Una guerra entre
monedas: el “sanchete” navarro contra el “tornés" de Francia. Artículo
publicado en: Eco Filatélico y Numismático 62(1145)
(Octubre 2006): pp. 54-55.
Miguel
Ibáñez Artica.
El término popular de “sanchete” (Figura 1) surgió durante el reinado de Sancho VII para denominar la
pequeña moneda de vellón o dinero acuñada por el monarca navarro(1).
Sin embargo, cuando más se utilizó este término es durante los años siguientes
de la dinastía champañesa, siendo sinónimo de “moneda Navarra”, de buena
calidad, en comparación con la emitida por los reinos vecinos. Se da la circunstancia
que en estas monedas emitidas a nombre de los monarcas Teobaldo I, Teobaldo II
y Juana I, ya no figura el término “Sancho” al que alude la denominación
popular de “sanchete”. Estos anacronismos resultan normales en numismática, así
por ejemplo, muy pocos dineros o gruesos torneses se acuñaron realmente en
Tours, o fueron muy pocos los dineros jaqueses que a lo largo de la historia se
emitieron verdaderamente en la villa de Jaca.
Figura
1.- Primer
documento donde se citan “70.000 sueldos
de sanchetes”, fechado en 1198.
En un artículo anterior(2) nos ocupamos de la
transición acaecida en la moneda cuando en 1234 subió al trono de Navarra el
conde de Champaña Teobaldo IV. Si bien es interesante estudiar las variaciones
tipológicas de las diferentes emisiones monetarias, en realidad lo que resulta
fundamental es conocer las posibles alteraciones en su calidad, que nos pueden
ayudar a entender algunos aspectos importantes de la vida cotidiana de la época
(aumento de precios o inflación, inestabilidad social…). En ocasiones
encontramos monedas de tipos muy variados, pero que poseen la misma riqueza y
contenido en metal precioso, mientras que en otros casos, monedas muy
similares, que apenas difieren en algún pequeño detalle (a veces puntos o
marcas secretas), presentan valores muy diferentes en su contenido en plata y
nos aportan pistas sobre posibles estados de crisis, donde ante la carencia de
plata, se recurría al truco de acuñar moneda de menor calidad, conservando su
valor nominal. De esta forma se retiraba de la circulación una determinada
cantidad de moneda y con ellas se fabricaba nuevamente una cantidad superior
que permitía, al menos de momento, satisfacer las necesidades económicas de la
corona. Estas alteraciones del valor de la moneda, que podemos calificar como
“falsificaciones legales”, fueron muy frecuentes a lo largo de la Edad Media.
La moneda de Sancho VII conservó la misma ley (contenido
en plata) que la de su antecesor en el trono, Sancho VI “el Sabio”, pero redujo
ligeramente su tamaño y peso. La ley se mantuvo cuaternal, es decir de un
33,33% en plata (cuatro dineros de plata por sueldo o doce dineros: 4/12), si
bien en la práctica los análisis metalográficos realizados nos dan unos valores
algo inferiores que rozan el 30%. Las emisiones de los monarcas de la casa de
Champaña mantuvieron la ley (Figura 1),
subiendo algo el tamaño y peso de la moneda, de manera que durante el reinado
de Juana I (1274-1305) el dinero “sanchete” llevaba hasta un 20% más de plata
que el que tenían las emisiones de Sancho VII (Figura 2).
Figura
2.- a: Dinero y óbolo de Teobaldo I de Navarra; b:
dinero y óbolo de Teobaldo II.
Sin embargo, el matrimonio de la reina de Navarra con
Felipe IV rey de Francia iba a complicar las cosas, al introducirse en el Reyno
la moneda francesa, el dinero tornés, de una calidad algo inferior. Al
principio la equivalencia oscilaba entre 1 sanchete = 1,11 o 1,23 torneses,
pero las autoridades francesas enviadas a gobernar el reino de Navarra
establecieron una equiparación entre ambas monedas, provocando las airadas
protestas del pueblo, que culminaron en el trágico levantamiento en armas del
burgo de la Navarrería de Pamplona y su posterior destrucción y saqueo a manos
del ejército francés. A pesar de esta equiparación legal, en la documentación
de la época siguen citándose expresamente los “sanchetes” y se procura evitar
las citas concretas a otro numerario diferente, de forma que las referencias a
“sanchetes y torneses mezclados” son relativamente escasas (Figura 3).
Figura
3.- a:
Dinero y óbolo “sanchete” de Juana II de Navarra; b: dinero y óbolo “tornés” de
Felipe IV de Francia (rey consorte de Navarra).
Entre 1305 y 1349 no se acuñó moneda en Navarra, por lo
que el dinero tornés –de menor calidad- fue sustituyendo paulatinamente al
“sanchete” navarro que aún circulaba, y que por su mayor valor fue atesorado
desapareciendo de la circulación (Figuras
3 y 4). Se cumplió así la famosa ley de Gresham, que dice que “la mala
moneda saca de la circulación a la buena”, especialmente si –como en este caso-
ambas tienen el mismo valor nominal. La “guerra” entre el sanchete navarro y el
tornés francés finalizó en los primeros años del reinado de Carlos II “el
Malo”, con la aparición de un nuevo tipo monetario, el “carlín”, que no era
sino una copia del antiguo dinero tornés, y cuya historia de sucesivas
depreciaciones repetirá durante la segunda mitad del siglo XIV -incluso con
mayor virulencia-, el proceso sufrido en Navarra durante el último cuarto del
siglo XIII.
Figura
4.- Tesorillo
de “sanchetes” de Teobaldo II y Juana I, donde aparecieron también (parte
derecha) tres dineros torneses de
Francia y un dinero castellano de Alfonso X. (Hallado en algún lugar
indeterminado de Navarra hacia mediados del s. XX).
Notas:
(1)
El primer documento original donde figura el término de “sanchete” aplicado a
la moneda navarra, pertenece a Sancho VII y está fechado el 31 de diciembre de
1198, en él, el monarca navarro reconoce haber recibido de García, obispo de
Pamplona, la suma de 70.000 sueldos de “sanchetes” (Archivo de la Catedral de
Pamplona n. 399, Figura 1).
(2)
Referencias
bibliográficas:
Ibáñez, M., (1994),
Sanchetes "versus" Torneses en la documentación medieval de los
reinos de Navarra y Francia. Gaceta
Numismática 115: 37-50.
Ibid., (2005),
Modificaciones introducidas por la casa de Champaña (Francia) en la numismática
navarra del siglo XIII. Eco Filat. y Numism. (Octubre 2005): 48-49.
Anexo:
Sanchetes "versus" Torneses en la
documentación medieval de los reinos de Navarra y Francia. Gaceta Numismática 115:
37-50.
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