así su
contabilidad, y en segundo lugar se facilita su transporte.
En África, encontramos objetos
similares como las cucharas de bronce (Figura
5a), utilizadas para pesar el polvo de oro por el pueblo Akan del sur de
Ghana, y aunque los objetos empleados como pesas con motivos geométricos,
ocasionalmente son utilizados como moneda, no hay constancia de que las
cucharas hayan tenido esta función. Más curiosas resultan las pequeñas
cucharitas de bronce en cuyos mangos se representan figuras masculinas y
femeninas: Nommo el herrero, uno de los primeros seres, y Ama, su creadora y
una de las principales deidades del pueblo Dogón de Malí (Figura 5b). En este caso las cucharitas son depositadas en el
santuario Binu, donde los Dogón conservan los objetos de importancia ritual y
mágica.
Figura
5.-
Cucharillas africanas de bronce.
a: Utilizadas para pesar oro por el
pueblo Akan.
b: Amuletos mágicos del pueblo
Dogón.
Con respecto a las posibles monedas
utilizadas al norte de China en el segundo milenio antes de nuestra Era, queda
mucho por conocer de estos curiosos objetos, y ante la carencia de fuentes
documentales, debido por un lado a su antigüedad, y por otro el que a
diferencia de las culturas primitivas en China, no existen fuentes escritas
directas de la cultura Ordos en Mongolia interior, sólo nos queda esperar que
nuevos descubrimientos arqueológicos controlados, especialmente en los
enterramientos de personajes importantes, que suelen estar acompañados por un
rico ajuar funerario, aporten más
información y nos permitan desentrañar los numerosos secretos que conserva
todavía esta interesante y compleja cultura del norte de China.
Referencias:
Jettmar, K.,
1950. The Karasuk culture and its South-Eastern affinities. Bull. Museum of Far Eastern Antiquities
22: 83-126.
Reis,
Bob.
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