La ceca ibérica
de ARSAOS. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 59(1110)
(Julio-Agosto, 2003): pp. 44-45.
Miguel Ibáñez Artica.
La división
administrativa de la Península Ibérica en dos provincias, la Ulterior (sur) y
la Citerior (norte) se remonta a comienzos del s. II a.C. y las emisiones
monetarias acuñadas en ambas regiones muestran grandes diferencias. Por un lado,
las poblaciones de la provincia Ulterior, tempranamente romanizadas, acuñan
exclusivamente monedas de bronce y presentan una iconografía muy variada:
elementos agrícolas como el trigo o la vid, peces y actividades de pesca,
representaciones mitológicas y seres fantásticos, gladiadores etc...,
utilizando también diversas lenguas y alfabetos: fenicio, ibérico meridional y
latino. Por el contrario, en la provincia Citerior, se acuña en bronce (ases y
sus divisores) y en plata (denarios), con un motivo predominante: el jinete
guerrero en el reverso y un busto masculino, generalmente barbado en el
anverso. En cuanto la escritura, con algunas variantes, es más homogénea y se
corresponde con el alfabeto silábico ibérico. Resulta indiscutible que la
aparición de la moneda indígena vino forzada por los nuevos conquistadores, los
romanos. Aunque respecto a los motivos que aparecen en las monedas, y en cuanto
a la escritura, los pueblos indígenas tenían una cierta autonomía, los pesos y
tamaños de las monedas de plata y bronce, se corresponden exactamente con el
patrón oficial impuesto por Roma.
La primera
dificultad para identificar las ciudades que en estos tiempos acuñaron moneda,
es determinar la zona ocupada por los antiguos pueblos hispánicos prerromanos.
Estos pueblos no tenían unas fronteras estables y podían expandirse, o incluso
desaparecer en cortos períodos de tiempo. Los vascones ocupaban el actual
territorio de Navarra, y se extendieron hacia el sur, este y oeste, abarcando
en el siglo primero antes de nuestra Era (según Plinio y Ptolomeo) ciudades
como Jaca, Egea de los Caballeros, Calahorra y Alfaro. Esta expansión vascona
ocurrida hacia el siglo primero antes de Cristo, fue sin duda favorecida
por los romanos, a quienes los vascones ayudaron en sus guerras, primero contra
los celtíberos y más tarde participando como aliados del general Pompeyo
(fundador de Pamplona) en su pugna contra Sertorio, quien había establecido su
capital en Huesca.
Figura 1.-
Denarios y ases de Arsaos.
Una característica de las monedas “vasconas”,
también común a otras vecinas poblaciones beronas que emitieron moneda
(Teitiakos y Uarakos), es que a
diferencia del típico jinete celtibérico portador de una lanza, en la moneda
“vascona” generalmente el jinete lleva un arma corta, generalmente una espada,
o a veces un dardo, hacha o una hoz de guerra (“falx”). Este hecho ha sido
interpretado como reflejo de que en realidad el mercenario vascón estaría
integrado en las tropas de infantería, mientras que el celtibérico actuaría en la
caballería. Las armas cortas más adecuadas en el combate a pie le serían por
tanto más familiares al mercenario vascón, y son las que representa en sus
monedas.
Las monedas con leyenda “BARSKUNES”,
“BASKUNES”(1), “BENTIAN”
y “OLKAIRUN” fueron acuñadas en poblaciones situadas cerca de la actual
Pamplona y la palabra “Baskunes” es una simplificación de la anterior
“Barskunes”. Llama poderosamente la atención, la gran cantidad de emisiones de
monedas de plata (denarios) acuñados en la ceca de Baskunes, difícilmente justificables dentro
de un contexto económico, y que sólo pueden interpretarse como monedas
destinadas a pagar a los ejércitos mercenarios que actuaban como aliados de los
romanos. El popular denario de Baskunes es incluso copiado en la lejana Galia
Belga , latinizando la palabra
ibérica que da como resultado una lectura de “IMONES”, que posteriormente se
convierte en “IMONIO”.
Figura 2.- Representación de una doble hacha de guerra en denarios de Augusto
acuñados en Emerita.
Otra importante ceca
que emitió monedas de plata (denarios) y
bronce (ases, semises y
cuadrantes) es “ARSAOS”. Estas emisiones presentan una característica
que las hace únicas en la numismática ibérica, el jinete lleva una especie de
dardo corto (Figura 1), que ha sido interpretado como un hacha doble de
guerra (bipenne) (Figura 2). En los anversos de denarios y ases
aparece un busto barbado mirando a la derecha, delante de él un delfín y detrás
un arado. En una de las emisiones de ases figuran las letras “O N” bajo la barbilla
del busto (Figura 3), leyenda idéntica a la que aparece en la ceca de
Segia (Egea de los Caballeros) en denarios y ases, o en una emisión de ases de
la ceca vascona de Bentian (una leyenda similar pero con la silábica Bo, en vez
de la O, aparece en las monedas de Bolskan-Huesca, Iaka-Jaca y Sesars). Otras
dos cecas vasconas presentan la leyenda “ETa
ON” (Arsakos y Umanbaate).
Figura 3.-
Detalle de la leyenda ibérica “ON” en el anverso de un as de Arsaos.
La principal pista
sobre donde pudo estar localizada la ceca de Arsaos la aportó en 1976 G. Fatás:
en Sofuentes (Sos del Rey Católico(2)) existe una inscripción
funeraria en piedra con la leyenda Arsitanvs: “BUCCO.IIV / SADANSIS.F /
ARSITANVS / H.S.E.”, si bien en la actualidad esta importante lápida forma
parte de una puerta donde está sujeta la verja de una casa, en su momento
señalaba la tumba de un magistrado (duunviro) Bucco de Arsaos (Figura 4).
Figura 4.-
Placa funeraria de Sofuentes (Sos del Rey Católico) alusiva a un personaje de Arsaos, y vías y yacimientos romanos en la
zona.
La comarca de Sos
del Rey Católico pertenecía a comienzos del siglo II a.C. al territorio
suessetano, pueblo que desaparece de las fuentes documentales romanas tras la
campaña de Catón contra Jaca en el 184 a.C. Presumiblemente a partir de este
momento la zona quedó controlada por los vascones bajo cuya influencia se
emitieron las monedas a partir de la segunda mitad del s. II a.C. La emisión de
divisores (semises y cuadrantes) indica unas necesidades monetarias diversificadas
de la población que habitaba esta zona. Los ases acuñados en esta ceca
presentan una gran variabilidad de estilos, pesos y tamaños y han sido
encontrados en diversos lugares (Zaragoza, Navarra, La Rioja, Soria, Cuenca,
Barcelona, Gerona e incluso en Ibiza). Más abundantes son los hallazgos de
denarios (108 en Palenzuela, 33 en Barcus –Francia-, 26 en Alagón, 14 en Borja
y ejemplares dispersos en Vizcaya, Logroño, Burgos, Salamanca, Soria, Córdoba y
Jaén) (3).
(1)
Según una reciente teoría, ampliamente aceptada por los especialistas de
lenguas prerromanas, la terminación –es, correspondería a un ablativo plural y
no a un nominativo plural (como se pensaba hasta hace poco), con lo cual el
nombre de la ciudad emisora de estas monedas sería “Baskon” o “Barskon”,
significando la leyenda: “para los de Baskon”.
(2)
Algunas cecas celtibéricas como Oilaunikos y Areikoratas, presentan en el
anverso la leyenda SOS, de significado desconocido.
(3) Con posterioridad a la aparición de este
artículo, se ha publicado una monografía sobre esta ceca: Fernández Gómez, J.,
2009, Arsaos, reflexiones históricas, geográficas y tipológicas en torno a unaceca indígena en territorio vascón. Col.lecció
Instrumenta 32 (Univ. Barcelona): pp. 437-480.
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