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miércoles, 1 de junio de 2022

El "Lince ibérico", una nueva moneda de bullion

 

El “Lince ibérico”, una nueva moneda de “bullion”. Artículo publicado en “Eco filatélico y numismático”

 (Febrero 2022) 78 (1314): pp. 43-45.

 

 

Miguel Ibáñez Artica

El “Lince ibérico”, una nueva moneda “bullion”.

Durante el pasado mes de diciembre del año 2021 se puso en circulación una moneda muy especial, el “lince ibérico”, con un diámetro de 37 mm y un peso de 31,105 g (una onza troy) de oro prácticamente puro (999,9 milésimas), que presenta en su anverso los motivos del antiguo real de a ocho de tipo columnario, con dos hemisferios bajo la corona, flaqueados por las columnas de Hércules, que portan la leyenda “Plus Ultra”, y en el reverso la cabeza de un lince ibérico (Fig. 4h).

Aunque su valor facial (el que aparece en la moneda) es de 1,5 euros, su precio en el mercado supera en más de mil veces esta cifra. No es una verdadera moneda en el sentido estricto, sino que se trata de un instrumento concebido para almacenar el valor, sería más bien un pequeño lingote de oro comercializado con aspecto de moneda.

                       

Figura 1.- Diferentes monedas bullion.

Desde que a comienzos del siglo séptimo antes de nuestra Era, los banqueros jonios colocaran sus marcas en las pequeñas pepitas de electro (aleación de oro y plata) como mecanismo para garantizar su peso, las monedas hasta tiempos relativamente recientes han sido valoradas por la calidad del metal noble y el peso del mismo que contenían.

Remontándonos a los siglos XIX y XX, algunas de las monedas más valiosas acuñadas en diferentes países han cumplido tanto su función de moneda para realizar pagos de bienes y servicios, como la de constituir refugios del valor. Este es el caso por ejemplo de los “soberanos” británicos (Fig. 2a) que circularon como moneda corriente entre 1817 y 1914, como moneda comercial entre 1914 y 1979 y finalmente como moneda de inversión desde esta última fecha hasta la actualidad, los “napoleones” franceses (Fig. 2b), monedas de veinte francos de oro que circularon entre 1803 y 1914 o las “dobles águilas” de oro americanas (Fig. 2c) emitidas en Estados Unidos entre 1849 y 1933, en este caso con un valor de veinte dólares y un peso y tamaño muy superior a las otras monedas europeas. Estas monedas americanas comenzaron a emitirse en 1849 coincidiendo con la “Fiebre del oro” desatada en California.

                                             

Figura 2.- Monedas de oro.

a: “Soberano” de Gran Bretaña de 1 £ de 1959; b: “Napoleón”  de Francia de 20 francos de 1864; c: “Doble Águila” americana de 20 $ de 1907.

            Simplificando mucho la historia reciente del dinero, durante el siglo XX los valores monetarios más altos fueron desplazándose desde las monedas metálicas a los billetes bancarios, y estos billetes eran en realidad una especie de cheque, con el que en teoría podía convertirse en su valor de oro, y así por ejemplo en España, incluso en los años setenta del pasado siglo, los billetes llevaban en encabezamiento de “El Banco de España pagará al portador” (Fig.3).

                                      

Figura 3.- Billete de 1970 con la leyenda “El Banco de España pagará al portador”.

 

            Hasta 1971, cada país podía imprimir billetes por el valor de sus propias reservas de oro, en lo que se conoce como el modelo del “patrón oro” establecido en la conferencia internacional de Breton Woods de julio de 1944, pero los enormes gastos derivados de la guerra de Vietnam hicieron que el presidente Nixon abandonara este modelo, y a partir de esta fecha tanto el dinero como la propia moneda se convirtieron en elementos fiduciarios, es decir no respaldados por metales preciosos tangibles, sino basados en la confianza o en la fe de la comunidad en la promesa de pago por parte del estado.

            En esos momentos, el oro se convirtió en un buen valor para el refugio de capitales ante la inestabilidad de las diferentes monedas estatales sujetas a procesos inflacionarios, y en esta época Sudáfrica que era el mayor productor de este valioso metal en el mundo, había creado en 1967 una nueva moneda de oro, el “Krugerrand” con una onza de peso en metal noble, con el fin de comercializar y estimular la propiedad privada del oro. El nombre que recibió la moneda se debe al retrato de Paul Kruger, presidente de Sudáfrica entre 1883 y 1900 que aparece en el anverso, mientras en el reverso figura la imagen de un antílope (Fig. 4a). Aunque el país estaba sometido a un bloqueo comercial internacional por su política de “apatheid”, y la exportación de lingotes de metal estaba prohibida, las monedas escaparon durante un tiempo a esta restricción, y en 1980 el Krugerrand representaba el 90% del mercado mundial de monedas de oro.

            En 1979 el gobierno de Canadá emitió la segunda moneda bullion, en este caso denominada “hoja de arce” por ser éste el motivo del reverso de la moneda, mientras en el anverso figura el busto de la reina Isabel II  (Fig. 4b), y en la década de los 80 del pasado siglo se popularizó la emisión de monedas de oro de inversión con una onza de peso por parte de varios países, como China, que emitió monedas con la característica figura de un oso panda a partir de 1982 (Fig. 4c), la “Perth Mint” de Australia emitió entre 1986 y 1989 monedas de oro de una onza con el motivo de una pepita de oro, denominadas al principio “nugget” (Fig. 4d), pero desde esa última fecha, el motivo del reverso fue sustituido por un canguro, de forma que en la actualidad estas monedas reciben el nombre de “canguros” (Fig. 4d’). En las mismas fechas (1986) comenzaron a emitirse monedas de oro en Estados Unidos con la tradicional denominación de “águilas” (Fig. 4e).

En Europa el primer país que acuño estas monedas de oro de inversión fue Gran Bretaña, que emitió en 1987 monedas llamadas “britania” por la alegoría representada en ellas. Esta monedas con una onza de oro se acuñaron al principio con una ley de 22 kilates (Fig. 4f), que subió a 24 en el año 2013, cambiando de forma, aumentando su diámetro y disminuyendo el espesor (Fig. 4f’). El segundo país europeo que introdujo estos tipos monetarios fue Austria en 1989, con un motivo alusivo a los instrumentos musicales de la orquesta filarmónica de Viena, y por esta razón las monedas se denominan “filarmónicas” (Fig. 4g).

 

 

Figura 4.- Diferentes monedas bullion.

a: “Krugerrand” sudafricano de 1967; b: “hoja de arce” canadiense de 1979; c: “panda” chino de 1982; d: “pepita de oro” australiana de 1986; d’: “canguro” australiano de 1989-2014; e: “águila” americana de 1986; f y f’: “britania” inglesa de 1987 y 2013; g: “filarmónica” austríaca de 1989; h: “lince” español de 2021.

 

            Otros muchos países han emitido de forma más o menos ocasional monedas de bullion de una onza de oro (México, Nueva Zelanda, Polonia, Ucrania...)(1) y España se ha incorporado en el año 2021 con la emisión del “lince” de oro. En este caso se ha elegido la figura de un animal característico de nuestra fauna autóctona, el lince ibérico (Lynx pardinus), siguiendo la tendencia, ya recogida en las primeras emisiones griegas, donde se representaban los animales icónicos  de las antiguas polis (la foca de Focea, la lechuza de Atenas, el mejillón de Cumas, el cangrejo de Akragas, etc...), y también en las modernas monedas bullion de oro (el canguro australiano, el panda chino, el águila americana, el kiwi neozelandés...).

            De momento se ha autorizado la emisión de doce mil monedas de este “Spanish lynx” comercializadas por la FNMT -y cuyo precio oficial es el del valor del oro que contienen más un 10% de beneficio-, que tendrán que competir en el mercado internacional con las ya existentes. Con respecto a su precio (actual y futuro) dependerá de varios factores (en muchos casos impredecibles), ya que aparte de su ínfimo valor facial o nominal (el de 1,5 euros que figura en la moneda), habrá que tener en cuenta el valor del oro en el futuro (que como refugio del valor, tiene que competir en la actualidad con las monedas virtuales como el bitcoin), así como el valor numismático, determinado por la demanda del mercado coleccionista de estos tipos monetarios.

 

 

Notas:

(1) También se han emitido numerosos divisores de medias, cuartos y décimos de onza, y ocasionalmente tanto Australia como Canadá han llegado a fabricar monedas de 1 Kg de peso en oro puro, y en el caso de Canadá hasta gigantescas piezas de 100 Kg de oro, muy famosas desde que el 27 de marzo del 2017 una de ellas fue robada en un museo de Berlín.

Las monedas bullion también han sido ocasionalmente acuñadas en otros metales preciosos, que van desde la plata o platino hasta otros metales más exóticos como el rodio o el paladio.