sábado, 1 de abril de 2017

Monedas populares o sociales: almudes, fanegas y jornales.

Monedas populares o sociales: almudes, fanegas y jornales. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 59(1105) (Febrero 2003): pp. 44-45.

Miguel Ibáñez Artica.

Además de la moneda “oficial”, durante ciertas épocas y en determinados lugares, han circulado otros tipos de moneda “local” en ámbitos más o menos restringidos. Los primeros antecedentes documentados sobre este fenómeno aparecen  en los informes presentados ante la inquisición española y ante el monarca Carlos III, por Agustín Coronas y Paredes, entre los años 1724 y 1768. En ellos se daba cuenta de un tipo de moneda popular, denominado “claco” o “tlaco”: “ ...numerosos tipos de monedas que se usan en las tiendas de los mestizos de la ciudad de México y en otras partes de reino, las hay de metal, de cobre y algunas son de madera y cada una de ellas lleva un nombre o es denominada por algún sonido...”. Debido a la escasez de moneda fraccionaria, los comerciantes, las haciendas y las empresas mineras acuñaban su propia moneda, llamada “claco” que en lenguaje náhuatl significa “mitad”.

No hay que viajar mucho en el tiempo para descubrir este tipo de moneda social alternativa a la oficial. La mejor conocida actualmente es la utilizada en los “clubs de trueque” en Argentina, denominada “crédito”. Cada club está formado por una serie de personas, “prosumidores”, utilizado el término acuñado por Toffler. Es decir personas, que son simultáneamente productores y consumidores de bienes y servicios. El primer club de trueque surgió en Buenos Aires en abril de 1995 con una treintena de socios. En la actualidad (2003) ya existen más de 450 clubs, donde medio millón de personas utilizan este sistema de forma cotidiana, y más de un millón de forma esporádica. Se estima que cada año se intercambian bienes y servicios por unos 400 millones de dólares utilizando los “créditos” (Figura 1).


Figura 1.- Ejemplos de “moneda social”: “Crédito” argentino,

La experiencia no es nueva y tiene precedentes en los “notegeld” alemanes emitidos después de la I Guerra Mundial. En la actualidad son numerosas las comunidades que en  todo el mundo utilizan monedas sociales o alternativas, como mecanismo de defensa ante la profunda crisis económica que atenaza y ahoga a numerosos países en todo el planeta.


Figura 2.- “Notegeld” alemanes emitidos tras la I Guerra Mundial. Estas monedas de necesidad locales se fabricaron con elementos muy variados, como cerámica o hierro.

Estas “monedas sociales” o “paralelas” son objeto de estudio por parte  de los economistas y sociólogos(1), pero sin embargo constituyen el “pariente pobre” en el campo de la numismática y suelen considerarse como fichas u objetos monetiformes pero no como auténticas monedas. Por el contrario, los magníficos ejemplares de oro y plata acuñados desde la Edad Media, como las doblas de diez doblas, los centenes o los cincuentines, que probablemente nunca fueron utilizados como moneda, sino más bien como objetos de regalo y prestigio, sí que aparecen en todos los catálogos, al igual que las modernas acuñaciones conmemorativas en oro y plata que realiza la Fábrica de la Moneda, dirigidas exclusivamente al mercado del coleccionismo. Todas estas vistosas piezas son denominadas monedas, aunque cumplen una función medallística, por el contrario, las “monedas paralelas” que sí han circulado y cumplido plenamente una función monetaria, muchas veces son denominadas “fichas” o “tokens”.

Con respecto al contexto en que han circulado las monedas populares, existe una enorme variedad de ámbitos: emisiones realizadas por los ayuntamientos, por algunas fincas y haciendas para sus trabajadores, por sindicatos y cooperativas obreras, por gremios de comerciantes, etc... También son variadas las denominaciones o unidades de valor que expresan, y aunque en muchos casos se indica en ellas la moneda oficial en curso (reales, pesos, centavos, bolívares, pesetas, céntimos...) en otros,  presentan denominaciones populares como “jornales”, “peones” (peonadas), “días” y “días de trabajo”, “tareas”, “cajones”, “cajas”, “cajuelas”, “barriles”, “tarros”, “bolsas”, “medidas”, “mitades”,   “fanegas”, “almudes”, “cuartillos”, etc... No hay que olvidar que la misma palabra “peseta”,  proviene del apelativo popular con que la gente bautizó la pieza de dos reales de plata, y este término fue adoptado para designar la unidad monetaria española tras el derrocamiento de Isabel II, sustituyendo la antigua denominación de “real”.


Figura 3.- Jornales, cuartos y medios jornales emitidos en Osuna (Sevilla) y Fanegas y medias fanegas acuñadas en Antequera (Málaga).

Al analizar las diversas denominaciones que han recibido las monedas populares, tanto en España como en América, encontramos por una parte nombres que hacen referencia al pago de un tiempo determinado de trabajo (jornales, peonadas, días de trabajo, horas...), lo cual resulta lógico, ya que el trabajador recibe su jornal en una moneda denominada precisamente “jornal”. Lo que resulta más curioso es la frecuencia de términos relacionados con diferentes medidas de capacidad, generalmente utilizadas para los cereales: almudes, fanegas, cajuelas, cuartillos...


Figura 4.- Almudes y fanegas utilizados en Puerto Rico y Cuba.

Este hecho está relacionado con la costumbre de abonar los salarios en especies  (muchas veces en cereal) medidas en unidades de capacidad, como las fanegas y los almudes. En muchos pueblos de Navarra, hasta bien avanzado el s. XIX, existía la costumbre de abonar el salario del maestro o maestra del pueblo en robos de trigo, siendo el robo una medida tradicional en Navarra hasta hace muy poco tiempo. En otros casos, el trabajador que recolectaba un determinado número de unidades de volumen (de café, cereal…), recibía estas fichas acreditativas, que posteriormente canjeaba por dinero en las oficinas de la hacienda o cortijo.

A pesar de la existencia de importantes catálogos para algunas regiones (la obra de A. López sobre las monedas de cooperativas catalanas o la de R. Rulau sobre los “tokens” latino-americanos) queda un largo camino por recorrer en el estudio y conocimiento de este interesante y desconocido campo de la numismática.

(1) En los últimos años, y con posterioridad a la publicación de este artículo, han aparecido varios trabajos sobre este tema, por ejemplo:
Gryckiewicz,M.  & M. Puertas A la sombra delarbolito. Catálogo de monedas sociales de Argentina y Uruguay. II Conferencia Internacional en Circuitos Monetarios Complementarios en las Diversas Economías. La Haya, Holanda. 19-23 junio, 2013. 

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