Los Jetones de
Nuremberg Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 75(1290)
(Diciembre, 2019): pp. 43-46.
Miguel Ibáñez Artica
Bajo la denominación genérica de “jetones” o “tokens”,
se agrupan una gran variedad de objetos monetiformes con funciones muy
diversas, que incluyen desde las fichas de teléfono y casinos de juego, hasta
las monedas de necesidad emitidas por las administraciones locales en tiempos
de crisis, o las monedas de uso interno en haciendas o cooperativas. Entre
estos objetos encontramos unos que presentan una finalidad contable, son (eran)
utilizados sobre una mesa (Fig. 1),
para realizar las cuentas aritméticas antes de popularizarse en matemáticas los
números arábigos. A comienzos del siglo XVI, en tiempos del emperador Carlos V,
estos objetos fueron introducidos en España desde los Países Bajos,
castellanizando su nombre francés en el término “gitón”.
La
necesidad de contar y realizar operaciones matemáticas sencillas surgió en
época muy temprana, y las primeras herramientas fabricadas por el hombre con la
finalidad de facilitar las operaciones contables, aparecieron hace diez mil
años, en la antigua civilización Sumeria(1). Estos primitivos
“jetones” eran pequeñas figuras de arcilla con formas variadas (cónicas,
cilíndricas, esferas o discos planos), que servían exclusivamente para
contabilizar los bienes acumulados en palacios y templos, siendo su uso un
instrumento de poder de la élite que controlaba los tesoros reales. El empleo
de pequeñas fichas fabricadas con diversos materiales (madera, arcilla, vidrio,
cerámica, concha…) para realizar operaciones aritméticas sencillas, se mantuvo
durante la época clásica a través de los “pessoi” griegos y los “calculi”
romanos. Estos últimos eran pequeñas piedras redondeadas, utilizadas en las
operaciones contables (de aquí deriva el término utilizado en matemáticas de
“cálculo”). Durante la Edad Media se emplearon las mismas monedas como fichas o
jetones contables, e incluso monedas falsas confiscadas. Simultáneamente
comenzaron a usarse pequeñas piezas de plomo, que terminaron acuñándose en
materiales más resistentes como cobre o latón utilizadas tal como se indica en
la Figura 1.
Figura
1.- Operaciones con jetones: se colocan los jetones o contadores sobre unas líneas
horizontales, la inferior contiene las unidades, la segunda las decenas, la
tercera las centenas y la superior los millares. Entre estas líneas se sitúan
el 5, el 50 y el 500, de forma que por ejemplo la cifra “1864” estaría representada por un jetón en la línea de los millares
(1000), 800 estaría representado por un jetón en la línea de 500 y tres en
las centenas, 60 lo estaría por un
jetón en la línea de 50 y otro en la de las decenas, y finalmente 4 quedaría como cuatro jetones en la
línea inferior de las unidades. Si queremos hacer la suma MDCCCLXIV (1864) +
CMLXXXVII (987), colocamos ambas cantidades sobre el tablero de la forma indicada
y los juntamos, de forma que cada 5 jetones de la línea inferior se juntan y se
llevan a la superior, cada dos de esta última línea se juntan y colocan
superpuestos en la línea de las decenas, y así sucesivamente hacia arriba de
forma que finalmente obtenemos la imagen de la derecha con dos jetones en la
línea superior, uno en la que marca 500, tres en las centenas, uno en la línea
de 50 y otro en las unidades, es decir MMDCCCLI (2851) que resulta la cifra
obtenida al sumar los dos números indicados.
Posiblemente
los primeros jetones fueron utilizados por los comerciantes y banqueros
italianos (denominados “lombardos”) y desde finales del s. XIII fueron copiados
en Francia e Inglaterra introduciendo leyendas, en su mayoría de contenido
religioso, y en el siglo XIV Francia se convirtió en la principal productora de
estos instrumentos contables. A finales del s. XV comienzan a producirse en la
ciudad alemana de Nuremberg, la avanzada tecnología de laminación de planchas
de latón de donde se recortaban los cospeles redondos para su posterior
acuñación permitió una producción masiva y un abaratamiento de costes, de forma
que a mediados del s. XVI los jetones de Nuremberg habían conseguido el
monopolio en su fabricación que continuó durante más de tres siglos(2)
(Fig. 2).
Figura 2.- Jetones de Nuremberg de diferentes épocas.
Dentro
de los denominados “jetones de Nuremberg” o “de estilo de Nuremberg”,
encontramos básicamente dos familias principales, por una parte los denominados
“rechen pfennig”, que son los utilizados para realizar operaciones de cálculo,
comienzan a fabricarse en forma masiva para la exportación a finales del siglo
XV, con un máximo de producción hacia 1580,
reduciéndose su uso a partir de 1625, cuando se impone progresivamente
el empleo del álgebra que simplifica las operaciones matemáticas. La produción
de Nuremberg se dirige entonces hacia un segundo tipo de aspecto muy siilar,
los “spiel marken” o fichas de juego, que se fabricarán hasta 1920 con un
máximo de piezas emitidas hacia 1880.
Además
de estas dos familias podemos definir los “jetones de muestra” de estilo
francés que comienzan a fabricarse hacia 1680 y duran hasta 1720, y por último
los “jetones miniatura”, de unos 13 milímetros de diámetro, fabricados antes de
la Segunda Guerra Mundial y exportados a toda Europa y Norteamérica como
“recuerdos”, fichas de juego y monedas para juegos infantiles, en ocasiones
usados como “confeti” en fiestas y celebraciones.
En este artículo nos ocuparemos solamente de los “rechen pfennig” utilizados para el cálculo y que podemos asimilar a los “jetones”, de los que se produjeron miles de tipos diferentes y millones de ejemplares que actualmente aparecen por toda Europa, especialmente en Francia e Inglaterra(3).
Figura
3.- Jetones que presentan un
globo terráqueo superado por una cruz. a: Tipo de “rosa y globo”, el primer ejemplar de finales
del s. XV con leyenda ficticia, el segundo de Hans Klauwinckel II (1586-1635) y
leyenda “GOTES GABEN SOL MAN LOB” (Uno debe alabar los dones de Dios); b:
Tipo del “león de San Marcos”, el primer ejemplar de finales del s. XV con
leyenda ficticia, el segundo de Hans Klauwinckel I (1562-1586); c:
Tipo de “lises y globo” finales del s. XV con leyenda ficticia; d:
Tipo “Mercurio y globo” de Hans Klauwinckel II (1586-1535) y leyenda “GOTES SEGEN MACHT REICH” (La bendición de Dios trae riquezas).
Abordaremos
en primer lugar un grupo de jetones muy numeroso compuesto por los denominados
“jetones de la rosa y el globo” (Fig. 3a)
que presentan en su anverso tres lises alternando con otras tres coronas
rodeando una flor de cinco pétalos, y en el reverso un globo terráqueo encima
del cual figura una cruz, todo ello rodeado de una orla trilobulada. También
presentan este tipo de reverso los jetones “del león de San Marcos” (Fig. 3b), algunos que llevan el escudo
de Francia (Fig. 3c) y los que llevan
en el anverso el busto del dios mitológico Mercurio (Fig. 3d).
Otro grupo también numeroso es el de los jetones que presentan en una cara el escudo con cuatro lises en losange (rombo) y en la otra una rudimentaria nave de aspecto medieval (Fig. 4e y f) existiendo también otro tipo con el mismo reverso, pero con el escudo de Francia tradicional de tres lises en el anverso (Fig. 4g).
Figura
4.- Jetones que presentan la
figura de una nave: e: Tipo de “lises en losange y nave”, el primer ejemplar
con la leyenda “VIVE LE BON ROY DE FRANCE” de comienzos del s. XVI y el segundo
de Hans Schultes (s. XVI) y leyenda “SCHIF
PFENING NVRENBERG” (penique de la nave, Nuremberg); f: mismo tipo de Hans
Klauwinckel (1562-1586); g: Tipo de “lises y nave” de Hans Lauffer (1611-1632).
Por
último señalaremos algunos tipos menos frecuentes de entre los centenares de
motivos (mitológicos, bíblicos...) existentes. Uno de los jetones más curiosos
de es el que presenta en el anverso, la figura de un contable (según algunas
interpretaciones un maestro de escuela) que realiza las operaciones con jetones
en una mesa, mientras que en la otra cara figura el alfabeto (Fig. 5h). Otro jetón singular es el que
presenta un dragón de siete cabezas sobre el que va sentada una mujer y la
leyenda “MERITRIX BA” (meretriz de Babilonia) haciendo una referencia al
capítulo 17 del Apocalipsis(4) (Fig.
5i y 6), y finalmente otro donde
se hace alusión a la muerte, en la línea de las populares “danzas macabras”
(5) (Fig. 5j).
Figura
5.- Jetones del “alfabeto” y
otros tipos. h1-3: Jetones
que muestran al personaje contando con jetones en una mesa sin leyenda en una
cara, y el alfabeto en la otra, el primer ejemplar presenta fecha de acuñacion
1553. Podemos datar estas piezas en la segunda mitad del s. XVI; h4:
Jetón del mismo tipo de Hans Krauwinckel con leyenda “FLEISIGE
RECHNUMG MACHT RICHTIKEIT” (la contabilidad diligente hace la exacitud); i: Jetón bíblico del Apocalipsis de Hans Krauwinckel II
(1586-1635); j: Jetón del tipo “la muerte y la reina” de Hans Krauwinckel II
(1586-1635).
También a finales del siglo XVIII se acuñaron jetones con motivos religiosos para ser utilizados como medallas. Un tipo muy poco conocido presenta la figura de San Ignacio de Loyola blandiendo una espada enfrentándose a un dragón, y con la palabra “IETTON” en el exergo (Fig. 6). Se da la circunstancia de que en esos momentos, la Compañía de Jesús, fundada por el santo pasaba por unos momentos críticos, habiendo sido expulsada de casi todos los países europeos y colonias americanas (la situación de esta época queda bien reflejada en el argumento de la película “La Misión”).
Figura
6.- Jetones/medallas de San
Ignacio de Loyola.
Encontramos tres variantes de este jetón de Nuremberg: en el primero, procedente de Alemania, figura en la otra cara el rostro frontal de la Virgen María (Fig. 6a). Un segundo tipo, hallado en Polonia (Fig. 6b) presenta el rostro de la Virgen en visión lateral, y por último en un tercer tipo (Fig.6c), en este caso procedente de Italia, aparece la imagen del santo veneciano Jerónimo Emiliani, contemporáneo de San Ignacio de Loyola.
En 1594 la Asamblea Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico dictó un decreto que eliminó el derecho de los gremios de fabricantes de jetones de Nuremberg a establecer libremente los motivos de las piezas, que a partir de dicho momento necesitaban la supervisión y aprobación imperial. Esto era debido a que los jetones podían ser unos importantes elementos de propaganda política (tal como ocurrió en los Países Bajos en el s. XVII) y también a que podían utilizarse motivos similares a los que figuraban en las monedas, con el riesgo de que fueran utilizados fraudulentamente como monedas. A partir de este momento en los jetones debía figurar el nombre del responsable de la emisión. Gracias a este hecho, podemos datar muchos de estos jetones, al conocer las fechas en que estos maestros fabricantes estuvieron activos.
Figura
7.- Grabado ruso de la Bestia del
Apocalipsis del s. XIX inspirado en un jetón de Nuremberg del s. XVI-XVII.
Notas:
(1) Los primeros “tokens” y el origen de la
escritura. (Febrero, 2006) Eco Filatélico y Numismático 62(1138): pp.
52-53. (http://www.numisarchives.blogspot.com.es/2015/12/los-primeros-tokens-y-el-origen-de-la.html)
(2) Entre finales del s.XV y comienzos del XVI Nuremberg
exportaba no solo jetones, sino también importantes cantidades de latón, con el
que, por ejemplo, se fabricaban las “manillas” destinadas al conercio de
esclavos en África.
(3) Existen pocos datos documentados de hallazgos de
jetones en prospecciones arqueológicas controladas en la Península Ibérica: en
las excavaciones de la Iglesia de San Salvador de Guetaria (Guipúzcoa)
aparecieron entre otros 5 ejemplares tardomedievales de Nuremberg, y un jetón
del tipo del “globo y la rosa” de Nuremberg en las excavaciones de la catedral
de Tudela (Navarra). Podemos ver que los datos registrados se circunscriben por
el momento al País Vasco y Navarra, pero es previsible que irán surgiendo
nuevos hallazgos de estos objetos, considerados hasta tiempos muy recientes
como “piezas sin valor”. La presencia de estos jetones, que aparecen entre las
monedas halladas en los enterramientos, nos hace suponer que estas piezas
fueron utilizadas como monedas de poco valor en épocas de penuria monetaria
(como ocurrió en los siglos XV y XVI).
(4) La ramera de Babilonia es
uno de los personajes que aparecen en el libro bíblico del Apocalipsis. Se
asocia con el Anticristo y la Bestia del Apocalipsis y aparece en el
Apocalipsis 17:1-2: Entonces vino uno de los siete Ángeles que llevaban
las siete copas y me habló: “Ven, que te voy a mostrar el juicio de la
célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas, con ella fornicaron los
reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de
su prostitución”. (Fig. 7).
(5) Las “danzas macabras” o “danzas de la muerte” constituyen
un género artístico tardo-medieval cuyo tema es la universalidad de la muerte,
que representada por un esqueleto, llama a personas de diferentes rangos
sociales, desde el emperador o el papa al humilde campesino, para bailar en
torno a una sepultura, recordándoles lo efímero de los gozos terrenales que finalizan al morir.
Más información en: “Representaciones
de la muerte en objetos monetiformes”. Eco Filatélico y Numismático 61(1135)
(Noviembre 2005): pp. 52-53. (http://numisarchives.blogspot.com.es/2017/11/representaciones-de-la-muerte-en.html)
Bibliografía:
Fauver, L.B., 2002: “Nuremberg and Nuremberg style jetons”Oak
Grove Publ., Menio Park, CA (USA): 299 pp.
Mitchiner, M. 1988. Jetons, Medalets & Tokens. The Medieval period and Nuremberg.
Vol. I. Seaby Ed. London: 704 pp.