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lunes, 16 de febrero de 2015

Las monedas de un Emperador socialista del siglo primero de nuestra Era.

Las monedas de un Emperador socialista del siglo primero de nuestra Era. Las reformas monetarias del emperador Wang Mang.

Artículos publicados en: Eco Filatélico y Numismático 69(1216) (Marzo 2013): pp. 42-43, & 69(1223) (Noviembre 2013): pp. 49-50.

Miguel Ibáñez Artica

Un emperador socialista en el siglo I.

            A lo largo de la Historia, encontramos pocos personajes tan controvertidos y polémicos como el emperador de China llamado Wang Mang (王莽), que gobernó entre los años nueve y veintitrés de nuestra Era (es decir, justo en tiempos en que según la tradición vivió Jesucristo, de quien fue contemporáneo).


Figura 1.- Sello de Guinea Bissau alusivo al Emperador Wang Mang.

            Wang Mang era un oficial que ocupó el trono el año 9 d.C., fundando una nueva y efímera dinastía denominada Xin (“Nueva”), que desapareció tras ser asesinado el 6 de octubre del año 23, restaurándose la antigua dinastía Han, que sobrevivió hasta el año 220 de nuestra Era. Aunque en la historiografía oficial ha sido vilipendiado y considerado como un usurpador, para muchos autores modernos es un reformador social y un político adelantado a su época.

            Wang pertenecía a una familia noble, y a diferencia de sus parientes, preocupados por el poder y las riquezas, desde muy joven se dedicó a los estudios y a relacionarse con los principales científicos e intelectuales de su época, cambiando sus ricos ropajes por las de un humilde estudiante de Confuncio. Un dramático ejemplo de su rectitud queda ilustrado cuando su hijo Wang Huo mató a un sirviente, y Wang Mang le ordenó suicidarse como castigo, es decir condenó a muerte a su propio hijo.

Acrecentado su prestigio personal, el año 8 fue nombrado regente con el emperador Cheng, a su muerte en el año 6 a.C. siguió en el cargo con el nuevo emperador niño Ai Di, que falleció en el año primero de nuestra Era. Wang Mang mantuvo su puesto de regente con el nuevo emperador niño Ru Zi Ying, que también murió. Basándose en el prematuro fallecimiento de los dos últimos emperadores, promueve la idea de que la dinastía Han había perdido el mandato del Cielo, es decir la legitimidad para gobernar. Es entonces, el 10 de enero del año 9, cuando establece la nueva dinastía proclamándose emperador a los 53 años de edad.

Al principio de su reinado estableció numerosas reformas que incluían medidas muy avanzadas para la época, como la abolición de la esclavitud, la nacionalización de las tierras y su redistribución a todos los varones adultos que quisieran trabajarlas, la creación de un banco nacional que ofrecía préstamos a unos intereses justos, la intervención estatal en el mercado para impedir los monopolios y el establecimiento de un nuevo sistema monetario, que es el tema en el que profundizaremos. Algunos autores modernos lo han definido incluso como un “Emperador socialista” (1).

Al acceder al trono, la moneda vigente desde hacía más de un siglo era el Wu Zhu (五銖), con un peso medio de 3,2 gramos, de la que ya se habían acuñado un total de veintiocho mil millones de piezas (con una producción media anual de 220 millones de monedas),  y aunque en la primera reforma del año 7 d.C. Wang Mang,  mantuvo este tipo monetario con valor unitario  (Figura 2a) se crearon tres nuevas monedas con valores más altos:
-          La Gran Moneda Da Quan Wu Shi con valor de 50 (Figura 2b).
-          El cuchillo convencional Qidao con valor de 500 (Figura 3a).
-          El cuchillo con incrustaciones de oro Cuodao con valor de 5000 (Figura 3b).


Figura 2.- a: Wu Zhu; b: Gran Moneda Da Quan Xu Shi con valor de 50 Wu Zhu.


Figura 3.- a: Cuchillo convencional Qidao con valor de 500; b: Cuchillo con incrustaciones de oro Cuodao con valor de 5000.


La principal novedad de esta reforma es que Wang Mang intrudujo la moneda fiduciaria. Con anterioridad las monedas valían su peso en metal: Wu Zhu= Cinco Zhu, y  un Zhu es el equivalente al peso de cien semillas de mijo. Pero por ejemplo, la nueva moneda Da Quan Wu Shi pesa un poco más que el Wu Zhu, pero vale cincuenta veces más. Otra novedad es que “rescata” un tipo monetario utilizado con anterioridad y suprimido al extenderse el uso de la moneda redonda. Las nuevas monedas con valores de 500 y 5000, siguen siendo redondas y con un hueco cuadrado en su interior, pero presentan una larga prolongación que recuerda la forma de los antiguos “cuchillos” del período de la dinastía Zhou (1122-256 a.C.). Estas monedas, para diferenciarlas de los auténticos “cuchillos” suelen denominarse “monedas llave”(2), y la emisión de valores tan altos tenía como objetivo nacionalizar el oro, que fue requisado e intercambiado por dichas monedas de bronce, que dos años más tarde serían desmonetizadas en la segunda reforma, y convertidas en amuletos. Existen también imitaciones en arcilla de la moneda Da Quan Wu Shi utilizadas para depositar en las tumbas, con el fin de que el difunto dispusiera de dinero en la otra vida (Figura 4b).


Figura 4.- Molde en arcilla roja para fabricar monedas Da Quan Xu Shi (a), y moneda funeraria de arcilla del mismo tipo (b).


Las reformas monetarias del Emperador Wang Mang.

            En poco más de quince años, Wang Mang realizó cuatro importantes reformas monetarias. La primera tuvo lugar el año siete, siendo emperador provisional, y ya fue comentada en el apartado anterior. Se crearon: el cuchillo con incrustaciones de oro Cuodao con valor de 5000; el cuchillo convencional Qidao con valor de 500; la Gran Moneda Da Quan Wu Shi con valor de 50, y se mantuvo el tradicional Wu Zhu con valor unitario.

            Hay que tener en cuenta que Wang Mang realiza esta primera reforma cuando todavía gobierna oficialmente la dinastía Han. El carácter chino “Liu”, nombre de la familia Han, resulta de la unión de los caracteres mao, jin y dao, y los dos últimos significan “cuchillo de oro”, de forma que esta moneda es en definitiva un instrumento de propaganda de la dinastía Han.

            La segunda reforma ocurre tras su proclamación como nuevo emperador el año nueve, y se suprime la moneda llave con valor de 5000, como hemos visto alusiva a la dinastía derrocada, con el subsiguiente perjuicio para todas aquellas personas que habían sido forzadas a cambiar su oro por estas monedas, convertidas ahora en simples amuletos. Por otra parte un Da Quan Wu Shi (Figura 5a) equivale a 50 Wu Zhu, pero suele pesar lo mismo o como mucho 2,4 veces más, luego no se conserva una diferencia de peso adecuada y por ello se crea una nueva moneda de tamaño pequeño, “Xiaoquan Zhiyi” (pequeña moneda de valor 1, Figura 5b). La confusión aumenta ya que la nueva pequeña moneda tiene el mismo valor que el todavía circulante Wu Zhu.


Figura 5.- Segunda reforma; a: Da Quan Wu Shi con valor de 50; b: Xiaoquan Zhiyi con valor unitario.

            La tercera reforma ocurre un año después, y es mucho más ambiciosa, restableciendo un antiguo sistema monetario existente en China varios siglos atrás, con piezas de oro, plata, cauris, caparazones de tortuga, monedas-pala y monedas redondas de bronce, definiendo hasta 28 tipos monetarios distintos repartidos en cinco categorías: oro, plata, cobre, concha de tortuga y cauri.

            La moneda de oro de 120 gramos de peso equivalía a diez mil Wu Zhu; las dos de plata a 1850 y 1000 respectivamente; las cuatro de concha de tortuga que medían entre 13 y 34 cm., tenían valores de  2160, 500, 300 y 100 Wu Zhu; y finalmente las conchas de caurí presentan cinco valores distintos: las más grandes de 12 cm. valían 108, las que tenían un tamaño comprendido entre 9 y 12 cm. valían 25; las que medían entre 6 y 9 cm. se valoraban en 15; las comprendidas entre 3 y 6 cm. valían cinco Wu Zhu, y las más pequeñas tres. Estos doce tipos monetarios son desconocidos por el momento.

Queda claro que con esta reforma, Wang Mang pretendió recuperar las tradiciones monetarias del heróico pasado de la dinastía Zhou, considerado como la Edad de Oro de la China antigua, resucitando las antiguas conchas de caurí usadas como moneda desde los tiempos más remotos, así como las monedas con forma de pala, si bien en este caso, las piezas son más alargadas y estilizadas que las primitivas originales a las que copian.

La serie de 16 piezas de bronce se divide en dos familias, las monedas redondas para los valores más pequeños, y las que recuperan la antigua forma de pala y que habían sido eliminadas al instaurarse el imperio Quin dos siglos antes, para los valores más altos (Figura 6):

Monedas de bronce:            



Monedas redondas                                                                           Monedas con forma de pala


Xiaoquan Zhiyi                  Valor 1
Xiaobu Yibai                        Valor100
Yaoquan Yishi                   Valor 10
Yaobu Erbai                         Valor 200
Youquan Ershi                   Valor 20
Youbu Sanbai                       Valor 300
Zhongquan Sanshi             Valor 30
Xubu Sibau                           Valor 400
Zhuangquan Sishi              Valor 40
Chabu Wubai                        Valor 500
Daquan Wushi                   Valor 50
Zhongbu Liubai                     Valor 600

Zhuangbu Qibai                    Valor 700

Dibu Babai                            Valor 800

Cibu Jiubai                            Valor 900

Dabu Huangquian                 Valor 1000



Figura 6.- Tercera reforma. Selección de monedas de bronce y moldes utilizados.

Esta reforma produjo un caos debido a la cantidad de valores emitidos (28 tipos diferentes entre monedas de oro, plata, caurí, concha de tortuga y bronce), y en el año catorce se produjo la cuarta y última reforma monetaria en la que se desmonetizan las anteriores emisiones, y se introducen tres nuevas monedas, el Huo Quan (Figura 7a) con el mismo valor que el antiguo Wu Zhu, otra moneda muy similar y con el mismo valor, el Pu Quan (Figura 7b), probablemente una emisión tardía derivada de la anterior, y finalmente una nueva moneda pala denominada Huo Pu (Figura 7c), con valor de 25 Wu Zhu.(3)



Figura 7.- Monedas de la cuarta reforma del año catorce.
a: Huo Quan; b: Pu Quan; c: Huo Pu.

Se da la circunstancia de que el primer censo oficial conservado de China es del año segundo de nuestra Era, cuando Wang Mang era ministro, y dicho censo arroja una cantidad de cincuenta millones de habitantes, una gran cantidad de personas para la época, repartidas en un vasto territorio difícil de gobernar.

La impopularidad de las novedosas medidas adoptadas al comienzo de su reinado entre las clases más ponderosas del país, los levantamientos en lugares lejanos, las revueltas campesinas y la corrupción en la administración, fueron desgastando progresivamente el carisma y popularidad del emperador, que finalmente se vio acorralado en el palacio de Weiyang, donde fue asesinado el 6 de octubre del año 23.

Tras reinstaurarse la dinastía Han, algunas de las monedas circulantes se mantuvieron durante los dieciséis años siguientes, hasta el año 40 en que fueron desmonetizadas, volviendo a fabricarse de nuevo la moneda Wu Zhu. Por este motivo, en la actualidad, las monedas de la cuarta reforma son relativamente abundantes, mientras que la mayoría de piezas correspondientes a la tercera reforma son muy raras (y frecuente objeto de falsificaciones).


Notas:

(1) Shih, Hu, 1928. Wang Mang, the Socialist Emperor of Nineteen Centuries Ago. Journal, North China Branch, Royal Asiatic Society, Vol. 59, pp. 218-230. Hu Shin, autor de este artículo, fue embajador de China en los Estados Unidos.

(2) Las “monedas llave” de Wang Mang son bastante raras y valiosas, especialmente la que lleva incrustaciones de oro. En la actualidad existen numerosas reproducciones o falsificaciones, algunas de muy buena calidad y difíciles de distinguir. El criterio más recomendado para adquirir moneda china antigua, especialmente las piezas valiosas, es recurrir siempre a un vendedor experto de confianza. En Internet pueden encontrarse algunas páginas donde se señalan listas de vendedores internacionales de confianza (unos pocos) y otros (la mayoría) que venden reproducciones.

(3) Ocasionalmente se encuentras "tesoros" de más de un millón de monedas acompañados de los fragmentos de moldes utilizados para su acuñación, sirva como ejemplo el reciente hallazgo en la Mongolia interior: http://mongolschinaandthesilkroad.blogspot.com.es/2014/02/14-million-western-han-dynasty-coins.html

ANEXO: Láminas de dibujos de las monedas de Wang Mang,  Fredrik Schjöth (1965): Chinese Currency.





Información (en inglés) sobre Wang Mang:  http://www.anythinganywhere.com/info/tye/Wang%20Mang.htm

jueves, 12 de febrero de 2015

Las monedas de la "Larga Vida".

Las monedas de la “Larga Vida”.
Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 68(1207) (Mayo 2012): pp. 43-44.


Miguel Ibáñez Artica

Las monedas fabricadas en Occidente -desde las primeras emisiones de las colonias griegas en Asia Menor a comienzos del siglo séptimo antes de nuestra Era, hasta la Edad Moderna-, presentan una gran variedad de formas, motivos y metales, al contrario de las emitidas en China que presentan el mismo aspecto y parecida composición durante más de dos milenios. Se trata de pequeñas monedas de bronce circulares fabricadas con moldes y con un orificio cuadrado en el centro(1). Las primeras emisiones masivas de estos tipos monetarios se conocen con el nombre de “Ban Liang” (半两), y circularon a partir del siglo IV a.C., cuando los Quin eran todavía uno de los “Reinos combatientes”(2), hasta el año 118 antes de nuestra Era, cuando el emperador Wu introdujo un nuevo tipo monetario, el “Wu Zhu”. Precisamente al unificar el territorio, el primer emperador de China, Qin Shihuang Di, impuso la moneda redonda del reino de los Quin en todo el vasto imperio conquistado. De esta forma desaparecieron las originales monedas con formas de pala o cuchillo utilizadas durante el período anterior de los “Reinos combatientes”(3).

Las primeras emisiones de estas monedas hasta comienzos del siglo segundo antes de nuestra Era presentan un módulo de 30 a 32 mm. y un peso medio de unos 7,8 gramos (entre 4 y 12), luego, entre los años 187 y 179 a.C. se redujo el módulo y el peso (5,2 g.), tendencia que se mantuvo en los años siguientes, disminuyendo progresivamente a 2,6 g. entre los años 179 y 136 a.C. y 1,95 g. entre el 136 hasta su desaparición en el 118 a.C. (Figura 1).


Figura 1: a.- Molde para fabricar monedas; b.-“Ban liang”; c.- Moneda de las primeras emisiones (s.IV a.C.), peso 11,6 gramos.

Según la tradición, esta moneda redonda con un cuadrado en el centro refleja la imagen del cielo (círculo) y en su centro la Tierra (el cuadrado). Estas figuras simbolizan respectivamente la flexibilidad y la fuerza, la movilidad y la estabilidad, el poder divino y la autoridad del emperador. Los caracteres chinos “ban liang” fueron diseñados por el ministro Li Si, creador de uno de los principales tipos de caligrafía china. Durante la dinastía Zhou (1046- 256 a.C.) el término “Liang” se refería a una unidad de peso equivalente a 24 “zhu”, unos 16 gramos, de forma que la expresión “Ban Liang” que aparece en las monedas y les da el nombre, quiere decir “medio Liang”, es decir 8 gramos de peso. Al estudiar las características de algunos tesorillos encontramos una cierta uniformidad en el tamaño de las piezas, pero una gran variabilidad de pesos. De esta forma, a través de los datos metrológicos de las monedas, puede realizarse una estimación aproximada del momento en que fueron emitidas(4).

En la tumba de una mujer noble en Mawangdui (provincia de Hunan) se encontraron 40 recipientes que contenían cada uno de ellos entre 2500 y 3000 imitaciones en arcilla de monedas Ban liang (Fig.3a). Tal como anteriormente ocurría con los depósitos de cauris o sus imitaciones en arcilla, este “dinero de los muertos” permitía a los difuntos afrontar sus gastos en la otra vida sin producir mala suerte a sus parientes vivos, ancestral costumbre que se conserva en la actualidad(5).



Figura 2: a.- Moneda Wu zhu (Dinastía de los Han orientales, 25-220 d.C); b.-Molde patrón en positivo para fabricar moldes; c.- Moldes de anverso y reverso de monedas Wu zhu prodedentes de la región de Houma en la provincia de Shanxi.

Así pues este tipo monetario se mantuvo durante más de 250 años, hasta que en el año 118 a.C. cuando ya se había devaluado a un tercio de su peso original, fue sustituido por el “Wu Zhu”, la moneda que ha pervivido durante más tiempo en el Mundo, ya que estuvo vigente y ¡fabricándose ininterrumpidamente durante 739 años! (Figura 2). Por este motivo es conocida como la “moneda de la larga vida”, siendo objeto de regalo en la actualidad como símbolo de deseo de longevidad. También en este caso se fabricaron monedas de arcilla para uso funerario (Figura 3b). Solamente en los primeros 123 años de su existencia se emitieron unos veintiocho mil millones de estas monedas, con una media de casi 230 millones de piezas al año, siendo probablemente el tipo monetario del que se han fabricado más ejemplares en el Mundo.


Figura 3.-  “Ban liang y “Wu zhu” funerarios de arcilla, depositados en enterramientos (31,5 mm.; 6,5 g.; 29 mm.; 4,6 g.).


Como referencia, en la época en que circuló la moneda “wu zhu”, un campesino podía ganar 150 monedas al mes y un comerciante unas dos mil. El término “Wu zhu” (五銖), literalmente significa “5 zhu”, y un zhu es el peso de cien semillas de mijo, unidad de referencia para ponderales en la antigua China. El uso de ciertas semillas como patrones de peso ha sido común en muchas culturas, por ejemplo el kilate, unidad de referencia  utilizada en la actualidad para establecer el peso de diamantes y piedras preciosas deriva del vocablo griego keratia, nombre del árbol algarrobo (Ceratonia siliqua), cuya semilla de dos miligramos de peso se ha venido utilizando desde la antigüedad como patrón para metales preciosos y gemas, de forma que hoy en día la unidad de peso de este nombre equivale 200 miligramos. Lo mismo que ocurre con el ponderal chino “zhu”, nuestro kilate también equivale al peso de cien semillas. Tal como ocurre con la moneda anteriormente comentada, el “Ban Liang”, resulta difícil establecer la cronología de las monedas “Wu Zhu”, en ocasiones determinada por los caracteres que aparecen en los moldes de arcilla con los que se fabricaban o a partir de los registros arqueológicos datados con C14 o termoluminiscencia.


Figura 5.- Tesorillo de monedas “Wu zhu”. En primer plano, cien semillas de mijo, equivalentes al peso de un zhou.

Como ocurrió con su antecesora el “ban liang”, también el “wu zhu” fue perdiendo peso progresivamente, hasta que en agosto del año 621 d.C., el emperador Gao Zu de la dinastía Tang instauró un nuevo tipo monetario que incluye las palabras “tong bao” (通寶), términos que equivalen a “moneda circulante” y que figurará en las monedas durante los sucesivos reinados hasta época reciente.

Notas pie de página:

(1) Este tipo de monedas se denomina “cash”, (en chino: 方孔錢, fāng kǒng qián, que significa literalmente “dinero con agujero cuadrado”) y se utilizó en China y Sudeste asiático desde el s. IV a.C. hasta el siglo XX. El término "Cash" viene del inglés, que a su vez deriva del nombre en idioma tamil, kāsu, moneda utilizada en el sur de la India.

(2) Las evidencias arqueológicas remontan este tipo monetario al año 378 a.C. 

(3) Un Tesoro hallado en 1981 al norte de la provincia de Henan contenía más de 3.500 monedas-azada y 1.180 monedas redondas.

(4) Recientemente se han publicado dos volúmenes en chino dedicados exclusivamente a este tipo monetario: Doo, Roger Wai San, 2000. Ban Liang Kao/ Catalog of Pan liang. Volumen 1: Discusión y Volumen 2: Catálogo. Shanghai Books & Fine Art Publication Co., Shanghai.


(5) Ver artículos: El cauri, la primera moneda de China. Eco Filatélico y Numismático. (Diciembre, 2009), 65(1180): pp. 46-47; Aportacionesnumismáticas en la obra de Marco Polo II: Cauris y monedas de los muertos. Ibid. (Septiembre, 2008), 64(1166): pp. 44-45.

domingo, 8 de febrero de 2015

La fecha en las monedas chinas.

La fecha en las monedas chinas. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 68(1208) (Junio 2012): pp. 40-41.

Miguel Ibáñez Artica


            Tal como se indicaba en un artículo anterior, la moneda china denominada “cash” se caracteriza por su similar aspecto a lo largo del tiempo, por lo cual a veces resulta difícil establecer el momento preciso de su fabricación. Sin embargo encontramos una curiosa excepción que afecta la dinastía Song del Sur, durante un  período comprendido entre los años 1180 y 1274 (1), cuando las monedas aparecen fechadas indicando el año de reinado en el que fueron fabricadas.

            En China, la cronología histórica está basada en los “Ciclos dinásticos”, algo similar a lo que ocurría en el Antiguo Egipto, donde la datación se establecía en función de las correspondientes  dinastías de faraones. Este sistema se mantiene aún vigente hoy en día, y por ejemplo el año 2012 se designa en Taiwán en contextos oficiales como “el año 101 de la República”.

            Las monedas emitidas en China desde la Edad Media suelen llevar la indicación del reinado o período en el que se fabricaron, que no es lo mismo que el nombre del monarca. Cada emperador tenía su nombre propio que no suele ser conocido, y cuando accedía al poder adoptaba uno nuevo “del templo”, su denominación oficial, algo similar a lo que hoy en día ocurre con los Papas del Vaticano. A su vez, cada cierto tiempo el emperador decretaba un nuevo reinado que podía durar uno o varios años, hasta que lo cambiaba de nuevo por otro con un nombre diferente. Así pues a lo largo de la vida de un mismo emperador se podían suceder numerosos reinados de duración variable (Figura 1).


Figura 1.- Retrato del Emperador Li Zong, y moneda del año 10 del reinado Chun You (1250 d.C.).

            Con respecto a la Dinastía Song (宋朝), algunas de cuyas monedas son objeto del presente artículo, sucedió al período conocido como de las cinco dinastías y diez reinos, gobernando en China desde el año 960 hasta el 1279. En este tiempo se produjeron importantes avances, como la invención de los billetes de banco, la utilización de la pólvora con fines bélicos y se empleó la brújula en la navegación. Durante la primera parte de este período cronológico (970-1127 d.C.), conocido como Dinastía Song del Norte, la capital se encontraba en Bianjing (la actual Kaifeng) y los Song controlaban la mayor parte de China. El 9 de enero de 1127 los ejércitos de la dinastía Jin saquearon la capital apresando al emperador que abdicó. Sin embargo los ejércitos de los Song resistieron en el sur hasta firmar un tratado de paz en 1141. La corte de los Song se estableció en una nueva capital, en Linan (actual Hangzhou), conservando bajo su dominio el 60% de la población de China y las tierras más productivas. Desarrollaron una importante flota de guerra introduciendo el uso de la pólvora, lo que les permitió resistir al imperio mongol que ya había conquistado el territorio de los Jin en 1234. En 1271 Kublai Khan fue proclamado emperador de China y finalmente la dinastía Song fue suprimida en 1279, momento en que nuevamente el país quedó unificado bajo la nueva dinastía Yuan de origen mongol (1271-1368).


Figura 2.- Algunos números de años que aparecen en los reversos de las monedas emitidas en la Dinastía de los Song del Sur.

            La singularidad monetaria que comentamos se inició en el año séptimo del período Chun Xi, correspondiente al año 1180 de nuestra Era, cuando el Emperador Xiao Zong ordenó colocar el año del reinado en el reverso de las monedas (Figura 2).


Figura 3.- Primeras monedas fechadas de China en los años 7, 8, 9 y 10 del reinado Chun Xi del Emperador Xiao Zong (1180, 1181, 1182 y 1183 d.C.).

            De esta forma, y durante casi un siglo, las monedas presentan una cronología bien definida pudiéndose establecer con precisión su año de emisión (Tabla I; Figura 3). En el anverso de las monedas aparece en dos caracteres la denominación del reinado, y en los laterales las palabras Tong Bao (moneda circulante) o Yuan Bao (moneda principal), mientras en el reverso figura el número correspondiente al año de reinado (Figura 4), y ocasionalmente la denominación de la ciudad donde fueron emitidas.


Figura 4.- Moneda del emperador Li Zong. En el anverso Jing Ding (nombre del reinado), Yuan bao (moneda principal), y en el reverso el número uno (primer año del reinado= 1260 d.C.).


Notas:
(1) Como referencias cronológicas, en 1180 el monarca navarro Sancho VI funda y concede los fueros a la ciudad de San Sebastián.  Durante estas fechas tiene lugar la batalla de las Navas de Tolosa (1212), una década después, en 1222 Gengis Kan ocupa Asia central, y en 1224 comienza el reinado de San Luís de Francia bajo la regencia de su madre, Blanca de Castilla. En 1252 comienza el reinado de Alfonso X “el Sabio”, y en 1274 fallece Santo Tomás de Aquino.


Figura 5.- Resulta difícil encontrar monedas medievales fechadas, sin embargo en China podemos encontrar ejemplares que fueron fabricados, por ejemplo, el mismo año en que tuvo lugar la batalla de las Navas de Tolosa (1212).


TABLA I.- Cronología de emperadores y reinados de la Dinastía Song del Sur.

                     


viernes, 6 de febrero de 2015

La fecha en las monedas.

La fecha en las monedas. Artículos publicados en: Eco Filatélico y Numismático 67(1200) (Octubre 2011): pp. 40-41 & Eco Filatélico y Numismático 68(1206) (Abril 2012): pp. 42-43




Miguel Ibáñez Artica

Uno de los principales problemas que presenta la datación de las monedas emitidas en el transcurso de las Edades Antigua y Media, es que no presentan la fecha de acuñación. En algunos casos puede determinarse su cronología a partir de la autoridad emisora, ocasionalmente con gran precisión, cuando en la moneda aparecen datos relativos a acontecimientos históricos precisos y bien conocidos (año de las Olimpiadas: Figura 1, año de consulado, referencia a algún hecho relevante….). Otras veces la datación puede establecerse de forma más o menos precisa a partir de ciertos aspectos metrológicos o metalográficos (series monetales ibéricas). Aunque los arqueólogos suelen utilizar las monedas para fijar la fecha de los yacimientos excavados, en ocasiones ocurre lo contrario, es la datación del yacimiento mediante métodos directos (radioisótopos, termoluminiscencia de cerámicas, dendrocronología…) lo que nos puede aportar una valiosa información sobre la cronología de determinadas emisiones (antiguas monedas griegas de Delfos, tipos inmovilizados como las emisiones de Alfonso “el Batallador” realizadas en Toledo…).


Figura 1.- Estátera acuñada para la olimpiada nº 110 (340 a.C.)

Otra valiosa fuente de información para conocer el año de emisión de algunas monedas medievales, es el estudio de la documentación conservada. En las órdenes de acuñación a veces se especifica la señal o marca secreta que deben llevar las monedas (para poder ser diferenciadas de otras emisiones, especialmente cuando se producían modificaciones en la ley de las mismas). Estos datos, cuando se conocen, nos permiten asignar con cierta precisión las fechas de acuñación, tal como ocurre con muchas monedas reales francesas emitidas entre los siglos XIII y XV, a partir de la monumental recopilación de documentos realizada a finales del siglo XIX por el naturalista, militar y arqueólogo francés Félicien de Saulcy(1). Desgraciadamente, las guerras, incendios y el paso del tiempo, han destruido la mayoría de los archivos donde se conservaba esta valiosa información. Un curioso ejemplo de este problema lo contaba el profesor Earl Jefferson Hamilton (1899-1989), cuando consultaba documentación medieval en un convento de Valencia para la elaboración de su libro “Money, prices and wages in Valencia, Aragon and Navarra, 1351-1500”, justo al finalizar su recopilación, entraron en el mismo los milicianos republicanos y quemaron el monasterio(2).

A diferencia de las emisiones en el mundo islámico, donde muchas monedas exhiben el año de acuñación, e incluso el mes (según el cómputo de la Hégira), las de los reinos cristianos carecen de fecha. Una de las primeras emisiones de los reinos cristianos peninsulares (tal vez la primera) tuvo lugar inmediatamente después de que Alfonso VI conquistara Toledo en mayo del año 1085, emitiéndose en la ceca de la ciudad dirhems ese mismo año y el siguiente. Estas monedas presentan la cronología según la Hégira y se trata de auténticas monedas hispano musulmanas que son consideradas como tales en los tratados de numismática.

Sin embargo, dentro de las emisiones cristianas medievales existen dos importantes excepciones donde aparece con claridad el año de acuñación, la primera está formada por dineros y óbolos de Alfonso VIII fabricados en Toledo, que llevan en números romanos el año de acuñación: MCCIIII de la Era Hispánica(3), que correspondería con el año 1166 de nuestra Era (Figura 2a). Curiosamente, el árbol crucífero que aparece en una de las caras de la moneda, es muy parecido al que en esas fechas figuraba en las monedas navarras de Sancho VI “el Sabio”.


Figura 2.- Primeras monedas medievales cristianas donde figura el año de emisión.
a.- Alfonso VIII (1158-1214 d.C.). Dinero (1.08 g). de la ceca de Toledo. Fechado en el 1204 de la Era de Safar (1166 d.C.).
b.- Dinero de Roskilde (Dinamarca) fechado el año 1234.

Esta excepcional moneda presenta la fecha de su fabricación siguiendo los modelos islámicos, pero con una cronología típicamente mozárabe (la Era de Safar o Hispánica),  y aunque fracasó en su intento de introducir la fecha de emisión en la moneda de vellón, unos pocos años más tarde el mismo monarca castellano Alfonso VIII comenzó a emitir, esta vez con gran éxito, imitaciones de la moneda de oro musulmana, los denominados “morabetinos alfonsinos” o “de la cruz”, que presentan también la fecha de acuñación según la era de Safar, pero en escritura árabe, siguiendo los patrones  metrológicos e iconográficos de la moneda de oro musulmana de la época (Figura 3).


Figura 3.- Morabetinos alfonsinos cristianos de Alfonso VIII, fechados en árabe en la Era de Safar o Hispánica.


También encontramos dirhems acuñados por los cruzados entre 1251 y 1253 que llevan la leyenda en caracteres cúficos “Acuñado en Acre el año mil y doscientos y uno y cincuenta de la Encarnación” o  “Acuñado en Damasco el año mil y doscientos y tres y cincuenta”.

Paradójicamente, la primera mención monetaria a la cronología cristiana actual (Anno Domini) aparece en caracteres árabes en la Sicilia Normanda el año 1198, también como imitación de la moneda islámica. La primera moneda que presenta el año de la Era del Nacimiento de Cristo en cifras romanas es otra rara emisión danesa fechada en el año 1234, de un penique, del que tan solo se conocen siete ejemplares y que presenta la leyenda de anverso: “ANNO:DOMINI”, y en el reverso: “M:CC:XXX:IIII” (Figura 2b). A pesar de que esta moneda no lleva indicación del lugar donde fue acuñada, se atribuye a Roskilde, ciudad danesa ubicada en la isla de Selandia y que fue capital del país hasta que en 1400, se trasladó a Copenhague. El dato más importante para asignar esta atribución es el hallazgo en 1959, de dos de estas raras monedas en la iglesia de Roskilde. Según esta teoría, las monedas habrían sido acuñadas cuando Niels Stigsen era obispo, y probablemente canciller. En esta época el monarca obtenía las dos terceras partes del beneficio de la acuñación de moneda, y el obispo el tercio restante, y tal vez algún acontecimiento provocara la excepcional inclusión de la fecha de acuñación en la moneda.


La fecha con números arábigos en las monedas.

            El conocimiento de las primeras monedas datadas en Europa, surge de mano del coleccionismo numismático en 1914 con la publicación de Albert R. Frey (presidente de la ANA entre 1905 y 1908) de la obra titulada “The dated European coinage prior to 1501, y el trabajo queda ampliado y actualizado en fecha reciente (2007) con la aparición del libro de Robert A. Levinson: “The Early Dated Coins of Europe, 1234-1500. Coin & Currency Institute: 279 pp., imprescindible referencia para el coleccionismo de las primitivas monedas europeas que presentan fecha de acuñación.


Figura 4.- Monedas medievales con fecha.
a.- Grueso tornés de Aquisgrán (Alemania), fechado con numeración romana en 1374.
b.- Moneda de plata de San Galo (St. Gallen, Suiza) de 1424, primera moneda conocida que presenta el año en numeración arábiga.

            Sin contar algunas esporádicas excepciones, ya comentadas en un artículo anterior, es a partir del  último cuarto del siglo catorce, cuando comienza a aparecer el año de emisión (en cifras romanas) en las monedas cristianas; a esta época pertenecen, apenas una decena de pioneras piezas emitidas en Alemania (Aquisgrán) y Países Bajos (Schönvorst) ( (Figura 4a). En el primer cuarto de la siguiente centuria el número de emisiones datadas se duplica, y entre 1426 y 1450 asciende a más de medio centenar, iniciándose en 1436 la inclusión de la fecha en las monedas de oro. Es a partir de la segunda mitad del s. XV cuando se extiende la costumbre de datar las monedas, y ya en el último cuarto de la centuria encontramos casi 900 emisiones de monedas de oro y plata en las que figura el año de acuñación(4). (Figura 5).


Figura 5.- Número de monedas que presentan el año de emisión a finales de la Edad Media.

            En España, salvo algunas excepcionales emisiones de tiempos del emperador Carlos V, como el real de plata, los veinte y cincuenta ducados de oro de 1520, los 100 ducados de oro de 1528 acuñados en Zaragoza(5), así como el medio real de plata emitido en Perpiñán en 1529, y alguna otra esporádica emisión aragonesa de 10 reales en 1545 y 1554 y de 4 reales en 1547 y 1554 (Redondo, 1983), la aparición de la fecha en las monedas comienza a ser habitual bajo el reinado de Felipe II a partir de 1588.

            Otra interesante cuestión es la sustitución de la numeración romana por las cifras arábigas, sustitución que tuvo lugar progresivamente y que provocó importantes cambios en la forma de realizar los cálculos matemáticos elementales. Desde la Antigüedad se venían utilizando pequeñas fichas fabricadas con diversos materiales (madera, arcilla, vidrio, cerámica, concha…) para realizar operaciones aritméticas sencillas mediante un sistema similar al ábaco, primero en la Grecia clásica con los “pessoi” y después con los “calculi” romanos. Estos últimos eran pequeñas piedras redondeadas, utilizadas en las operaciones contables(6), posteriormente en la Edad Media se sustituyeron por fichas metálicas denominadas jetones. La introducción de la numeración arábiga, así denominada porque si bien de origen indú, fue incorporada y difundida por los musulmanes, permitió el desarrollo de un sistema algebraico(7) que ya no necesitaba de elementos auxiliares (como piedrecitas o jetones).

            Poco a poco la numeración arábiga y el álgebra fueron ganando terreno, aunque las antiguas tradiciones de llevar la contabilidad en cifras romanas se conservaron hasta bien avanzado el siglo XVIII, así en el tratado de F. Legendre “L’Atithmétique en sa perfection”, publicado en París en 1753, se señala que el método de operar con jetones es más usado por las mujeres que por los hombres, y todavía muchos funcionarios del gobierno lo utilizan con gran éxito.

Al finalizar el medievo comenzó a generalizarse la utilización del cálculo algebraico, si bien aún se conservaban y utilizaban los números romanos. Encontramos una imagen representativa del momento en la obra “Margarita Philosophica” (Perla filosófica) impresa en 1503, (Figura 6), donde vemos en un grabado una figura femenina alegórica de las Matemáticas, sobre dos personas, que representan a Boecio y Pitágoras, éste realiza las operaciones matemáticas en una mesa con jetones mientras Boecio dibuja los números arábigos y realiza operaciones algebraicas.


Figura 6.- Grabado de libro “Margarita Filosofica” (1500).

La primera aparición de números árabes en las monedas, la encontramos en un raro grueso de plata de San Galo (St. Gallen, Suiza) de 1424 (Figura 4b), pero es en la segunda mitad de la centuria cuando, la numeración arábiga irá sustituyendo a la romana, así entre 1350 y 1375 ya un 70% de las monedas fechadas presentan el nuevo sistema, si bien algunas cifras – como el “4”- todavía suelen representarse con la grafía antigua (Figura 7). En el último cuarto del siglo XV encontramos que ya casi el 90% de las piezas presentan el año de emisión utilizando las cifras arábigas.


Figura 7.- Dos monedas medievales fechadas en 1498. La primera de Sion (Sitten, Suiza) con el número cuatro moderno, la segunda es un “toison de plata” de Felipe el Hermoso acuñado en Amberes, con la representación primitiva del número cuatro.
Debajo un jetón italiano fechado en 1472.

Una de las ventajas del nuevo sistema de numeración posicional, es que permite acortar notablemente el texto de la leyenda, así por ejemplo la cifra en números romanos “M CCC LXXX VIII” se reduce a “1388”, pasando de doce a cuatro caracteres, lo cual supone una gran ventaja ya que permite la inclusión en la leyenda de más cantidad de información.

A comienzos del siglo XVII, encontramos un original híbrido de numeración arábiga y latina. En las piezas de cuatro cornados emitidas en Navarra en 1610, el abridor de cuños fusionó ambos sistemas de numeración para “crear” la leyenda “16X”, acortando aún más la extensión de la cifra completa (Figura 8). Este hecho tiene su explicación, y los antecedentes se remontan a las emisiones de los dos años anteriores(8). La primera moneda con fecha en el Reino de Navarra data de 1608 y lleva las cifras “16.8”, es decir se simplifica suprimiendo el cero de las centenas, lo mismo ocurre en 1609, donde la inscripción del año de emisión es “16.9”, de esta forma en el año siguiente, el abridor de cuños se encontró con un problema, no podía simplificar la extensión de la fecha a tres caracteres, lo cual suponía cambiar el tamaño de las letras y cifras de los punzones para que la leyenda completa entrara en la orla, la solución fue sencilla, utilizar la numeración romana para el diez (“X”). Posteriormente, las emisiones de cuatro cornados de Felipe III correspondientes a los años 1611 a 1620 llevan la leyenda correcta con las cuatro cifras correspondientes.


Figura 8.- Reverso de cuatro cornados de Felipe III emitidos en el año 1610.

Esta “mezcla” de numeraciones  no es inédita y ya se había producido con anterioridad a finales del s. XV y comienzos del XVI en Alemania, Austria y en los Países Bajos, pero curiosamente en sentido contrario, es decir con las primeras cifras en números romanos y las últimas en caracteres arábigos (p. ej. MCCCCLXX3 por 1473 en una moneda de Göttingen (Alemania); MCCCC86 por 1486 en otra de Cleve; MCCCCLXXX8 por 1488 en Einbeck (Alemania) y Lieja (Bélgica); MCCCCLXXX9 por 1489 en Jever; MCCCC95 por 1495 en Zwolle (Holanda); MCCCC96 por 1496 en Wesel (Alemania) o MD13 por 1513 en Austria). La explicación de estas anomalías es la misma, la cifra completa en caracteres romanos, por ejemplo MCCCCLXXXXIII (1493), resultaba excesivamente larga para incluirla en la leyenda de la moneda, y una forma de acortarla era sustituir las últimas cifras por caracteres arábigos. En estos casos la numeración original se expresaba en números romanos y por este motivo las cifras arábigas van al final, a diferencia de lo anteriormente expuesto para la moneda de Navarra, donde la cifra iba inicialmente en números arábigos, y se transforma en números romanos al final.


Notas:

(1) F. de Saulcy (1879-1888), Recueil de documents relatifs a l’Histoire des monnaies frappées par les rois de France depuis Philippe II jusqu’a François I. Paris 3 vols.  La labor de Saulcy se ha complementado posteriormente con una importante base de información monetaria de Francia con más de 16.000 documentos que pueden consultarse de forma gratuita en la página http://www.ordonnances.org/ .

(2) Esta obra, publicada por la universidad de Harvard, continúa siendo fundamental para el conocimiento de las vicisitudes de la economía medieval de los reinos de Valencia, Aragón y Navarra, y sin embargo todavía no ha sido traducida al castellano.

(3) La Era Hispánica comenzó a utilizarse hacia el siglo tercero, y precisamente la denominación de “Aera” se refiere al plural de la unidad monetaria romana “aes” o “as”. El inicio del cómputo de años de esta Era se hace coincidir con el momento de la pacificación de Hispania y fue utilizada en la Península Ibérica para datar los documentos hasta el siglo XV, siendo sustituida en mayor o menor medida por la actual datación conocida como del “año del nacimiento de nuestro señor Jesucristo” o “Anno Domini”.

(4) En la actualidad se conocen un millar y medio de monedas datadas, anteriores a 1500, en su mayoría de países centroeuropeos, y la primera moneda de cobre que presenta fecha de emisión es la de cuatro mitas de Bravante acuñada en 1481.

(5) Ver artículo: Cien ducados de oro de Carlos I. Eco Filatélico y Numismático (Octubre, 2004): pp. 50-51.

(6) La palabra “cálculo” deriva del término latino “calculi” o pequeña piedra (utilizado aún hoy en día para referirnos a las piedras que se forman en el riñón o “cálculos”). 

(7) El término “álgebra” deriva del matemático Al-Jwarizmi quien hacia el año 825 escribió un tratado titulado “Acerca de los cálculos con los números de la India”.

85) Ibáñez Artica, M., 2010. La fecha en las monedas. Gaceta Numismática 177: 63-72.