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lunes, 1 de julio de 2019

Atunes representados en las antiguas monedas griegas, fenicias, ibéricas y romanas.


Atunes representados en las antiguas monedas griegas, fenicias, ibéricas y romanas. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 74(1275) (Julio-Agosto 2018): pp. 50-52.

Miguel Ibáñez Artica

Los peces denominados genéricamente “atunes”, pertenecen a la familia de los Escómbridos que incluye 15 géneros y 55 especies diferentes. Se trata animales pelágicos muy veloces que generalmente realizan largas migraciones, y su tamaño oscila desde las pequeñas caballas (Scomber scombrus y S. japonicus) que no llegan al medio metro,  hasta el imponente atún rojo (Thunnus thynnus) que alcanza a medir hasta tres metros de longitud con un peso de 700 kilos. Su denominación científica deriva del verbo griego “thuno” que significa moverse con rapidez.

Aunque han sido varias las especies marinas capturadas por el hombre desde tiempos antiguos, la más espectacular de todas ha sido indiscutiblemente el atún rojo o cimarrón, cuya pesca fue practicada por los antiguos griegos, fenicios y romanos en aguas del Mediterráneo, mares Negro y Caspio, así como en el Atlántico, en aguas cercanas al estrecho de Gibraltar (Figura 1).


Figura 1.- Principales cecas que emitieron monedas donde aparecen representados atunes. Cicico, en el Mar de Mármara, y las colonias fenicias del sur de la Península Ibérica, Gades y Sexi (Cádiz y Almuñecar respectivamente). Las flechas en rojo indican las migraciones superficiales de los atunes.

La importancia de esta pesquería para algunas poblaciones en la Edad Antigua queda reflejada en sus monedas, donde este pez aparece representado como atributo o emblema de la ciudad.

Las monedas más antiguas que presentan la figura del atún son las acuñadas en Cicico (Figura 2), ciudad griega situada en una pequeña península al sur del mar de Mármara, en la conexión entre las aguas de los mares Egeo y Negro. Por esta zona viajaban los bancos de atunes en sus migraciones estacionales y eran capturados por los habitantes de la región, tal como narra el escritor romano Claudio Eliano en la obra “Sobre la naturaleza de los animales”: “(los atunes) pasan al Ponto Euxino (Mar Negro) teniendo a su costado derecho la tierra.... Pues bien, los que habitan todo este territorio conocen muy bien la llegada de los atunes... Cada barca tiene a cada costado seis remeros jóvenes, buenos conocedores de su oficio. Las redes son grandísimas, no demasiado ligeras, ni sostenidas con corchos, sino más bien lastradas con plomo. Estos peces penetran en tropel en ellas.”

Pero los atunes no solo se capturaban con redes, el mismo autor informa: “Así, cuando queda clavado en el anzuelo, se sumerge hasta el fondo y empuja y se precipita contra el suelo, golpeando su boca con intención de expulsar el estorbo” (Figura 3).


Figura 2.- Anversos de monedas de oro y electro de Cicico (Misia, Asia Menor), siglos VI-V a.C.


Figura 3.- Monedas de las colonias fenicias del sur de la Península Ibérica y grandes anzuelos de bronce para la captura de grandes peces.

Aunque en la actualidad, y debido a la sobrepesca, el atún se ha extinguido en esta región (ya no existe en los mares Negro y Caspio), durante la época clásica era un importante recurso económico en la zona.

Es pues la ciudad griega de Cicico (en la actual Turquía) durante los siglos VI y V antes de nuestra Era, la primera que representó la figura del atún en sus monedas. Se trata de pequeñas piezas de oro, electro (aleación de oro y plata) y plata, acuñadas masivamente y con muchísimos motivos diferentes: dioses y héroes como Apolo, Afrodita, Atenea, Helios, Poseidón, Dionisio, Sileno, Nike, Triptólemo, Perseo, Hércules, Orestes, Atis, Cabiros y sátiros; guerreros hoplitas; monstruos mitológicos, como el cancerbero, la medusa Gorgona, centauros, tritones, quimeras, pegasos, grifos, toros androcéfalos, esfinges y arpías; animales terrestres y marinos como leones, panteras, bueyes, cerdos, carneros, águilas, gallos, lechuzas, abejas, delfines, cangrejos, peces aguja; objetos inanimados como cítaras o proas de naves, etc.  

En estas monedas, además de la figura principal, aparece en el anverso un atún en posición horizontal o vertical que simboliza la ciudad emisora Cicico. En muchos divisores de 1/6 de estátera, la figura principal sujeta con su mano la cola del atún (Figuras 4b y c) y  en las monedas más pequeñas de 1/24 o 1/48 de estátera, por falta de espacio, se representa tan solo la cabeza del atún (Figura 4d)*.


Figura 4.- Anversos de monedas de Cicico; a: estáteras; b: 1/6 de estátera; c: 1/12 de estátera; d: 1/24 de estátera; d: óbolo de plata de finales del s. VI a.C..

La segunda zona donde aparecen representados los atunes en las monedas es en las factorías fenicias del sur de la Península Ibérica Gades (Cádiz, Figura 5a), Sexi (Almuñecar en Granada, Figura 5b), Abdera (Adra en Almería, Figura 5c), Asido (Medina Sidonia en Cádiz, Figura 5d) y Ketovion (Setúbal, Portugal, Figura 5e), así como en algunas poblaciones gaditanas como Aipora (cerca de Sanlúcar de Barrameda en Cádiz), Bailo (la romana Baelo Claudia entre Gades y Carteia), o sevillanas como Caura (Coria del Río, Figura 5f), Cunbaria (entre Cabezas de San Juan y Los Palacios, Figura 5g). También aparecen atunes en las monedas lusitanas de Baesuri (Castro Marin), Balsa (cerca de Tavira, Figura 5h), Brutobriga (entre Santarem y Abrantes, Figura 5i), Murtilis (Mertola, Figura 5j) y Osonuba (Estoy, Faro, Figura 5k).


Figura 5.- Colonias fenicias y poblaciones celtibéricas y lusitanas en cuyas monedas se representa la figura del atún.

El geógrafo e historiador griego Estabón escribía sobre los atunes que se capturaban en la Turdetania: “Muchos atunes que del Mar Exterior llegan a estas costas son gordos y grasosos. Nútrense de las bellotas de cierta encina que crece en el mar muy rastrera, y que produce frutos en verdad abundantes. Esta encina se da también profusamente en el interior de Iberia.....después de la marea alta, así la costa de la parte interior como de la exterior de las Columnas, queda cubierta de las que arroja la pleamar..... Son estos peces (los atunes) una especie de cerdos de mar....”

Esta leyenda errónea sobre la alimentación de los atunes, surge de la comparación de la carne del atún (animal homeotermo o de sangre caliente, característica de los mamíferos y aves, pero excepcional en los peces que son animales de “sangre fría”), así como del color rojizo de su carne -más parecida a la de un animal terrestre-, con la del cerdo. Si los cerdos se alimentan de bellotas, los atunes, equivalentes a “cerdos marinos”, también.


Figura 6.- Autores clásicos.

            A pesar de estos errores, como el considerar que los atunes se alimentan de bellotas marinas, o que según Aristóteles ven solo por el ojo izquierdo, los autores clásicos (Aristóteles, Eliano, Opiano, Ateneo, Estrabón...) reflejan y describen las pesquerías de esta especie que se realizaba tanto en el Mar Negro como en las aguas del sur de la Península Ibérica, cerca de las Columnas de Hércules, observaciones que concuerdan con las representaciones de  atunes que encontramos en las monedas de esta zona.

En cualquier caso las monedas reflejan más fielmente las verdaderas costumbres de los atunes que los antiguos textos, así podemos ver en una estátera de Cicico, acuñada en la primera mitad del siglo VI a.C., es decir dos siglos antes de los escritos de Aristóteles, donde se aprecia claramente como un atún devora un pez aguja (Figura 4a, ejemplar de la derecha), ratificando su papel como depredador, en contra de las leyendas repetidas por los autores clásicos de que este animal se alimentaba de bellotas que crecían en el fondo del mar.

*Figuras de estas monedas: http://www.asiaminorcoins.com/gallery/thumbnails.php?album=487&page=1




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