El español en
monedas y jetones. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 72(1253)
(Julio/Agosto 2016): pp. 45-47.
Miguel
Ibáñez Artica.
Desde el
siglo primero antes de nuestra Era, cuando tras la batalla de Munda el 45 a.C.,
la escritura en caracteres “ibéricos” comenzó a abandonarse para desaparecer en
tiempos de Augusto, los textos que figuran de las monedas hispanas fueron
redactados en latín durante las Edades Media y Moderna (con la excepción del
período de ocupación musulmana en el que se utilizó el árabe) hasta comienzos
del siglo diecinueve.
En Barcelona, durante la ocupación francesa, se
produjeron diferentes emisiones con la leyenda en castellano (monedas de plata
de 5, 2,5 y una peseta, y de cobre de 4, 2, 1 y ½ cuarto) emitidas a nombre de
José Napoleón entre 1808 y 1814 (Figura
1a), y poco después, en 1822 y 1823 a nombre de Fernando VII con las
leyendas: “FERNANDO 7 POR LA GRACIA DE DIOS Y LA CONSTITUCION”, y “REY DE LAS
ESPAÑAS”” (Figura 1b).
Figura 1.- Monedas con leyendas en español, acuñadas en Barcelona a
nombre de José Bonaparte y Fernando VII.
Aunque estas
monedas suelen figurar como las primeras que presentan la leyenda escrita en
español, las emisiones más antiguas en castellano se remontan al siglo XVI: son
las piezas de vellón de dos cuartos, acuñadas en las cecas de Burgos,
Valladolid y La Coruña entre 1566 y 1598.
Se trata de unas modestas moneditas,
relativamente comunes y que suelen estar muy recortadas, con lo que las
leyendas no suelen estar completas (Figura
2). En el anverso rodeando al castillo, podemos leer: “+ DON º PHILIPPE º”,
mientras en el reverso, circundando la figura del león, aparece el texto: “+
REI º DE º HESPANA º”. Estas piezas, las primeras monedas españolas que
presentan sus textos escritos en castellano, convivieron con otras similares,
pero con leyendas escritas en latín, acuñadas con el mismo valor de dos cuarto
en las cecas de Cuenca, Granada, Segovia y Toledo.
Figura 2: Las primera monedas con leyendas en español en tiempos de
Felipe II.
Este intento
de “popularizar” la moneda, utilizando el castellano en vez de la tradicional
lengua culta itálica, no llegó a cuajar y no tuvo continuidad, así que durante
los siguientes reinados hasta comienzos del siglo XIX, las leyendas monetarias
siguieron redactándose en latín.
La
“normalización” del uso del castellano, vino como consecuencia de la entrada de
España en el “Nuevo Régimen”, lo mismo que previamente había ocurrido en
Francia a partir de la Revolución Francesa, donde a partir de los decretos del
9 de abril de 1791 y 6 de febrero de 1793 los textos de las monedas en latín
fueron definitivamente sustituidos por el francés. Sin embargo, tal como hemos
visto que ocurrió en España, en Francia también existía un precedente, en este
caso de época medieval: la moneda de vellón con valor de medio carlín acuñada
en la villa de Aquila (reino de Nápoles) a nombre de Carlos VIII (1483-1498)
donde figuran las leyendas “CHARLES*ROI*DE*FRE” y “+CITE*DE*LEIGLE”
escritas excepcionalmente en francés (Duplessy, 1988, nº 623).
Los inicios
del uso del español en las monedas de forma generalizada(1), se dan
durante el denominado “Trienio Liberal”, entre 1820 y 1823, desapareciendo
completamente en el período siguiente denominado “Década Ominosa” (1823-1833),
para volver a reaparecer, esta vez de forma definitiva en el estado liberal
surgido durante el reinado de Isabel II (1833-1868). Las primeras monedas en
oro y plata con leyendas en castellano se corresponden con las emisiones de
piezas de 80 y 20 reales de la ceca de Madrid en 1834, mientras que las de
cobre comienzan un año más tarde en la ceca de Segovia (Figura 3).
Figura 3:
Primeras monedas de oro, plata y cobre, acuñadas con las leyendas en castellano
bajo el reinado de Isabel II.
Además de lo comentado hasta ahora
sobre el empleo de la lengua española en los epígrafes monetarios, hay que
mencionar un hecho muy poco conocido: su uso en el siglo XVI en los jetones
emitidos por los monarcas navarros (que gobernaban en la denominada “Navarra
Francesa” o “Baja Navarra”) (Figura 4).
Figura
4.- Jetones de la Navarra francesa en español.
En primer lugar encontramos dos
tipos de jetones de Antonio de Borbón, rey consorte de Navarra desde 1555 hasta
su muerte en el sitio de Rouen en 1561, donde aparece en el anverso la
enigmática leyenda “NO SON TALES MYS AMORES”. En este tipo, emitido en plata en
1555 y en cobre en 1560, figura en el anverso la referida leyenda en castellano
y un escudo coronado semipartido: a la izquierda, los escudos de Navarra y
Borbón, y a la derecha los de Navarra, Albret, Bearn, Armañac-Rodez, Evreux,
Aragón, Castilla y León, y Bigorre en el centro. Todo ello entre dos ramas de
rosal entrelazadas. En el reverso, la leyenda “AD CALCVLOS REVERTERE 1555 (o
1560)”y el escudo coronado cuartelado de
Navarra y Borbón, rodeado del collar de San Miguel (Figura 5). Esta última leyenda, que podemos traducir por “el
regreso al cálculo”, tal vez podría referirse a la intrusión que en esos
momentos hacía el álgebra como herramienta matemática, compitiendo con la
tradicional forma de llevar la contabilidad administrativa con ayuda de
jetones.
Un segundo tipo emitido en plata,
muestra el mismo anverso con la leyenda en castellano, y en el reverso: “EX
TOTO PARS EX VERO SIMILE” con un corazón en el centro rodeado de seis
crucecitas, todo ello dentro de un óvalo.
Figura
5.- Jetones de Antonio de Borbón
(1555 y 1560) con leyenda en español “NO SON TALES MYS AMORES”.
También la
reina Juana III de Navarra, esposa de Antonio de Borbón emitió un tipo en
plata, cobre y latón con la leyenda en castellano “HASTA LA MVERTE” en el
reverso. El anverso de esta emisión presenta el busto real con tocado de
viuda mirando a la derecha y la leyenda
“IEHANNE PAR LA G. D. DIEV RE D. NAVAR” y en el reverso una gran letra S
cruzada por una barra y la mencionada leyenda “HASTA LA MVERTE” (Figura 6).
Figura 6.-
Jetones de Juana de Albret con la leyenda en castellano: “HASTA LA MVERTE”.
En este caso, dado que el busto de la reina presenta el
característico tocado de viuda, estos jetones tuvieron que emitirse en la
década comprendida entre 1562 (muerte del rey) y 1572 (fallecimiento de la
reina Juana).
Resulta problemática la interpretación de las leyendas “NO
SON TALES MYS AMORES” y “HASTA LA MVERTE”. En el primer caso, habida cuenta de
que este tipo de jetones comienza a emitirse en 1555, fecha en la que Antonio
de Borbón es rey consorte de Navarra, en el mejor de los casos, podríamos hacer
una interpretación de esta divisa en el sentido de que Antonio, en una
declaración de modestia, no ambicionaba
los bienes terrenales, representados por este jetón que servía para llevar las
cuentas de ingresos y gastos de la casa real (la leyenda rodea el escudo de la
reina). Pero dadas las vicisitudes del momento, esta frase parece vaticinar lo
que acaecería pocos años más tarde cuando Antonio se pasa al bando católico,
mientras Juana sigue defendiendo tenazmente la causa protestante(2).
Más sencilla resulta la
interpretación de la segunda leyenda “HASTA LA MVERTE”, habida la firme
creencia de la reina Juana en el protestantismo, que abrazó en 1560, imponiendo
el calvinismo en todos sus dominios. En esos años proliferaban los
enfrentamientos entre católicos y hugonotes (denominación que se daba a los
calvinistas), y precisamente Antonio de Borbón, esposo de Juana, se había
pasado en 1561 al bando católico, falleciendo un año más tarde mientras sitiaba
a los protestantes en Rouen. Con esta divisa, escrita en castellano, la reina
reafirmaba sus convicciones religiosas de forma inequívoca “Hasta la muerte”.
Estos jetones emitidos en la Navarra
Francesa, parecen establecer un diálogo premonitorio entre Antonio y Juana. A
la afirmación del primero de “no son
tales mis amores”, leyenda que rodea el escudo de Juana de Albret, ésta,
tras el fallecimiento de su marido contesta con una reafirmación en su fe
protestante “hasta la muerte”. La
causa de que estas leyendas figuren excepcionalmente en castellano y no en
latín, como en el resto de las numerosas monedas y jetones emitidos en la
Navarra Francesa y Bearne, permanece siendo un misterio difícil de resolver.
Como curiosidad, y a pesar de que en
los primeros tiempos de la emancipación de los Estados Unidos de América se
utilizó el denominado “Spanish dollar” o Real de a 8 español como moneda
oficial(3), la primera vez que aparece un texto redactado en
castellano en una moneda de Estados Unidos, es en marzo del 2009, cuando se
emite la pieza de 25 centavos dedicada a Puerto Rico, en esta denominada
“peseta puertorriqueña” o “peseta boricua” aparece la frase en español “Isla del Encanto”.
Notas:
(1) Se produce una
excepción, con textos nuevamente redactados en latín, en algunas emisiones del
pretendiente Carlos VII (1868-1876).
(2) Más conocido que la presencia del castellano en los jetones
de la reina de Navarra, resulta su mecenazgo en la traducción del Nuevo
Testamento al euskera, la conocida “Biblia protestante de Leizarraga” (Iesus
Christ Gure Iaunaren Testamentu Berria). El ejemplar que estuvo en posesión de la Reina Juana fue adquirido
por 33 millones de las antiguas pesetas el 15 de marzo de 1995 por la Caja de
Ahorros de Navarra y depositado en la Biblioteca General de Navarra el año
2014.
(3) Ver
el artículo: Elorigen de las Columnas de Hércules en la moneda española. Eco Filatélico y Numismático
68(1204) (Febrero 2012): pp. 42-43.
Bueno en vista de las referencias también al francés, apunto que el catalán fue utilizado muy frecuentemente en la moneda local, ya en el siglo XIV en el caso de las pugeses: Agramunt, Alguer, Almenar, Arbeca, Bellpuig, Cardona, Castelló de Farfanya, Cubells, Eivissa, Fraga, Lleida, Meià, Organya, Pobla de Segur, Poboleda, Prades, Puigcerdà, Reus, Salas de Pallars, Sant Llorenç de Morunys, Solsona, Sort, Tarragona, Toló, Tremp, Vall d'Àneu o Vic son las cecas en donde eso de dio (si no me he dejado ninguna).
ResponderEliminarCierto que en la mayoría de casos se lee únicamente el topónimo simple no latinizado, pero en otros muchos aparecen unidades de información y formas más complejas: CIVTAT ALGVER, POBLA DE SEGUR, DE ARBECA, DE LA VILA DE SALAS, DE TARRAGONA, PUGESA DE LEIDA, DINER DE SORT, DINER DE LA VAL DE ANEV, S DE MEIA, CAP DE MARQUESAT, REVS ANY 1709. También emerge el catalán en los duros de Mallorca de 1821 en la expresión de valor 30 SOUS. Contemporáneamente encontramos las emisiones de coleccionista de los diners de Andorra y el uso de algún topónimo estatutario como Illes Balears en las emisiones de la FNMT.
Lo cierto es que no he sabido encontrar un caso más remoto en el uso de una lengua románica en la moneda.
Cierto, así como tampoco se han citado los jetones medievales navarros con leyendas "Diner de cont" o "Qvi bien getera buen compto trovara". También en otros países podemos encontrar casos similares en monedas locales o de necesidad y el artículo no pretende ser exhaustivo, sino que se centra en aspectos más generales. Se han incluido los jetones "franceses" (en realidad navarros) de los monarcas Juana III y Antonio de Borbón (padre del primer monarca de esta casa: Enrique III de Navarra, II del Bearne y IV de Francia) por su singularidad.
EliminarBueno, mi escusa era por los carlines de Aquila ;)
EliminarSaludos y muy buen artículo.