Monedas españolas
de personajes que no llegaron a reinar: Juan de Gante, Duque de Lancáster y
pretendiente a la corona de Castilla y León (1380-1387). Artículo
publicado en: Eco Filatélico y Numismático 58(1101)
(Octubre, 2002): pp. 44-45.
Miguel Ibáñez Artica.
Recientemente (en el año 2002*), el monetario del Museo
Arqueológico Nacional, se ha visto enriquecido por una valiosa pieza: un real
de Juan de Gante, pretendiente a la corona de Castilla por su matrimonio con la
hija de Pedro el Cruel. Este singular
personaje tuvo un gran protagonismo durante un conflictivo período de la
historia donde las guerras y la peste, como jinetes del Apocalipsis, se extendieron por toda Europa, llevando a
todos los rincones el hambre, la muerte y la desolación.
Juan de Gante, que
recibió este apodo debido a su nacimiento en la mencionada ciudad en 1340, era
el cuarto hijo del rey Eduardo III de Inglaterra y hermano menor de Eduardo,
más conocido como el “Príncipe Negro”, destacado protagonista en el conflicto
mantenido entre Francia e Inglaterra por el control de Aquitania, durante la
Guerra de los Cien años.
Figura 1.- Juan de Gante
participa en una comida ofrecida por el rey de Portugal (miniatura francesa del
s. XV). https://en.wikipedia.org/wiki/John_of_Gaunt#/media/File:John_of_Gaunt,_Duke_of_Lancaster_dining_with_the_King_of_Portugal_-_Chronique_d%27_Angleterre_(Volume_III)_(late_15th_C),_f.244v_-_BL_Royal_MS_14_E_IV.png
El príncipe Juan de
Gante, al casarse con Blanca en 1359, heredó el título de duque de Lancaster en
1362, convirtiéndose de esta forma en uno de los personajes más ricos e
influyentes de Inglaterra. En la compleja política de alianzas de la época,
tras enviudar en 1369, contrajo nuevamente matrimonio en 1371 con Constanza,
hija del monarca castellano Pedro I el Cruel, que había sido ejecutado tres
años antes (1368) por su hermano Enrique
de Trastámara (Enrique II). Constanza, heredera de las coronas de Castilla y
León, se encontraba en Bayona (Francia), bajo la protección de Eduardo III de
Inglaterra y en esta coyuntura, Juan de Gante añadió a sus numerosos títulos,
el de pretendiente a la corona de Castilla. Mientras tanto, tras el asesinato
de Pedro I, Enrique II ocupó el trono de Castilla y León hasta su muerte en
1379, sucediéndole Juan I. En estas fechas Juan de Gante acuñó moneda en algún
lugar de Aquitania, siéndole prestado para tal fin el maestro de la moneda de
Pamplona, Pelegrin del Serre. Sin embargo, la principal campaña militar que
este personaje realizó contra el monarca castellano Juan I, data de 1386,
cuando con la ayuda del rey de Portugal (quien de esta forma “devolvía” la
agresión sufrida por parte del monarca castellano en tiempos recientes: ver el
próximo artículo sobre las monedas de Beatriz de Portugal) desembarcó cerca de
La Coruña el 23 de julio de este año, conquistando rápidamente toda Galicia, si
bien, tras una laboriosa negociación, renunció a sus pretensiones en 1388 a
cambio de una sustanciosa compensación económica.
Los ejemplares
conocidos de las monedas acuñadas, por Juan de Gante, llevan en el anverso las
iniciales IL coronadas, único carácter que permite atribuirlas a Juan de Lancáster,
y en el reverso, el escudo cuartelado de Castilla y León en el real de plata, y
un castillo en el medio real, siguiendo el modelo de los reales y medios reales
de Pedro I de Castilla. Estas emisiones castellanas del duque de Lancáster
podrían corresponder a la emisión realizada en Gascuña (Francia) hacia 1380 por
el maestro de la moneda del monarca navarro Carlos II “el Malo”, o bien a una
posterior acuñación llevada a cabo tras su desembarco en Galicia en 1386. En
ambas fechas ya se consideraba pretendiente legítimo al trono castellano. Sin embargo, una observación detallada del
tipo de letras góticas que figuran en las leyendas, nos muestra un estilo mucho
más parecido al empleado en las monedas portuguesas y castellanas de la época,
muy diferente al que en esos momentos se empleaba en las acuñaciones navarras
de la ceca Pamplona, bajo la dirección de Pelegrin del Serre. Este hecho viene
a confirmar la sugerencia de A. Orol de que posiblemente las piezas reseñadas
fueron acuñadas en Galicia (o más probablemente en Portugal) entre 1386/1387,
en cualquier caso con la colaboración de maestros monederos portugueses.
Figura
2.- Real y medio real castellanos
de Juan Duque de Lancáster, sobre una ilustración medieval donde se representa
al rey Ricardo II de Inglaterra y a Juan de Gante.
Otro hecho curioso
es el singular texto en latín de las leyendas que presentan estas monedas: “Deus iudicium tuum regid – Aed iusticiam tu”
/ “Iusticiam tuam fili regis” en el
real, y las mismas leyendas abreviadas: “Deus
iudicium tuum” / “Iusticiam tuam fil”,
en el medio real, frases inéditas en la numismática medieval, que fueron
acertadamente interpretadas por D. Pío Beltrán, a partir de un texto bíblico, donde
David pide a Dios que le dé buen juicio y pide justicia para el hijo del rey:
“Oh Dios da tu juicio al rey; y tu justicia al hijo del rey” (Salmo LXXI del Psalterium), expresiones que se adaptan
bien a las condiciones del pretendiente Juan de Gante (como hijo político del
asesinado monarca Pedro I). Queda por señalar, que la pieza de real de plata
recientemente adquirida por el Museo Arqueológico Nacional es de un cuño
distinto al ejemplar publicado por P. Beltrán en 1960, por lo que debieron
realizarse al menos dos emisiones con cuños diferentes de estas rarísimas monedas.
Figura 3.- Retrato del Duque de Lancáster elaborado en el s. XVI
a partir de la efigie de su sepulcro y token inglés del s. XVIII.
En la presente
ocasión, el interés numismático de estas piezas, no reside solamente en su gran
rareza, se trata de un documento histórico de extraordinario valor, que refleja
unos violentos acontecimientos en los que estuvieron involucrados varios reinos
europeos (Castilla, Inglaterra, Portugal, Francia, Aragón y Navarra), cuando la
ya de por sí conflictiva situación de los reinos hispanos, se vio agravada por
el enfrentamiento de la Guerra de los Cien Años entre Inglaterra y Francia por
el control de Aquitania. De forma, que toda Europa se convirtió en un
gigantesco tablero de ajedrez, donde los diferentes reinos cristianos se vieron
atrapados en múltiples alianzas y enfrentamientos continuos.
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http://www.man.es/man/en/dms/man/estudio/publicaciones/memorias-anuales/MAN-Memoria-2002.pdf
Bibliografía:
Beltrán, P. (1960), Monedas castellanas de Juan de Gante, Duque de Lancáster. Nummus 20/21, Oporto: pp.100-105.
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