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jueves, 2 de julio de 2020

"Monedas" para ahuyentar al diablo.

“Monedas” para ahuyentar al diablo. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 75(1283) (Abril, 2019): pp. 49-51.

 

Miguel Ibáñez Artica

 


 
            Son muchos los amuletos utilizados desde la más remota antigüedad en todos los lugares del Planeta para ahuyentar a los malos espíritus y demonios malignos que en todas las culturas –supuestamente-, acechan al hombre. En muchos casos se trata de productos naturales, unas veces de origen mineral como el cuarzo o la amatista, y otras de origen vegetal como el ajo, romero, la hierba de San Juan (Hypericum perforatum), el eneldo (Anethum graveolens), o el popular “eguzkilore” (Carlina acaulis) colocado en la puerta para impedir la entrada a brujas, demonios y otros espíritus tenebrosos (Figura 1a).


            En otros casos los amuletos son manufacturados y adoptan diversas formas como la “mano de Fátima” (Figura 1b), el “ojo turco” (Figura 1c) o los “llamadores de ángeles” (Figura 1d) que supuestamente sirven para protegerse del “mal de ojo”, maldiciones y otros tipos de encantamientos y hechizos.

 

Figura 1.- Amuletos para protegerse de los malos espíritus; a: “Eguzkilore”; b: “Mano de Fátima”; c: “Ojo turco” decorado con antiguas monedas de plata del Imperio Turcomano; d: “llamador de ángeles”.

 

Entre los objetos con aspecto de monedas encontramos uno, identificado como “mereau” o “jetón”, que presenta una característica cruz cantonada por las letras C, S, P y B, y con las letras CSSML en el brazo vertical y NDSMD en el horizontal, con la leyenda circular: V.R.S.N.S.M.V-S.M.Q.L.I.V.B. (Figura 2).

 

 

Figura 2.- Cruz de San Benito.

 

            Encontramos este singular objeto en muchos monetarios de museos y colecciones antiguas, entre las piezas calificadas genéricamente como “fichas” o “jetones”. En realidad se trata de un amuleto utilizado durante siglos como protección contra el diablo, y que lleva una característica cruz con letras en su interior, conocida como “la cruz de San Benito”.

 

            San Benito de Nursia (480-547 d.C.) fue un religioso cristiano, considerado como el fundador de la vida monástica en Occidente al crear la orden de los benedictinos, sin embargo su fama como protector de hechizos y brujerías se remonta al año 1647, cuando en la ciudad alemana de Natremberg (Baviera) fueron arrestadas varias personas acusadas de hechicería. En los interrogatorios declararon que nunca habían podido ejercer sus maleficios en la abadía de San Miguel de Metten, atribuyendo este hecho a la protección que la Cruz ejercía sobre el monasterio. Los magistrados de la ciudad consultaron a los benedictinos de la abadía, y observaron varias antiguas representaciones de cruces con misteriosas letras, pintadas en las paredes. Al investigar en la biblioteca del monasterio, se descubrió un antiguo manuscrito datado en 1415, en el que figuraba un dibujo de San Benito sosteniendo en su mano derecha un bastón rematado por una cruz con la leyenda “CRUX SACRA SIT M(ichi) LUX N(on) DRACO SIT MICHI DUX” (que la santa Cruz sea mi luz. Que el dragón (diablo) no sea mi jefe), y en la mano izquierda una cartela con las frases “VADE RETRO SATANA NUQ(uam) SUADE M(ichi) VANA. SUNT MALA QUE LI(b)AS IPSE VENERA BIBAS” (Aléjate, Satanás; no vengas a aconsejarme tus vanidades: la bebida que viertes es mala: bebe tú mismo tus venenos), lo cual permitió interpretar las misteriosas letras que aparecían sobre las cruces del monasterio.

 

Así pues nos encontramos con una invocación para alejar al demonio incorporada a una cruz cuyos brazos rematan en dos picos, y aunque probablemente este tipo de imagen ya fue utilizada como amuleto para alejar al diablo y a los malos espíritus desde comienzos del siglo quince --o incluso en una época anterior-, su popularidad y difusión se dio a partir de la segunda mitad del siglo XVII, atribuyéndosele las siguientes propiedades: destruir la brujería y todas las demás influencias diabólicas; dar protección a las personas tentadas, engañadas o atormentadas por espíritus malignos; obtener la conversión de los pecadores, especialmente cuando se encuentran en peligro de muerte; servir de armadura contra la tentación; destruir los efectos del veneno; asegurar un nacimiento oportuno y saludable para los niños; como protección contra las tormentas y relámpagos, y servir como remedio eficaz para dolencias corporales y medio de protección contra las enfermedades contagiosas.


            Existen dos tipos principales de medallas o “mereaux” de San Benito, que podemos datar entre los siglos XVII y XIX, el primero  presenta en el anverso la imagen del santo con un crucifijo y la leyenda “S.BENEDICTVS” y en el reverso la cruz con las leyendas indicadas anteriormente, y las iniciales IHS en la parte superior de la leyenda circular (Figura 3).

 

Figura 3.- Antiguo “Mereau” o medalla de San Benito con la imagen del santo. Al fondo una pintura donde se representa la captura de un demonio.

 

Un segundo tipo más frecuente, presenta las iniciales IHS y la mencionada leyenda circular en el anverso, mientras en la otra cara aparece la cruz de San Benito cantonada con las iniciales C/S/P/B (CRUX SANCTI PATRIS BENEDICTI, es decir “la cruz del Santo Padre Benito”) (Figura 4). Si bien estos objetos en un principio llevaban una pequeña anilla en su parte superior con el objetivo de ser utilizados como medallas colgadas al cuello, en muchos casos la anilla ha sido eliminada con la finalidad de portar la medalla más cómodamente en el bolsillo o entre la ropa como medida de protección. Por este motivo, su aspecto y tamaño hacen que pueda confundirse fácilmente con una moneda o con un jetón.


 

Figura 4.- “Mereau” o medalla de San Benito con las letras “IHS” (Museo de Navarra nº 5957). Al fondo una pintura donde se representa al santo expulsando el demonio de un monje poseído.

 

            En marzo de 1742, el Papa Benedicto XIV, aprobó oficialmente el uso de esta medalla, que había sido previamente calificada por algunas personas como una superstición. En numerosos ámbitos religiosos esta medalla es considerada como el talismán más poderoso para alejar al diablo, y en la actualidad se comercializan fabricadas tanto en metales bajos (aleaciones), como preciosos (oro y plata), y mantienen la típica cruz con sus leyendas en el reverso, mientras en el anverso aparece la figura de San Benito de pie. Este es el actual modelo de la medalla, oficializado en 1880 con motivo de los 1400 años del nacimiento del santo. Otra variante es el crucifijo que incorpora la medalla de San Benito (Figura 5).

 

En ocasiones pudieron utilizarte también algunas monedas como talismanes, este podría ser el caso de los peniques escoceses del s. XV que aparecen con frecuencia en enterramientos en Navarra y País Vasco (Oyarzun: 76 ejemplares, Guetaria: 26 ejs.; Tudela: 7 ejs.; Lasarte: 6 ejs.; Lezo: 4 ejs. y Ujué con un número indeterminado). En estas monedas también figura la imagen de la cruz y la leyenda: "Crux pellit omne crimen”, un himno del poeta calagurritano Prudencio (Cathemerinon, libro IV) cuyo significado es: la Cruz ahuyenta todos los males” texto que encaja muy bien con la finalidad que se dio a estas monedas al usarlas en los ritos funerarios(1).

 


 

Figura 5.- Versiones modernas de la medalla y cruz de San Benito.

 

 

(1) Peniques escoceses del siglo XV en los ritos funerarios hispanos. Eco Filatélico y Numismático 56(1076) (Junio 2000): p. 48. http://numisarchives.blogspot.com.es/2015/04/peniques-escoceses-del-siglo-xv-en-los.html

 

 

 

Bibliografía:

 

Abadía de Silos. Significado e historia de la Medalla de San Benito.

 http://www.abadiadesilos.es/medalla.htm

 

Guéranger, D. P., 1890, Essai sur l’origine, la signification et les privilèges de la médaille ou croix de Saint Beniot. París. 151 pp.