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miércoles, 1 de julio de 2015

Ovnis y extraterrestres.


Ovnis y extraterrestres.
Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 69(1218) (Mayo, 2013): pp. 48-49.

Miguel Ibáñez Artica



            Hace varios años publicamos un par de artículos sobre “numismática extraterrestre”, en los que comentábamos las representaciones de meteoritos, considerados como piedras sagradas enviadas por los Dioses, que aparecen en varias emisiones de la antigua Grecia y Roma, así como algunas monedas modernas destinadas al mercado del coleccionismo numismático, que se fabrican incluyendo en ellas pequeños fragmentos de meteoritos. Estos tipos monetarios, aun resultando originales, no presentan ningún misterio.

Uno de los meteoritos más famoso en la Antigüedad era la “piedra negra” venerada en la ciudad Siria de Emesa, y que aparece representada en algunas monedas de Antonino Pío (138-161) y Caracalla (211-217). En tiempos del emperador Heliogábalo (218-222) fue solemnemente trasladada a Roma, figurando en los aureos, denarios y moneda de bronce de dicho emperador. Con anterioridad otro meteorito era venerado en Pafos (Chipre) en el templo de Afrodita, y aparece representado en emisiones de Augusto (27 a.C.-14 d.C.) y Septimo Severo (193-211 d.C.). También el emperador hispano Trajano (98-117 d.C.) acuñó en Siria monedas donde aparece representada la piedra sagrada del templo de Zeus Kasios.


Figura 1.- Jetones franceses con representaciones de “ovnis”.

            A diferencia de lo anteriormente expuesto, las figuras que presentamos, y que aparecen en algunos jetones franceses de la segunda mitad del siglo XVII, siguen representando a fecha de hoy un misterio. Existen dos tipos diferentes (Figura 1), en el primero de ellos, un objeto con forma de disco aparece flotando entre las nubes del cielo sobre un paisaje con colinas y montañas, y en el segundo, es atacado con lanzas o flechas. Del primer tipo existen varios anversos: con el busto del monarca Luís XIV, fechado en 1656, del mismo año para la Cámara de Comptos de Normandía, y otro sin fecha donde aparecen unas flores de lis bajo la lluvia (Figura 4). El segundo tipo fue emitido por el duque de Enghien, con motivo de la petición de nuevos recursos para la guerra en 1648 a los Estados de Borgoña. El especialista F. Feuardent a comienzos del siglo XX, se limita a describir escuetamente estos elementos como “escudos celestiales”.

            La similitud entre estos objetos y los enigmáticos “platillos volantes” es evidente (Figura 2), y por este motivo, estos singulares jetones se han utilizado en numerosas publicaciones esotéricas de “ufología” como prueba y argumento de la presencia de ovnis en diferentes épocas históricas del pasado. Si a esto añadimos la leyenda que aparece en el primer tipo “OPPORTVNUS ADEST”: “Está presente en el momento oportuno”, o “Ayuda en el momento oportuno”, ya tenemos todos los ingredientes para cocinar un sinfín de elucubrativas teorías sobre la visita de ovnis y extraterrestres.


Figura 2.- Representación convencional de un “Platillo volador” u “Ovni”.

            Otras hipótesis más realistas interpretan estas enigmáticas figuras como la rueda del carro que subió al profeta Ezequiel al cielo, o el escudo protector de Júpiter de la mitología romana, tan utilizada en los jetones franceses de los siglos XVI y XVII. Cuenta la leyenda que Numa Pompilio, segundo rey de Roma, consultó a Júpiter cómo podía defenderse de sus rayos, a cambio del secreto Jupiter le pide un sacrificio humano, a lo que el prudente rey se niega, pero gracias a su ingenio consigue que Júpiter le prometa revelarle el secreto.

            Tras convocar solemnemente a los representantes del pueblo, al día siguiente una gran cantidad de rayos surcaron el cielo con estruendo, y un escudo oval cayó a los pies del rey. Júpiter anunció a los romanos que nunca tendrán que temer a sus enemigos mientras conserven y protejan el sagrado escudo. En agradecimiento, el rey ordenó sacrificar una joven, y ante el miedo de que alguien pudiera robarlo, mandó fabricar once copias idénticas, que serían paseadas durante la festividad anual del día dos de marzo. Según los autores clásicos, el gobierno del mundo está destinado a la ciudad que conserve dicho escudo.

            Así pues, una probable explicación a estas enigmáticas imágenes es, en el primer caso: el escudo de Júpiter aparece entre las nubes y cae a la tierra, y en el segundo tipo: si invertimos la figura, podemos ver cómo el escudo protege la tierra de los rayos que salen de las nubes del cielo (Figura 4). La única objeción que puede hacerse es que el ancile, el famoso escudo protector de Júpiter es ovalado con dos escotaduras laterales, y el que se representa en los jetones es una rodela perfectamente circular, similar a la que aparece en algunas representaciones pictóricas de la época (Figura 3).


Figura 3.- Representación de San Miguel con rodela.

            Sean lo que sean estos singulares objetos, lo que está claro es que a fecha de hoy, siguen siendo unos “objetos voladores no identificados”, es decir, unos auténticos “OVNIS”.


Figura 4.- Diferentes emisiones de los “Jetones del Ovni”.

            Como esotérico-satírico colofón, citaremos unas moneditas, imitaciones de los cuartos de dólar americanos, alusivos al Área 51 de Nevada y a Roswell en Nuevo México, que presentan imágenes caricaturizadas de alienígenas (Figura 5), y que se venden a los turistas que acuden a estas zonas, atraídos por las numerosas leyendas que genera la “teoría de la conspiración”, en relación con los visitantes extraterrestres.


Figura 5.- Tokens satíricos americanos con representaciones de extraterrestres.



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