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miércoles, 1 de agosto de 2018

Una exposición permanente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.


Una exposición permanente en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 70(1232) (Septiembre 2014): pp. 50-51.

Miguel Ibáñez Artica.


            Tras seis largos años de obras, el Museo Arqueológico Nacional (MAN) abrió sus puertas el pasado mes de marzo (2014), resurgiendo completamente renovado cual mariposa que sale del letargo de la crisálida. La espera ha merecido la pena ya que se ha convertido en uno de los mejores y más didácticos museos de Arqueología del Planeta. Las más de 15.000 piezas seleccionadas y expuestas, se distribuyen en una docena de secciones, que van desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna.

            En la entreplanta, y a lo largo de un pasillo, se exhibe la exposición que bajo el título de “La moneda, algo más que dinero” donde se presentan no solo las monedas metálicas convencionales, sino también una amplia serie de objetos y elementos utilizados como “moneda tradicional” en todas las regiones del Globo (Fig. 1).


Figura 1.- Diferencias y similitudes entre “dinero” y “moneda”.

            En una de las vitrinas se exponen conchas de cauri y algunos sofisticados objetos realizados con conchas marinas y utilizados como moneda incluso en la actualidad, como el “mwali” empleado en la ceremonia del “Kula” en la Melanesia (Fig. 2). Merece la pena destacar algunas valiosas piezas como la impresionante “moneda pluma” que se utilizaba en la Isla de Santa Cruz(1)  (Fig. 3), así como las constituidas por elementos naturales utilizados en en consumo humano (cacao, trigo, sal, -de donde deriva el término “salario”, etc…) (Fig. 4).

             

Figura 2.- Máscara africana de caurís y monedas-concha.


Figura 3.- “Moneda pluma” de la Isla de Santa Cruz y vitrinas de “premoneda”.


Figura 4.- Cacao usado en América precolonial; medio robo de trigo utilizado en Navarra como moneda, barra de sal de Etiopía (“amole”), piedra de Yap y collar africano.

A lo largo de varios paneles, y de forma didáctica, se exponen diferentes aspectos relacionados con las monedas, su proceso de fabricación, sus relaciones con el arte y el poder político, su utilización en el ámbito económico y social (“dinero de la novia” y “dinero de sangre”)(2), sus relaciones con los diferentes sistemas de pesos y medidas, los sistemas contables y la forma de realizar las operaciones aritméticas antes de la utilización del álgebra, etc… (Fig. 5). También se incluye un apartado sobre la utilización de la moneda en rituales funerarios como el conocido “óbolo de Caronte” y reproducciones de esculturas medievales que muestran el proceso de fabricación de la moneda (Fig. 6).  


Figura 5.-  El arte en la moneda, prensa de acuñación y propaganda política en la moneda.


Figura 6.- El “óbolo de Caronte”, monederos de piedra de Carrión de los Condes y tesoro de Gazteluberri.

            Además de esta amplia sección monográfica dedicada al dinero en todas sus formas, la moneda está presente en el resto de las salas. Merece la pena destacar por ejemplo el tesoro de  Gazteluberri, hallado en abril de 1960 en la localidad guipuzcoana que le da su nombre: dentro de un cencerro enterrado en la ladera de un monte, aparecieron 52 monedas de oro y plata acuñadas entre 1537 y 1556 que fueron ocultadas a finales del siglo XVI por algún ganadero o contrabandista de la zona(3) (Fig. 6). Finalmente no podemos dejar de mencionar que aquí podremos ver y disfrutar de las mejores y más valiosas piezas de la numismática española, desde la gran dobla de diez doblas de Pedro I de Castilla acuñada en Sevilla en 1360, las monedas de veinte y diez excelentes de los Reyes Católicos, y por supuesto, la pieza más espectacular, el “centén”  de 100 escudos de oro, con un diámetro de 7,5 cm. y un peso de 338 gramos. El ejemplar ahora expuesto, fue adquirido por el monarca Carlos III para su colección particular de monedas, y en 1842 se incorporó a la Biblioteca Nacional (precursora del actual Museo Arqueológico). Se da la circunstancia de que esta pieza, de la que solamente se emitieron siete ejemplares en la ceca de Segovia, es considerada como la moneda de oro más grande acuñada en Europa y la de más valor de las acuñadas en España a lo largo de toda su historia (Fig. 7).


Figura 7.- Las moneda de oro españolas de mayor tamaño.

Notas:




(3) Ver artículo: Navascues, J.M., 1967. El tesoro de Gazteluberri. Numario Hispanico 11: 93-114 + 8 láminas.









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