El tesoro
Ibero-Romano de Ablitas (Navarra). Artículo
publicado en: Eco Filatélico y Numismático 79
(1333) (Noviembre, 2023): pp. 45-47.
Miguel Ibáñez Artica
Hace aproximadamente un siglo, se produjo un importante
hallazgo de monedas de bronce ibero-romanas en la localidad de Ablitas, en el
sur de Navarra (Fig. 1). Se
desconocen las circunstancias concretas del descubrimiento, y desgraciadamente
las monedas se dispersaron antes de ser estudiadas. Por suerte, un centenar de
ellas fueron recogidas por la institución “Príncipe de Viana” de la Diputación
Foral de Navarra, y pudieron ser analizadas por el numismático Felipe Mateu y
Llopis quien las publicó en 1945.
Estas monedas se incorporaron al monetario del Museo de
Navarra cuando se creó dicha institución en 1956, pero al agruparse los fondos,
las monedas se incorporaron a las piezas ya existentes, clasificadas por cecas,
de forma que no se conservó la información sobre su origen, y en la actualidad
se encuentran mezcladas con otras monedas.
No es raro que, en los tesoros incorporados a las
colecciones de los museos en la primera mitad del pasado siglo, se haya perdido
la trazabilidad sobre la procedencia de las piezas. Esto ocurre también con las
monedas de Sancho VI encontradas al construir los cuarteles en Estella en 1906,
o con el tesoro de la calle de la Merced en Pamplona hallado en 1940, piezas
que se integraron en las colecciones del Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Figura 1.- Conjunto de monedas
ibero-romanas del tesoro de Ablitas.
Los
datos aportados por Mateu y Llopis sobre las cecas del centenar de monedas recuperadas
son los siguientes:
Celsa (Velilla del Ebro, Zaragoza)
2 Bilingües de
Kesle
27 Provinciales
romanas
2 Colonia Lepida
26 Caesaraugusta (Zaragoza)
Bilbilis (cerro Bámbola, Calatayud).
3 Ibéricas de Bilbilis con jinete lancero
Provinciales romanas
5
Con jinete lancero en reverso
14
Con láurea
17 Calagurris (Calahorra, La Rioja)
2 Osca (Huesca)
2 Turiaso (Tarazona, Zaragoza)
4 Fustras irreconocibles
La revisión más completa de este conjunto monetario es la
realizada en la tesis doctoral de Tomás Hurtado (2013: pp. 149-152), según el
cual, las monedas identificables más tardías de este conjunto se
corresponderían con las dos emitidas a nombre de Augusto en Turiasu, y que al llevar la titulación
de “Pater
Patriae” podrían datarse a partir del año 2 a.C., de forma que la
ocultación se habrá producido en tiempos de dicho emperador, entre el cambio de
era y el comienzo del reinado de Tiberio en el año 14 d.C..
Como
ocurre con el tesoro de denarios ibéricos de Tarazona, hallado en 1828 y
reconstruido por Isabel Rodríguez a partir de la documentación conservada en la
Real Academia de la Historia, donde de 183 denarios ibéricos, tan solo el 22%
corresponden con emisiones del lugar donde se produjo el hallazgo, mientras que
las restantes pertenecen a lugares más distantes como Sekobirikes, Arsaos,
Arekorata y Baskunes, también en el caso de Ablitas, las monedas de los lugares
más próximos como Turiasu o Calagurris, están peor representadas que las que
pertenecen a cecas más distantes como Caesaraugusta o Bilbilis (Fig. 2).
Figura 2.- Procedencias de las
monedas del tesoro de Ablitas.
Este
“tesoro” presenta dos singularidades que lo hacen muy especial, en primer lugar
que contenga monedas de bronce, cuando lo habitual en los atesoramientos de la
época, es que se acumulen denarios de plata de mayor valor. Si por ahora nos
resulta imposible determinar la composición del hallazgo (del que las monedas
conocidas solo constituyen una parte, ignoramos si grande o pequeña), tampoco
podemos establecer las posibles causas de dicho ocultamiento. La segunda
singularidad es que se trata de un conjunto mixto de monedas ibéricas e
ibero-romanas, es decir correspondiente a una época de transición, donde las
monedas ibéricas, que probablemente dejaron de acuñarse tras la batalla de
Munda en marzo del año 45 a.C.,
circulaban de forma residual, mezcladas con las emisiones recientes de las
cecas ibero-romanas asentadas en el Valle del Ebro.
Cuando
preparamos la exposición “La moneda en Navarra”, que tuvo lugar el año 2001 en
Pamplona, intentamos identificar las piezas procedentes del tesoro de Ablitas
en base a las fotografías que ilustran el citado artículo de Mateu y Llopis,
llegando a la conclusión de que una gran parte de los ejemplares estaban rotos
y presentaban graves problemas de conservación, por lo que optamos por
“reconstruir” el tesoro con las monedas mejor conservadas de los tipos y cecas
indicados, existentes en el monetario del Museo (Fig. 3).
Fig. 3.- Reconstrucción “hipotética”
del tesoro de Ablitas.
En algunas de las piezas pertenecientes al tesoro
podemos observar una fractura biselada,
faltando un trozo del cospel (Figuras 4c,
d, g, h, i), mientras en otros casos llevan adheridas fragmentos de otras
monedas (Figura 4e). Esto nos lleva a
pensar que originalmente las monedas formaban un bloque concrecionado, del que
se extrajeron las piezas mecánicamente, “arrancándolas” del mismo, lo que
provocó su fractura.
Hay que considerar que el hallazgo tuvo lugar hace un
siglo, y que si se hubiera producido en la actualidad, mediante técnicas
físico-químicas (electrolisis) hubiera sido posible recuperar las monedas con
muchos menos daños.
En cualquier caso, y para la época en la que se produjo
el hallazgo, es una gran suerte que al menos haya trascendido una información,
que aunque parcial, resulta de un extraordinario interés.
Figura 4.- Selección de
monedas procedentes del tesoro de Ablitas: a-b: Bilbilis; c: Celsa; d-h:
Caesaraugusta; i: Calagurris.
Bibliografía:
Hurtado, T., 2013. Las emisiones monetarias de la Colonia
Victrix Iulia Lepida-Celsa. Tesis Doctoral, Universidad de Valencia, 734
pp. + 145 láms.
Mateu y Llópis, F., 1945. El
hallazgo ibero-romano de Ablitas (Tudela-Navarra). Príncipe de Viana 6(21): pp. 694-699.
Rodríguez, I., 2006. Noticia de
un tesorillo de denarios celtibéricos descubierto en Tarazona de Aragón
(Zaragoza) en 1828. Numisma 56(250):
pp. 279-294.